Capítulo 20: Sabés que es de fiar

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Mora 

¿Paula es tan rara? Digo, no soy quien para decir que está rara. No la conozco. Lo que si puedo decir es que fue raro. La situación en si.

Tuvimos un encuentro normal después de almorzar, pero a las 16:00 Tom se tuvo que ir y entonces yo también me fui. Pero a después Paula me llamo para ir a las 19:00.

-Hola, ¿Pasa algo?

-No. Solo quería hablar.

-Pero hoy ya hablamos- le recordé.

-Nooo, quiero hablar con vos- la miré confundida- digo, nos juntamos vos, Tom y yo. Hablamos vos, Tom y yo. Ahora quiero hablar nosotras dos.

-Aaaa, okay. ¿Hay alguna cosa específica de la que quieras hablar?

-No, solo que me falta un rato de chicas.

-Dale, juguemos a verdad o reto.

-Si si, yo empiezo- dijo emocionada por la idea- ¿Verdad o reto?

-Hoy voy a decir verdad- dije mientras Paula hacía un gesto de victoria.

-Okay, ¿Tenés algún secreto?- dijo como si la hubiera estado pensando desde que dije que verdad o reto.

-Em... - dije. No sabía si decir que si, porque no quería que lo descubriera, pero todos tienen secretos. Aunque igual es bastante raro que me haya hecho justo esa pregunta- si- dije finalmente.

-Uuuuu- exclamó "interesada", pero parecía que estaba fingiendo, parecía como si ya lo supiera desde antes- ¿Que es?

-Vamos, sabés que es de fiar- dijo Tom entrando en la escena. Pero algo andaba mal. Primero, dijo eso como si hubiera estado escuchando todo. Y segundo... esa frase me sonaba.

Recordé la primera vez que jugamos verdad o reto con Paula.

-"... Podemos hablar de todo lo que queramos. Sabes que soy de fiar."

-A ustedes dos les pasa algo- me atreví a decir.

-¿¿¿Por qué decís eso???- dijo Tom incómodo, se ve que no era bueno fingiendo- no ocultamos nada. Solo... - Paula le dio un costado para que se callara.

-No pasa nada. ¿Por qué pasaría algo?

-No se, solo que me pareció raro que Tom llegará tan de repente, y sin decir siquiera hola. No es algo muy común de su parte.

-Sory, es que estaba viniendo y las escuché y quería unirme a la conversación- se excusó.

-Okay- dije dudando. Su argumento no era muy creíble. Me sonó el teléfono. Alguien me llamaba- perdón. Tengo que contestar.

-Tranquila, igual yo ya me tenía que ir... - empezó Paula antes de que la interrumpiera.

-No. No sé van. Es solo una llamada rápida- dije antes de contestar- ¿Qué pasa?

-Nada, es que me paso algo muy raro hoy hace unas horas y quería contarte- me respondió la voz de Margaret ( bueno, en realidad era mi voz) desde el teléfono- estaba con Tom, y actuó muy raro. Y luego me preguntó si tenía algún secreto.

-Me está pasando lo mismo. Vení lo más rápido que puedas así hablamos.

Llegó Margaret y todo se puso raro.

-¿Que les pasa a ustedes? Sabemos que traman algo- dijo ella intentando hacerse la ruda.

-Mejor dicho, nosotros sabemos que ustedes traman algo- contestó Paula dejándonos boquiabiertas.

-No entiendo nada- mencioné.

-No se que decir- me contestó mi reflejo.

-Yo tampoco.

Guardamos silencio.

-Un silencio vale más que mil palabras- Pau rompió el silencio.

-¡Vamos!- habló Tom por primera vez- sabemos que tienen algo entre manos. Han estado actuando muy raras. Además siempre salen, y no nos cuentan de lo que hablan. Y lo más raro es que no parecen ustedes. Maggie, ya no sé si siquiera debería decirte así. No sos vos. Ya no sé hace cuánto no te veo, porque primero nunca estabas y después... y Mora, no puedo decir mucho, porque apenas te conozco, pero me haces acordar más a ella que ella misma. Si no quieren no nos cuenten que pasa, pero no puedo seguir así. Ya no puedo. Pensé que éramos amigos. Y se lo digo a las dos, pero parece que no. Y lo único peor de que se vaya tu amiga- me miro- es que pienses tener una nueva, y te equivoques.

Lo que había dicho... wow. Parecía que lo decía en serio, y aunque apenas lo conocía, me sentí mal por el. Se veía que estaba mal. No es lindo perder a un amigo.

Se disponía a irse cuando Mar lo freno.

-wow, Tom, no sabía que te sentías asi- dijo Margaret de al lado mio- de verdad lo siento. No era nuestra intención...

-¡Claro que no lo era!- Paula se enojo- pero eso no cambia el hecho de que sea así. No.

-¡Ay! Ya no se puede- grité- No podemos romper una amistad solo por un secreto. Sí, estuvimos mal, pero eso ya no importa. Además se iba a enterar tarde o temprano. Margaret...

Nos miramos. Se lo teníamos que decir. Ya no valía la pena ocultarlo.

-Okay- dijimos al unísono- cambiamos de cuerpo.

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