| 7 | Sigue soñando.

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*Narra Vince*

Cuando Alina entró en clase, sonreí. Pero en seguida mi sonrisa desapareció, está rara.
Se puso a explicar sin levantar la mirada del libro, escribió algunas cosas en el encerado y luego dijo que podíamos continuar con el trabajo para la presentación.
Se sentó en el escritorio, parecía que leía algo, pero se notaba que estaba ida.
Me quedé observándola toda la clase.
Cuando la clase acabó, todos empezaron a recoger y a salir.
Esperé a que no quedase nadie. Recogí mis cosas y me paré.
Me acerqué a ella.

─ profesora -no me respondió. La llamé una vez más, pero tampoco recibí respuesta. Parecía que estaba en otro planeta.-

Terminé de acercarme y la tomé de la barbilla.
Mi sangre hirvió cuando me fijé en su mejilla.

─ ¿y esto, Alina? -pregunté enojado.-

─ ¿de qué hablas?

─ no te hagas la tonta. Tienes la mejilla hinchada, y estoy seguro de que debes tener un hematoma, hematoma que no puedo ver porque te has maquillado.

─ no es nada, estoy bien -apartó mi mano de su cara y recogió sus cosas, mientras recogía, me fijé en que ya no llevaba el anillo. Cuando se puso de pié, la tomé de la mano.-

─ ¿dónde vive el imbécil de tu esposo?

─ ¿qué?

─ iré a partirle la cara para que aprenda que a las mujeres no se les pega.

─ deja de decir tonterías -se separó y fué hacia la puerta.-

─ aprenderá a no volver a ponerte una mano encima -dije enojado. Ella siguió con su caminata.-

Fuí a secretaría, conseguí que la trabajadora me diera el número de teléfono de la señora Charlotte, digamos que en el pasado la trabajadora de secretaría y yo hemos tenido algo que ver.

En cuanto contestó, le pedí que me diera la dirección del esposo de su hija, se negó rotundamente.
Me dió la dirección de la casa de ella y me pidió que fuera, me explicó que en unas piedras que estaban fuera de su casa, había una llave escondida para que yo pudiese entrar, ya que ella no puede caminar.

Tomé un taxi y fuí a su casa. Cuando encontré la llave, entré.

─ ¿señora Charlotte?

─ ¡estoy aquí!

La encontré en el salón.

─ ¿qué tal, Vince?

─ ¿me dará la dirección del esposo de su hija?

─ primero, siéntate.

Suspiré y le hice caso.

─ ¿te gusta mi hija?

─ sí, desde que la ví entrar en clase el primer, tengo claro que será mi mujer.

Ella sonrió.

─ ¿se acabaron las fiestas? porque te recuerdo que casi todos los lunes entrabas tarde en clase por tu dichosa resaca.

Sonreí.

─ se acabaron las fiestas.

─ ¿para qué quieres ir a la casa de Grayson?

─ para partirle la cara, ha golpeado a Alina.

─ te diré dónde vive, porque creo que se merece una paliza por lo que ha hecho.

Mi sexi profesora //TERMINADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora