jam jam

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Lee Jeno era guapo. Lo sabia y estaba tratando dejar de verlo fijamente pero no podía, demonios, no llevaba chaqueta pero tenia una camiseta sin mangas y se le estaba haciendo agua la boca.

Chenle lo sacudió con fuerza para que reaccionara, al parecer, Jeno no se había dado cuenta de que se lo estaba comiendo con la mirada.

— Yo sé que es guapo pero disimula —. Chenle le susurro al oído.

— Ah, crees que es guapo —. Jisung susurró ésta vez.

— No empieces.

— Tú empezaste —. Renjun rodó los ojos y se levantó antes de que empezaran a pelear para ir hacia la cocina.

— Junnie —. Maldijo internamente y se giró hacia Taeyong.

— ¿Sí, hyung?

— ¿Puedes llevar a Jeno al baño?

Renjun frunció el ceño y apretó las manos para calmarse. Chenle se reía bajito pero lo suficientemente alto como para escucharlo.

— Sí. Está bien.

Ahora Chenle se reía alto junto a Jisung. Jeno se levanto con una sonrisa para caminar hacia él con una sonrisa.

Maldición Huang, Maldición Huang. Susurraba su mente y solo atinó a comenzar a caminar con Jeno detrás de él.

— Creo que es el destino —. Jeno habló cuando estaban llegando al segundo piso.

— Sí, no me hables.

— Yo le hablo a quien quiera —. Renjun rodó los ojos. Jeno llegó a su lado de repente, rodeándole los hombros —. Anda, precioso. Llevame al baño.

Se soltó del agarre del rubio con una expresión de molestia y éste rió, más no dijo nada.

— Es ahí, tienes cinco minutos, o me voy —. Se cruzó de brazos y se recargó contra la pared viendo a Jeno arremedarlo hasta entrar al baño.

Cerró los ojos frustrado, ¿Jeno sabia que era así de sexy?, porque debería demandarlo. Le recordaba ligeramente a Yuta, descarado y sin importarle lo que dijeran los demás, ¿sería igual de hijo de puta que su ex?

— ¿En qué piensas? —. Renjun saltó en su lugar cuando Jeno lo acorraló contra la pared de repente.

— En nada, quitate.

Jeno rió —. Creo que tenemos que hablar.

— No, no voy a hablar contigo.

Vio al rubio rodar los ojos, después lo jaló del brazo para estamparlo contra el lugar en el que estaba.

— Yo sé que tú también quieres —. Jeno se acercó, rozando sus narices mientras hablaba —. Si no, no estarías tan nervioso.

— Yo no me pongo nervioso.

— Amo tu boca y tu voz, pero es mejor cuando estás calladito —. Jadeo cuando Jeno llevó un dedo hasta sus labios, jugando con ellos —. Sí así.

Cerró los ojos cuando Jeno rodeó su cintura con un brazo y la otra mano la llevó a su mejilla, acercándolo lentamente.

En el momento que sintió su aliento chocar contra el contrario, escuchó las escaleras. Empujó a Jeno con fuerza haciéndolo chocar contra la otra pared.

— Ay, ¿estás bien? —. Se le acercó, viendo como el mayor cerraba los ojos del dolor —. Perdón, yo. . . ¡Esto es tu culpa!

— ¡¿Mi culpa?!

My Oh My | NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora