| 37 | Felicidades.

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*Narra Vince*

Desperté porque la escuché vomitando. Me bajé de la cama y entré al baño.
Me arrodillé a su lado, cuando cogí su pelo, lo soltó y suspiró.
Tomé papel y se lo extendí. Se limpió y me miró. Besé su frente y acaricié su mejilla.

─ ¿cuánto llevas aquí?

─ unos minutos.

Me puse de pié y la ayudé a levantarse. Se cepilló los dientes y luego yo.
Salí y fuí a la cocina, sonreí cuando la ví. Me acerqué y la abracé por detrás.

─ yo haré el desayuno, princesa.

─ ¿qué pretendes? ¿tenerme todo el fin de semana sin hacer nada?

─ exacto. Así que suelta eso -le quité el pan de las manos. Hice que se girase, la tomé de la cintura y la senté en la encimera.-

─ ¡amor! -gritó con sorpresa mientras sonreía. Sonreí y la abracé por la cintura. Acarició mi pelo y tiró un poco de él sin hacerme daño. Se acercó a mi boca y rozó nuestros labios.-

─ malvada -dije sonriendo. Llevé la mano a su nuca y la empujé a mi boca. Mordió mi labio sin hacerme daño.-

                                     •••

Estábamos sentados en el sofá cuando tocaron el timbre.
Me paré y abrí.

─ felicidades corazón -dijo Aurora nada más abrir. Sonreí cuando movió varias veces una botella de vino delante de su cara. Los dos nos abrazamos.- ahora serás padre.

─ gracias preciosa -me aparté para que entrase.-

─ felicidades Vince -dijo Josua, que me estrechó la mano, cuando la acepté, tiró de mí y nos abrazamos.-

─ gracias Josua.

─ sabía que volverías -me guiñó el ojo cuando nos separamos. Sonreí y le dejé pasar. Justo cuando iba a cerrar la puerta, apareció Diego.-

─ no sabía que vendrías -dije sorprendido. Sonrió.-

─ esa era la idea, hermano. Felicidades, me alegro mucho de que vayas a ser papá.

─ gracias hermano -nos abrazamos. Entró y cerré la puerta. Lo seguí hasta el salón.-

─ felicidades cuñada -dijo nada más ver a Alina.-

─ gracias Diego, no sabía que vendrías, en realidad, no sabíamos que vendrían -dijo sonriendo.- si hubiesen avisado, podríamos haber comprado cosas.

─ por eso no te preocupes, pedimos pizza para cenar y listo -dijo Aurora.- he traído este vino para brindar por la pequeña criatura que vendrá a cambiar la vida de todos nosotros.

─ tú ni lo mires -señalé a Alina al ver su cara. Hizo pucheros.- no puedes beber alcohol.

Asintió.

Estuvimos hablando de varios temas. Hasta que todos terminaron hablando sobre lo cansados que están. Yo no puedo decir lo mismo, no estoy trabajando. Ahora mismo sólo me estoy encargando de limpiar y de hacer de comer, porque todavía no he encontrado trabajo.

─ creo que todos deberíamos irnos mañana de descanso, podemos ir a una piscina -dijo Diego.-

─ ¡sí por favor! -gritó Aurora.- necesito tener un domingo relax.

─ yo me apunto -dijo Josua. Miré a Alina.-

─ ¿qué dices, princesa? -sonrió.-

─ deberíamos ir.

─ nos apuntamos -dije.-

─ perfecto, mañana en la mañana os recogeré con el monovolumen de mi padre, cabemos todos perfectamente.

─ de acuerdo -dijo Aurora sonriendo.-

Luego, ella dos empezaron a hablar por un lado, y nosotros por otro.
Me dí cuenta de que Alina le estaba hablando sobre el día de ayer, sobre lo mucho que la mimé, tenía las mejillas rosaditas y sonreía con vergüenza. Mordí mi labio sonriendo.

─ ¿qué tanto le ves? -preguntó Josua empujándome por el hombro.-

─ es encantadora, me encanta mimarla -los miré a los dos.- si la viérais, se pone tan tierna, es cómo si le diera vergüenza que le hable bonito y que la mime.

─ estás muy enamorado -dijo Diego sonriendo.-

─ cuando tú también lo estés, me comprenderás, porque creo que Josua me entiende.

Él sonrió y miró a Aurora.

─ la sigo amando cómo la primera vez la ví entrar a clase -sonreí.- desde ese día, juré que sería mía, que sería mi mujer y la madre de mis hijos.

─ vaya, tenemos mucho en común, me pasó exactamente igual con Alina, sólo que ella era mi profesora -él me miró con una sonrisa.-

─ lo sé, Aurora me contó. Siempre creí que Grayson era el hombre ideal para ella, ellos dos actuaban diferente cuando estaban fuera de su casa, porque si me hubiese enterado de que él la tenía abandonada, y que luego empezó a tratarla mal, yo mismo la hubiese sacado de esa casa. La conozco desde que íbamos en la universidad, lo que pasa es que ella se cambió de universidad justo cuando entró Aurora a hacer la carrera, pero luego dió la casualidad de que se conocieron trabajando en la universidad, Aurora quiso presentarmela, cuando nos vimos, Alina y yo explotamos en risas, la pobre Aurora no sabía que nos conocimos desde varios años atrás.

─ Alina conoció a Grayson por ti, ¿verdad? -preguntó Diego.-

─ sí, éramos mejores amigos. Él se enamoró nada más verla, y yo la convencí de que le diera una oportunidad. De haber sabido que se comportaría cómo un patán, lo hubiese mantenido lejos de ella -suspiró. Dí una palmada en su hombro.-

─ ya es pasado, ahora ella está conmigo, que la amo con todo mi corazón.

Él sonrió.

─ no me cabe duda. Está claro que ella está más que enamorada de ti, tiene un brillo diferente desde que están juntos.

Hablamos mucho rato. Cuando a las chicas les dió hambre, pedí las pizzas.
En cuanto llegaron, las pagué y entré. Las dejé sobre la mesa que estaba en frente del sofá. Busqué varios platos y los dejé al lado de estas.
Alina me hizo señas para que me sentara, en cuanto me senté, se puso de pié, se acercó a mí y se sentó en medio de mis piernas. Sonreí. Me extendió un trozo de pizza, cuando lo cogí, cogió uno para ella.

En cuanto terminamos de cenar, Diego eligió una comedia, se acomodaron en el sofá y empezamos a verla.
Abracé a Alina por la cintura, dejando las manos en su vientre.

Mi sexi profesora //TERMINADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora