Capítulo 28

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Era pasada la media noche

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Era pasada la media noche. Todos los licántropos habitantes de castillo se encontraban reunidos en el hermoso jardín trasero. Algunos, la mayoría para ser exactos, estaban absortos en conversaciones banales entre sus allegados, bebiendo del vino que el personal del castillo pasaba repartiendo una y otra vez.

Cuando Samantha me dijo sobre la trasformación imaginé algo más personal. Más íntimo. Pero tal parece que teníamos ideas diferentes. Yo no quería que todas estas personas que a penas conocía me viesen pasando por una metamorfosis.

Desde que salí de la habitación la manos habían comenzado a sudarme y a pesar de habermelas secado, de forma disimulada, una y otra vez contra el pantalón azul oscuro que portaba, no lograba quitarme el asqueroso sudor. No me sentía preparado ni para estar frente a tanto público, ni menos para convertirme en un hombre lobo.

Mientras más lo pensaba más loco me parecía todo esto.

-Liam, te presento a mi hermano -presentó Samantha a un joven delgaducho pero con cara de haber vivido un milenio de años-. Su nombre es Jodikev.

El tipo no parecía feliz de estar aquí. Más bien no parecía sentir nada pues se encontraba más serio que una roca.

-Mucho gusto. -dije por cortesía.

-Por fin conozco al tipo que hizo que mi hermana se debilitara -soltó sin más.

Aquello me había hecho pasar saliva ¿Él se refería a aquella vez cuando quise irme? Porque pareciera que eso pasó a hace una eternidad ya. No sabía qué responder por lo que Sam se apresuró a arreglar la conversación.

-¿Recuerdas la historia sobre el Rey y la Luna? -asentí-. Bueno, Jodikev, al igual que yo, es hijo directo de ellos.

Interesante.

Eso quería decir que es casi tan antiguo como Sam. Muestra que a pesar de lucir débil y delgado, es uno de los licántropos más antiguos que existen.

Bien, hasta ahora conozco a dos de sus hermanos: una está loca y el otro parece que quiere matarme. Normal. Ahora que recuerdo ella me dijo que él Rey y la Luna habían tenido muchos hijos, es decir, que aún me faltaban más hermanos por conocer.

-¿Tu eres la mayor? -pregunté tímido.

-No en realidad. -dijo con una sonrisa prepotente-. Pero si preguntas el porqué yo soy la reina, bueno pues la respuesta es sencilla: soy la mas fuerte de todos mis hermanos.

Claro, era una buena razón. Sólo que para mí ella era tan delicada y fina que no podía imaginármela en acción. Debe ser complicado tener en tu espalda a todo un reino, supongo que es una tarea que no todos podrían hacer.

Mi chica, mi alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora