Touch

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Renjun gruñó cuando Jeno lo jaló de la mano hacia su habitación. Estaban en el departamento del menor por motivos que desconocía y ahora Jeno lo jalaba hacia la habitación para hacer cosas que probablemente ya sabia qué eran.

Gimió cuando Jeno lo empujó contra la puerta después de ponerle seguro. Se acercó rápido para besarlo, sabia ligeramente a alcohol y olía a nicotina, extrañamente eso no le molestó, en vez de eso se encontró a si mismo empujándose contra el cuerpo fuerte de Jeno.

Los dientes del coreano tiraron de su labio inferior con suavidad, las manos bajando por su espalda hasta llegar a su trasero y apretarlo con fuerza.

- Voy a follarte -. El aliento cálido chocó contra su boca, haciéndolo sonreír.

- ¿Qué estás esperando? -. Susurró de vuelta.

Jeno gruñó, volviendo a empujarse contra su boca en un beso duro, la lengua deslizándose dentro de su cavidad sacándole un gemido.

Sus manos bajaron por el abdomen de Jeno, hacia su pantalón y llegando a su erección para apretarla en una de sus manos. Cuando se separaron del beso, jadeando y caliente, Jeno bajó por su cuello mientras tiraba de la piel sensible con los dientes.

- ¿Y si te follo contra la puerta? -. Murmuró contra su cuello, haciéndolo reír.

- Jeno, sólo hazlo.

Empujó a Jeno con suavidad hasta la cama, sentándose a en su regazo para quitarse la camisa y arrojarla por ahí. Jeno volvió a lo que hacia, ésta vez bajando por su pecho hasta llegar a los botones del pantalón.

- Te estás tardando mucho, ¿no crees?

- Deja de apurarme, no creas que tienes el control.

Renjun rió, empujándolo contra el colchón.

- Yo siempre tengo el control.

Los dedos de Jeno se clavaron en sus caderas, haciéndolo moverse con suavidad sobre la erección del mayor y sacándole un gemido a ambos.

Jeno acarició los muslos rellenitos del chico bajo suyo que suspiraba ante el más mínimo toque, el gemido de Renjun resonó en la habitación cuando mordió con fuerza

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Jeno acarició los muslos rellenitos del chico bajo suyo que suspiraba ante el más mínimo toque, el gemido de Renjun resonó en la habitación cuando mordió con fuerza.

- Yo no soy comida, Jeno -. Murmuró cuando le mordió una mejilla.

- Sí eres.

Se lleno los dedos de lubricante, los llevó hacia la entrada del chico, acariciándola y sacando de quicio a Renjun.

- Jeno, por favor.

Sonrió, metiendo un dedo con suavidad y la queja de Renjun se transformó en un gemido. Lo movió más hacia adentro, mientras veía a Renjun morder su labio inferior hinchado, con las mejillas sonrojadas, el rostro brillante de sudor y el cabello desordenado.

My Oh My | NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora