Era sábado.
Había sido una semana aburrida y a la vez ocupada, con la mirada de su madre en cada cosa que hacia hasta ese día en la mañana que de había ido a Milan.
Se quejó cuando Irene le apretó la cinta en la cintura con fuerza, eran minutos antes para que el recital empezara y veía el montón de chicas correr de allá para acá.
- Perdón -. Irene dijo.
- No importa -. Suspiró -. Creo que me ahogaré.
- Dios, ya lo aflojo.
Yeri volvió corriendo, con un montón de sobres de escarcha* en las manos.
- No había dorada en la tienda de al frente así que recorrí toda la cuadra -. Yeri se apoyó en sus rodillas jadeando -. ¿Estás feliz Irene?
- Muy feliz -. La mayor sonrió, ajustando un poco la cinta -. Que eficiente eres Yeri-ah.
- Quiero aumento.
- ¿Ahí? -. Irene le volvió a hablar, asintió y está se alejó de él -. Yeri, te hago un aumento si me buscas la cosa que hace ondas en el cabello.
- No traje la cosa.
- Ni modo, no hay aumento.
- ¡Irene unnie! -. Yeri se quejó -. Creo que lo puedes hacer con la plancha.
- ¿Por qué no la estás trayendo?
Yeri rodó los ojos antes de irse balbuceando cosas.
- Sientate voy a. . . -. Irene busco algo sobre el tocador antes de gruñir -. ¡Sorn, es tu fin!
Vio a la mayor irse a zancadas hacia la rubia que intentaba ocultar algo. Aprovechó la distracción para revisar su teléfono, habían mensajes de Donghyuck y de Jeno. Sonrió como un tonto, se mordió el labio inferior y dejó el teléfono donde estaba.
- El amor te tiene loco ¿eh? -. Yeri regresó, con la plancha en la mano y una sonrisa pícara.
- ¿Qué cosas dices?
- No lo sé. Joy enamorada tiene la misma sonrisa -. Yeri rió -. ¿Ren, sabías que no le puedes mentir a una mujer?
- ¿Tiene algo que ver con que estás loca?
- Tal vez -. Yeri alzó las cejas -. Vamos a peinarte. La vejez tiene a Irene amargada.
- ¡Te escuché!
Jeno se quejó ruidosamente en su asiento. Amenazar al señor de la entrada para que le diera asientos en primera fila había funcionado. Se sentía mal por llevar a todos sus amigos, sobretodo porque los amigos de Renjun tenían visibles muecas en las caras.
A un lado de Chenle había un hombre enorme al que el menor parecía molestar a cada momento, lo reconoció como el guarda espaldas de los Huang. La primera vez que lo vio fue cuando Renjun tenía flojera de caminar y éste lo cargó en su espalda.
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My Oh My | Noren
RandomJeno es un poco mayor con una chaqueta de cuero negra, una mala reputación, hábitos insaciables y Renjun se hartó de ser un chico bueno. O donde Renjun es un niño presumido que estudia en un colegio privado de millonarios y Jeno estudia en la otra c...