| 10 | Te perdono, celosa.

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*Narra Alina*

El lunes, empezaron a exponer los trabajos para recuperar los trimestres.
Cuando acabó la clase, aún faltaban varios alumnos por exponer sus trabajos, incluyendo a Vince.

─ mañana continuarán los que faltan.

Todos empezaron a recoger.

─ Vince -dije cuando iba a salir.-

─ tengo clase, profesora.

Salió. Me quedé pensando en qué hacer. Me acordé de que los profesores tienen que apuntar la información de los alumnos en una libreta. Me puse a buscarla en medio de las cosas que mamá me dió, cuando la encontré, me puse a buscar a Vince.
Al encontrar su nombre, sonreí, y más aún cuando ví su dirección. La anoté en un papel y fuí a la siguiente clase.

Dejé de dar clases a penúltima hora. Me monté en el coche y fuí a la dirección.
Al llegar, me bajé y me senté en un escalón del portal. Aún falta hora y media para que él salga de la universidad.

                                    •••

*Narra Vince*

Cuando iba llegando a casa, me fijé en Alina, que estaba sentada en el portal. No puedo negar que me devolvió la vida verla ahí, pero eso no quitaba que estuviese enojado y dolido por lo que me dijo.

─ ¿qué haces aquí? -me miró.-

─ Vince -se puso de pié.- quiero hablar contigo.

─ ¿sobre qué? ya me quedó claro todo la última vez que hablamos -me acerqué a la puerta.-

─ quería pedirte perdón.

─ perdonada -abrí la puerta del portal y entré, ella entró detrás de mí.-

─ estamos hablando, Vince.

─ ya no -presioné el botón del ascensor. La escuché suspirar.-

─ ¿quién es esa chica? con la que has estado toda la semana en los descansos -la miré.-

─ creo que no tengo que darte explicaciones, Alina -entré al ascensor porque se abrieron las puertas. Ella entró detrás de mí.-

─ de acuerdo, no tengo que hacerte ese tipo de preguntas porque no somos nada, gracias a mí.

─ exacto.

─ cometí un error.

─ ¿cuál, exactamente? -pregunté.-

─ te mentí. En realidad me gustas desde el principio, sólo que me negaba a aceptarlo por el tema de la edad, por eso me negaba a sentir algo por ti.

─ ah -el ascensor se detuvo en la planta seis. Salí seguido por ella.-

─ ¿sólo me dirás eso?

─ ¿y qué quieres que te diga, Alina? ya sabía que te gustaba -abrí la puerta de mi casa y entré. Dejé las llaves en un mueble que estaba cerca, justo con los libros y me giré a verla. Estaba parada fuera, con los brazos cruzados. Me acerqué a la puerta y llevé la mano al pomo de esta.- sigo enfadado y me duele que me hayas dicho todo aquello cuando estábamos en tu casa. Lo que más me dolió fué que me dijeses que jamás podrías sentir algo por mí, ni siquiera atracción. Esas palabras no han salido de mi cabeza.

─ no debí decirte eso, perdóname. Me gustaría que lo intentásemos.

─ ¿y qué pasa si ahora yo no quiero?

─ ¿es por ella, verdad? entiendo, has empezado una relación. Te pido perdón una vez más, no merecías que te tratase así. Chao Vince -se giró y fué hacia el ascensor. Sonreí y la seguí. La abracé por detrás impidiendo que siguiese caminando.-

─ ¿a dónde crees que vas, muñeca?

─ Vince -la interrumpí.-

─ no he empezado ninguna relación -se giró a verme.- ya te lo he dicho, te has robado mi corazón. No podría hacer algo así -acaricié su mejilla.- Estephani y yo estamos haciendo un proyecto para una clase, por eso nos ves en el descanso juntos. Mi corazón es tuyo desde que te vi entrar el primer día en clase, y así será el resto de mi vida.

─ lo siento -sonreí y la abracé por la cintura pegándola a mí.-

─ te perdono, celosa -susurré cerca de sus labios. Pasó sus brazos por mi cuello, puso una mano en mi nuca y me empujó hasta sus labios. La besé. Me siguió el beso. Le dió paso a mi lengua, la cuál empezó a jugar con la suya.
Mordió mi labio antes de separarnos. Sonreí.-

─ moría por besarte, preciosa -sonrió.-

─ y yo a ti, Vince -acarició mi pelo por detrás.-

─ ¿quieres entrar?

─ me gustaría, pero te recuerdo que mi madre no ha comido y que me está esperando. ¿Vienes a comer con nosotras?

Sonreí.

─ sí, espera que cojo las llaves.

Nos separamos. Entré y cogí las llaves. Salí y cerré la puerta. Me acerqué a ella y la tomé de la mano, me miró sonriendo.

Bajamos y nos acercamos a su coche. Una vez dentro, empezó a conducir.

─ te dije que terminarías siendo mi mujer, y tú no hacías más que burlarte y enojarte,
¿te lo dije o no te lo dije?

Me miró un segundo y sonrió.

─ me lo dijiste.

─ no quiero que estés recordando el tema de la edad, porque sé que te sentirás insegura, y no quiero eso. Deja que todo fluya.

─ no volveré a hablar del tema.

─ bien. Y dime, ¿dónde es que compras estas faldas que usas? -sonrió.- porque te quedan de maravilla -puse mi mano encima de su muslo.-

─ gracias, y aparta la mano de ahí, estoy conduciendo.

─ sólo es una mano, no pasará nada.

─ es la mano de la persona que me gusta, lo que hace que me ponga nerviosa.

Sonreí.

─ no apartaré la mano, así que céntrate en la carretera. ¿Has vuelto a ver a Grayson?

─ no. El abogado se encargará de todo.

─ bien. No quiero volver a verlo cerca de ti.

─ yo mucho menos.

Cuando llegamos a su casa, bajamos. Se acercó y me tomó de la mano, los dos sonreímos.
Entramos y fuimos al salón. Cuando Charlotte nos vió cogidos de la mano, sonrió.

─ al fin -dijo.-

Mi sexi profesora //TERMINADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora