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// I had a feeling that I belonged I had a feeling I could be someone, be someone, be someone //

Celeste condujo lo más rápido que pudo hasta que llegó al lugar donde estaban realizando la ceremonia de Adam, estaba recién comenzando así que pudo saludar a los padres de Adam, los abrazó dándoles su pesar. Se quedó de pie escuchando al sacerdote que estaba hablando de la vida, la muerte y todas las pruebas que Dios nos pone en el camino.

-¿Cómo le pones una prueba de este tamaño a un niño de siete años? – Escuchó como alguien susurraba a su costado, se sobresaltó al ver a Calum. Estaba vestido de negro a su lado estaba Lisa, ella le sonrió débilmente. Celeste le devolvió la sonrisa –

-A Dios claramente no le importa – Susurró en respuesta Celeste cruzándose de brazos antes de volver a mirar el pequeño ataúd rodeado de flores –

El día estaba nublado y corría un poco de brisa por lo que Celeste se abrazó aún más para conservar algo de calor.

Una vez que el sacerdote terminó de hablar, la madre de Adam dijo unas palabras la cuales para Celeste fue inevitable aguantarse las lágrimas, no podía creer que un niño de siete años muriera de la nada cuando estaba tan cerca de poder recuperarse y vivir lo que debería vivir un niño de su edad. Soltó un débil sollozo, esta era la primera vez que le dolía tanto la muerte de un paciente.

Calum puso una de sus manos sobre el hombro de Celeste, ella se giró y le sonrió débilmente mientras se secaba las lágrimas.

La ceremonia finalmente terminó después de un par de horas, Celeste se incorporó a la fila para poder hablar con los padres de Adam, Calum y Lisa estaban detrás de ella. Escuchó como ambos hablaban pero poco le importaba ahora las cosas de ellos dos. Al llegar su turno, Celeste abrazó a la madre y al padre de Adam.

-Muchas gracias por cuidar a nuestro hijo cuando tenías turnos de noche – Le agradeció la mujer mientras tomaba una de las manos de Celeste – Nuestro hijo te quería mucho –

Celeste asintió con la cabeza, mordiéndose el labio para no romper en llanto frente a ellos.

-Adam era un niño muy especial – Respondió ante de despedirse de los padres – Fueron muy afortunados –

Ellos asintieron con la cabeza antes de despedirse de Celeste quien salió rápidamente de ahí para que no la vieran llorar.

Caminó hacia una pequeña banca de concreto alejada de la multitud, sacó su móvil y marcó el número de Ashton, él le contestó a los minutos.

-¿Dónde estás? – Le preguntó Ashton una vez que Celeste le dijo que estaba lista - ¿Estás bien? –

-No – Respondió aguantando el llanto - ¿Te acuerdas que te conté de un niño de siete años? –

-Si... ¿Era su funeral? – Preguntó sorprendido – Celeste...

-Sólo ven – Le pidió secándose una lágrima – Te espero –

-Quédate ahí – Le dijo suavemente antes de cortar la llamada –

Celeste se quedó en silencio observando todo desde la distancia, todavía había gente hablando con la familia de Adam pero ella no quería hablar con nadie, no entendía porque la muerte de aquel pequeño le afectaba tanto pero de solo recordar su suave voz pidiéndole que le cantara una canción antes de dormir o recordar cómo iba a todos lados con su peluche, provocaba que su corazón se retorciera de pena. Unas lágrimas volvieron a deslizarse por sobre su rostro, aun teniendo el Don que tenía, no era capaz de salvar las vidas de las personas que de verdad importaban. Primero aquella mujer que dio la vida por ella sin conocerla y luego aquel niño.

WHO DO YOU LOVE? BOOK 1 // 5SOSWhere stories live. Discover now