| 15 | Traviesa.

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*Narra Alina*

─ ¿de verdad no te quedarás a dormir conmigo?

─ cariño, ya lo sabes, no puedo dejar a mamá sola en ese estado. No puedes quejarte, hemos estado todo el día juntos.

─ está bien, en otro momento será.

Lo miré a los ojos, nos quedamos mirando unos segundos. Sonrió.

─ ¿qué? -preguntó.-

─ nada -tiró de mí y me abrazó por la cintura. Rodeé su cuello. Llevó las manos hasta el borde de mi vestido y lo bajó más. Sonreí.- vete en el coche, iré a verte mañana.

─ está bien -acarició mi mejilla. Rocé sus labios, los dos sonreímos. Llevó su mano a mi nuca y me empujó a su boca.- me encantas mi amor -susurró cuando nos separamos. Mordí mi labio sonriendo.-

─ tú también me encantas, cariño.

Me dió un beso más.

─ entra. Nos veremos mañana.

─ hasta mañana.

Nos separamos. Cuando me giré, me dió una nalgada. Lo miré sonriendo. Me guiñó el ojo y fuí hasta la puerta de casa. Cuando la abrí, me giré a verlo y me despedí con la mano, él hizo lo mismo.

─ ¡hola mamá!

─ ¡hola cielo!

Fuí hasta el salón.

─ ¿y Vince?

─ se ha ido. Quería que pasara la noche con él, pero le he dicho que será en otro momento.

Ella sonrió.

─ si es por mí, no te preocupes, sólo tienes que dejarme en la cama con la cena y listo.

─ mamá -me interrumpió.-

─ sólo déjame en la cama con la cena y listo.

Sonreí.

─ está bien.

Hice cómo dijo.
Luego, en un bolso, metí ropa para mañana, el cepillo de dientes y algunas cosas más.
Me despedí de mamá y salí.
Me monté en su coche y fuí a su casa.

Al llegar, subí. Abrí la puerta y entré. Escuché el agua de la ducha.
Lancé el bolso al sofá, me quité los tenis y fuí hacia el baño. Por el camino, me quité el vestido y lo dejé caer al suelo.
Mordí mi labio cuando lo ví a través del cristal. Me estaba dando la espalda. Desabroché mi sujetador y lo dejé caer al suelo.
Cuando entré, lo abracé por detrás.

─ llámame loco, pero imaginaba que vendrías.

─ ¿cómo sabías que era yo?

─ mi amor, tú eres la única que tiene llaves. ¿Por qué hablas cómo si yo me viese con más mujeres?

─ perdón, es que a veces no me creo que estés conmigo. Podrías estar con una de tu edad -se giró a verme. Llevó una mano a mi mejilla y se acercó a mi boca.-

─ pero te prefiero a ti -me besó. Cuando nos separamos, se alejó un poco y me miró de arriba a abajo. Sentí mi cara arder. Me puse más roja, cuando me fijé en su miembro.- eres una bendita diosa -mordió su labio y se acercó nuevamente a mí. Me excita tanto que me mire así. Volvió a besarme. Pasé los brazos por su cuello. Me levantó haciendo que rodease su cintura con las piernas.-

─ ¿a cuántas más le has dicho eso en este mismo baño? -hablé cuando nos separamos.- ¿a cuántas has metido en tu cama? -frunció el ceño y me bajó.-

─ ¿eso a qué viene Alina? es pasado, ¿para qué quieres saber eso?

─ para saber cuántas han dormido en esa cama.

Me miró serio durante unos segundos. Negó con la cabeza y salió.

─ mierda -susurré.-

Decidí quedarme unos minutos en la ducha.
Cuando salí, cogí una toalla y me sequé. Salí y me acerqué a su armario. Cogí una camiseta negra y me la puse. Me llega un poco más a abajo del culo, lo que es genial, porque ahora mismo no tengo ropa interior, ya que dejé el bolso en el salón.
Cuando salí, sonreí al ver que el vestido estaba en una silla.
Él estaba sentado en el sofá viendo la televisión. Me estaba dando la espalda.

─ gordo -me interrumpió.-

─ en mi cama no ha dormido nadie más que yo, Alina. Y en la ducha, la única persona que se ha duchado que no sea yo, es Diego, porque se quedó una noche a dormir aquí. Nunca en la vida se me ocurriría traer a una desconocida a mi casa, y mucho menos meterla en mi cama. Tú serás la primera, ¿eres feliz? -me miró unos segundos y luego volvió a mirar la televisión.-

─ perdóname.

─ ajá.

Terminé de acercarme y me puse delante suyo. Estaba en boxers.

─ no debí preguntar, ese es tu pasado. Es sólo que...quería saber -nos miramos unos segundos. Iba a alejarme cuando me tomó de la mano.-

─ te queda muy bonita mi camiseta.

Sonreí.

─ ¿te gusta cómo me queda?

─ me encanta -mordió su labio. Me acomodé encima suyo con una pierna a cada lado.-

─ ¿te digo que es lo mejor? -pregunté cerca de sus labios.-

─ sí.

─ que no tengo ropa interior puesta -sonrió.-

─ qué traviesa.

Sonreí y lo besé. Metió su mano por la camiseta y la llevó hasta mi parte íntima. Frotó sus dedos en mi clítoris.

─ Vince -gemí en sus labios. sonrió. Metí la mano en su boxer y saqué su miembro. Estaba erecto e hinchado. Separamos nuestros labios y los dos sonreímos. Llevó los dedos a su boca, los empapó con saliva y volvió a llevarlos a mi clítoris. Mordí mi labio.- joder.

Froté su pene de arriba a abajo. Estuvimos masturbándonos unos minutos hasta que llevó las manos al borde de la camiseta. Levanté los brazos para ayudarlo a quitármela. Mordió su labio, me miró unos segundos y volvió a mirar mis pechos.

─ ¿y esto es mío? -los acarició. Sonreí.-

─ sí, son tuyos.

─ dios mío.

Cogí su miembro y lo froté en la entrada de mi vagina. Me tomó de la cintura y me tumbó en el sofá, se puso en medio de mis piernas. Cogió su miembro y lo frotó varias veces antes de empezar a entrar lento.
Mordí mi labio y cerré los ojos.

─ espera -pedí. Me miró.- deja que me acostumbre al tamaño -sonrió.- hace tiempo que no lo hacía, y la tuya es la más grande que he visto hasta ahora.

Sonrió más y se acercó a mi boca.

─ yo no te descuidaré en ningún aspecto.

─ puedo imaginarlo -pasé los brazos por su cuello.- sigue -pedí.-

Terminó de entrar y se quedó un momento quieto. Luego empezó a moverse.

Mi sexi profesora //TERMINADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora