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I'll have a blue Christmas without youI'll be so blue just thinking about you, decorations of red on a green Christmas tree. won't mean a thing dear, if you're not here with me





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El ruido de la lluvia golpeando el techo del motel barato donde estaba durmiendo lo despertó, se giró en la cama para tratar de volver a dormir pero fue imposible, volvió a girarse para ver la hora en el pequeño reloj en la mesita de noche, eran la cinco de la mañana. No iba a volver a conciliar el sueño por lo soltando un bufido cansino, pateó las colchas de la cama y se levantó, caminó al baño mientras peinaba su desordenado pelo hacia atrás.

Entró al pequeño baño y afirmó sus manos en el borde del lavamanos, apretó sus dedos en la fría loza hasta que sus nudillos se tornaron blancos, cerró los ojos y recordó nuevamente la pesadilla. Otra pesadilla desde que había decidido tomar su auto, algunas prendas de ropa y recorrer el país, se sentía algo cobarde al volver a escapar con tal de evadir a Celeste pero no sabía que más hacer para no verla, verla y no poder estar con ella, no poder abrazarla o sentir la calidez de su piel era una tortura que no quería experimentar. Con sus pesadillas que cada vez eran más frecuentes y realistas era suficiente. Levantó la vista y se vio en el reflejo del espejo, su pelo estaba largo y la barba que cubría su cara era de días pero no le molestaba. Sus ojos reflejaban lo miserable que se sentía, ni siquiera podía llamar a KayKay, arreglar las cosas y tener por lo menos de su compañía, ella estaba muerta y era por su culpa. Había pasado un mes.

Una vez que estuvo dentro de la ducha, dejó que el agua cayera sobre su piel, pasó una de sus manos por sobre su pecho y sintió las diferentes cicatrices que Roy le había dejado, algunas eran quemaduras de cigarro, todavía podía sentir la sensación de dolor al recordar como las colillas de cigarro eran apagadas en su piel y reconoció tambien la que tenía en el lado derecho de su pecho donde el cuchillo había dejado una gran línea vertical, todavía estaban sanando y esperaba que pronto comenzaran a ser menos notorias. Al terminar la ducha, tomó una toalla, se secó para luego colgarla en sus caderas.

Todavía estaba oscuro y podía escuchar que todavía seguía lloviendo, odiaba esta fecha del año.

Odiaba el mes de diciembre y todo lo que eso implicaba, la única navidad que recordaba con cariño fue la última que había pasado con su madre, las galletas que ella cocinaba, el gran árbol que los dos preparaban y los regalos que con tanta emoción abría eran ya casi un recuerdo borroso en su memoria. Hugo nunca pasó una navidad con ellos pero con su madre bastaba.

Se levantó para terminar de vestirse con sus pantalones, tomó la sudadera negra y se la colocó, cuando estuvo listo tomó el bolso que andaba trayendo consigo, con su ropa. No quería estar más en este lugar. Ordenó el lugar y cuando estuvo listo salió, se dirigió a la oficina principal donde estaba la recepcionista. El sonido de las pequeñas campanas sobre la puerta tintinearon cuando Ashton entró sobresaltando a la joven mujer que estaba detrás del escritorio.

La chica se acomodó en la silla.

-¿Ya se va? – Le preguntó sonriendo –

-Si – Ashton se acercó a la mesa y buscó el dinero dentro de su cartera para pagar los días que había estado en el lugar – Pago todo en efectivo - Dejó el dinero en la mesa -

-Muy bien – La chica tomó el dinero y lo guardo dentro de la caja - ¿Todo bien con su estadía? –

-Si – Respondió escuetamente antes de girarse para salir del lugar –

-Feliz Navidad – Le dijo la chica a las espaldas –

Ashton se detuvo antes de salir y se giró hacia la chica. Ella lo miró expectante de saber porque se había detenido.

WHO DO YOU LOVE? BOOK 1 // 5SOSWhere stories live. Discover now