| 30 | Perdóname.

425 30 2
                                    

*Narra Vince*

Durante estos días, he hablado con Alina por móvil, duramos mucho rato hablando porque ninguno se quiere despedir.
No le he contado que gracias a ella, estoy mejor, quiero que se lleve una sorpresa cuando venga y me vea.
Ya no vomito la comida y tengo mejor aspecto.
Las ojeras empiezan a desaparecer y estoy tomando color, dejando atrás la palidez.

─ eres una tramposa -dije sonriendo. Alison negó con la cabeza.-

─ claro que no, ¿por qué no aceptas que juego mejor que tú a las cartas? -dijo sonriendo.-

─ porque no es cierto, Alison, saca la carta que tienes escondida.

─ no tengo ninguna carta escondida.

─ ¿cómo no? ¿hace falta que te recuerde las veces que te he encontrado las cartas escondidas?

Empezó a reírse. Sonreí. Acerqué mis manos a su abdomen y empecé a hacerle cosquillas.

─ ¡para! ¡Vince! -gritó riendo.-

─ ¡ajá! -dije sonriendo cuando cayó una carta de la manga de su chaqueta. No pude evitar reír cuando ví su cara de sorpresa.-

─ ¡eso no se vale, Vince!

─ ¿a pero sí se vale que me veas la cara de pendejo? -pregunté sonriendo.- no mi vida, eso sí que no.

─ eres un mal hermano -dijo sonriendo.-

─ y tú una mala jugadora.

─ hola -miramos hacia la puerta. Alina estaba apoyada en el marco de esta, mientras nos miraba, estaba sonriendo.-

─ hola amor -dije sonriendo.- ¿cuánto tiempo llevas ahí?

─ el suficiente cómo para saber que Alison es una tramposa -dijo sonriendo.-

─ ¿a sí? ya veremos cuando les gane a los dos -dijo Alison sonriendo. Se bajó de la cama y cogió las cartas.-

─ no hace falta que te vayas, Alison -dijo Alina acercándose.-

─ hace días que no se ven y sé que mi hermano muere por comerte la boca, no quiero estar presente para ver eso -dijo sonriendo.-

─ pero niña -dije asombrado. Me miró y me guiñó el ojo.-

─ no vamos a ocultar lo evidente. Los dejaré solos.

Ella salió. Cuando miré a Alina, estaba sonriendo.
Terminó de acercarse y me abrazó. La abracé más fuerte.

─ te amo, princesa.

─ yo te amo más, amor -cuando nos separamos, acarició mi mejilla.- te he echado de menos.

─ yo a ti mucho más, muñeca.

─ te veo mucho mejor -dijo sonriendo.-

─ ha sido gracias a ti. No tengo cómo pargarte lo que has hecho por mí.

─ claro que sí, con que me hagas la mujer más feliz del mundo, me llega -sonreí.-

─ te prometo que te haré feliz el resto de mi vida.

─ no lo dudo, amor.

Tomé su mano y empecé a jugar con sus dedos.

─ y...¿cómo te fué en el juicio?

Mi sexi profesora //TERMINADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora