Sour candy

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Era lunes, muy temprano y Renjun corría por los pasillos de la mansión buscando alguna base. La suya se había acabado y Chenle no era de su tono, no podía irse así al colegio, ¡debía cubrir las marcas!

— Demonios, ¿te acostaste con un vampiro? —. Shuhua abrió los ojos sorprendida —. Yo las maquillo.

— Eres un sol —. Se sentó en la cama de su prima, viendo a la chica buscar entre sus cosas —. No sé qué me pasó.

Se tapó la cara con las manos quejándose. La cama se hundió a su lado y se destapó mirando a la menor con los ojos llorosos.

— ¿Por qué lo dices? —. Se acercó con una esponja hacia su cuello.

— Yo no soy así de fácil —. Suspiró —. Se supone que soy inalcanzable.

— Bueno —. Shuhua se carcajeó —. Eso depende de ti, jun.

— Sí, sí —. Ladeó la cabeza con un puchero —. ¿Y si me deja mal por ahí?

— ¿Te importa?

— No realmente —. Se mordió el labio inferior —. Cierto, no me importa.

— Calmate un poco, no dejes que te afecte.

— Nada me va a afectar —. Se miró al espejo que Shuhua le extendió —. Sigo siendo perfecto e inalcanzable.

— Sí, tu autoestima me sigue impresionando.

— Muy bien, nadie me la va a quitar —. Se levantó de la cama con los brazos en la cintura —. Gracias, prima. Si me disculpas, iré a hacer a la gente envidiarme.

— De acuerdo.

Solo seguiría sus reglas, pensó. No le importaría en lo más mínimo la existencia de Lee Jeno.

 No le importaría en lo más mínimo la existencia de Lee Jeno

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— ¡Si alguien sigue hablando de eso! —. Renjun estampó las manos contra la mesa con una expresión de molestia —. ¡Le haré la vida imposible todo el año!

Las voces del resto del colegio se callaron y Renjun volvió a su asiento molesto, clavando el tenedor con fuerza sobre la mesa y refunfuñando.

Al parecer, si te acuestas con Lee Jeno serás el tema de conversación de todo mundo y mucho más si eres Huang Renjun.

— Jun, tranquilo —. Minju le acarició el cabello —. Ignoralos, sabes que ahora te envidian más que antes.

— Hasta yo te envidio —. Donghyuck le sonrió —. Sé que no quieres hablar de eso pero necesito detalles, ayer no contestaste el teléfono.

Renjun suspiró, aceptó la malteada de chocolate que Minju le ofrecía y apoyó la cabeza en el hombro de la chica.

— Fue increíble —. Murmuró molesto.

— No deberías estar molesto, entonces —. Yangyang dijo con una mueca.

— No estaba molesto hasta ayer en la mañana. No debí ser tan fácil y perdí el control.

My Oh My | NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora