Ain't my fault

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Jeno caminó hasta la sala con una cerveza en la mano y una expresión relajada. Se echó en el sofá a un lado de Jaemin que lo veía confundido.

— Estás muy feliz —. Dijo —. Me perturba.

— Estúpido.

Jaemin rió dejando el teléfono a un lado.

— Así que el enano culón es tu novio.

— No, ¿qué? —. Sonrió —. Yo no tengo novio, soy un alma libre.

— Claro, por supuesto —. Jaemin rodó los ojos —. Es que no entendí anoche, nadie me despierta a esa hora y pretende que lo entienda.

— No somos novios, nana —. Le pegó en el hombro con un pie —. Somos amigos.

— Follamigos.

— No, no —. Agarró al peli azul de las mejillas —. Amigos.

— Bro, tú y yo somos amigos —. Se apartó con una mueca —. Y nunca hemos follado, asco.

— Bueno, sí. Tienes un buen punto.

— Son amigos con derechos o algo así —. Jaemin volvió a lo que hacia antes —. Deberías tener cuidado.

— ¿Con qué?

— Ay, Jeno —. Jaemin sonrió —. Nunca habías hecho esto, solo follas y ya.

— Sí, ¿y qué? —. Frunció el ceño.

— Esto es más serio —. Jaemin lo vio fijamente —. ¿Qué te garantiza que no te enamoraras?

— Eso no va a pasar, por Dios —. Hizo una mueca —. Jaem, es solo pasar un buen rato y ya. No me voy a enamorar de él.

— Tú no controlas eso.

— Es un millonario, presumido y mimado —. Se levantó molesto —. Sabes qué pienso sobre eso.

— Ay ya, anda a llorar a otro lado.

— Ay ya, anda a llorar a otro lado

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— Tengo clases de piano —. Renjun lo miró fijamente.

Y demonios que él no podía verlo a los ojos porque llevaba lo que parecía el uniforme de deportes. Shorts, camisa fajada de mangas cortas y medias hasta las rodillas. Esperaba no ser el único baboso que se lo comió con la mirada ese día.

— Sí, no me vas a dejar así —. Apartó la mirada del cuerpo del chico para sonreírle —. Anda, es solo un rato.

Renjun suspiró.

— Espera un momento —. El chico se giró —. ¡Oye, Chenle!

— Ge, no te vas a comer mi almuerzo de nuevo —. El menor llegó al lado de Renjun con una mueca.

— No es eso —. Renjun le dio con el dedo en la frente —. ¿A qué hora llega el señor Moon?

— ¿Quién? —. Ésta vez recibió un golpe en la cabeza — ¡Ah ya!, el papá de Yangyang y Kun.

My Oh My | NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora