| 39 | No me tortures.

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*Narra Vince*

Estuvimos hasta pasada la tarde en la piscina. Comimos de todo lo que trajimos, por suerte, Alina no vomitó.
Diego primero pasó a dejar a Aurora y a Josua, luego a nosotros.

─ princesa, ve subiendo, ahora voy.

─ de acuerdo. Gracias por traernos Diego, espero verte pronto.

─ ha sido un gusto, linda. Por supuesto que nos veremos pronto.

Ella sonrió y bajó.

─ las subo yo, déjalas ahí -soltó las bolsas. Cuando se alejó, miré a Diego. Lleva todo el día evitándome.- Diego, lo siento, no quería hacerte daño.

─ pues me lo hiciste -suspiró.- Josua y tú tienen suerte, tienen a sus mujeres, ¿pero y yo qué? no tengo ningún perro que me ladre.

─ lo siento de verdad.

─ muy bien, chao.

─ Diego -me interrumpió.-

─ estoy cansado, chao Vince.

Me bajé del coche y cogí las bolsas. Antes de cerrar la puerta, lo miré una vez.

─ eres cómo un hermano para mí, de verdad que no quise hacerte daño. Espero que puedas perdonarme.

No dijo nada, ni siquiera me miró. Suspiré y cerré la puerta.

Cuando se alejó, entré al edificio.

Subí a casa y dejé las bolsas encima de la mesa.
Fuí directo a la habitación, me quité la ropa de camino a la ducha, cuando entré, me pareció raro no ver a Alina, porque no la ví en el salón.

Me dí una ducha y salí. Mordí mi labio cuando la ví sentada en el borde de la cama. Tenía ropa interior negra muy sexi.

─ creí que estarías cansada.

─ lo estaré después de que me hagas el amor varias veces seguidas -dijo mientras se acercaba. Sonreí y la abracé por la cintura. Fué subiendo su mano lentamente por mi cuello y me besó.-

─ te quiero dentro de mí ya -susurró cerca de mi boca. Sonreí. La levanté haciendo que rodease mi cintura, me acerqué a la cama y la tumbé. Me quité la toalla y la lancé al suelo. Aparté su tanga hacia un lado y acaricié su parte íntima.-

─ estás muy mojada, ¿en qué estabas pensando? -pregunté sonriendo.-

─ justo en esto -froté mi pene con su entrada, haciendo que este resbalace con facilidad debido a su humedad.- por favor -pidió en un gemido.- no me tortures.

─ pídeme que entre -froté más rápido mi pene. Apretó uno de sus pechos y mordió su labio.-

─ por favor, entra ya, te lo suplico.

Mordí mi labio y entré en ella haciendo que se curvase un poco.

─ duro y rápido -pidió haciéndome sonreír. Salí de ella, así que se quejó.- espera mami.

Junté sus piernas, cogí el borde de su tanga y lo bajé, terminé de quitárselo y lo lancé al suelo. Ella sonrió. Me alejé un poco un poco, me agaché hacia su parte íntima.

─ Vince, quiero que entres ya.

─ quiero saborearte, hace tiendo que no lo hacemos, te prometo que sólo serán unos segundos.

Mi sexi profesora //TERMINADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora