Mora
Por mi parte, no me fue tan mal. O por lo menos no hasta el almuerzo.
Fue así.
Había salido de mi cuarto e ido al comedor para desayunar. Por ahora todo bien. Por suerte nadie había sospechado. Yo casi no hable, pero creo que me excusé porque estaba todo el tiempo comiendo. Con que así sabía la comida de los ricos. Al poco rato Matías se había ido dejándome sola con los papás de Margaret. Por suerte no conversamos mucho.
-Y, Mar, ¿Cómo estás? ¿Cómo andás con el colegio?- preguntó el rey.
-Bien, igual el colegio terminó hace algunos días, pero en general estoy bien.
-Que bueno. Y, ¿Que pasó con esa amiga tuya de la plaza?- preguntó mi supuesta madre.
-Eh, bueno, ahora íbamos a vernos en algún momento. Tenía algo muy importante que contarme.
-Ahh, ¿Y de que se trataba?- me puse más nerviosa. No era buena mintiendo.
-Eh... era... - el sonido de un mensaje que me había llegado cortó la conversación. Me había salvado la campana.
-¿Quien es?
-Es Paula. Quiere que nos veamos en un rato.
-Tranquila, ve. No importa.
-Okey. Gracias- me despedí y después me fui.
Llegué a la plaza, y vi a una chica como de mí edad. Comprobé que era Paula, porque cuando me vió, me saludó y me hizo un gesto con la mano para que fuera con ella.
-Hola, Maggie. Que onda.
-Hola Pau- dije dudando ¿Le decía así? ¿Que si sospechaba?
-Por una vez que te acordás que así me gusta que me llamen. Raro de tu parte, pero me gusta.
-Si.
-Y, ¿Cómo estás? ¿Cómo va tu vida?
-Bien, bastante bien, ¿Y la tuya?
-Bien, tampoco es que pasen muchas cosas en tu vida a diferencia de en la tuya. Solo arte, amigos, y no mucho más- "No sabes cuánto" pensé. En mí vida como en la de Margaret estaban pasando muchas cosas- Bueno. Como ya sabes, Tom no va a venir, así que estamos solas. Podemos hablar de todo lo que queramos. Sabes que soy de fiar.
-Si. Porque no lo serias?
-Bueno, la vida de una princesa es muy interesante, pero prefiero guardarme lo para mí misma. Pensar en que se cosas que nadie sabe me hace sentir prioritaria. Y que entonces podría decir, pero no quiero. No me conviene. O quizás si- dijo en tono misterioso. Y después se rió, siguiéndole la corriente ( aunque no solo por eso, si daba gracia) me reí también.
-Entonces, ¿Jugamos a verdad o reto?
Aunque me lo haya preguntado, no me dejaba opción. Sería sospechoso que dijera que no. Y además lo dijo como si fuera un juego que jugaban mucho, entonces significaría que a Margaret le gustaba el juego.
-Si dale. Yo empiezo. ¿Verdad o reto?
-Verdad.
-Okay. - pensé un poco-esto es algo pienso y quería preguntarte- me inventé. Cómo si yo pensará en eso- antes de ser amiga tuya ¿Te caía bien?
-Sinceramente... no. ¡Me caías horrible! Cuando era chica vos eras la princesa y todos te prestaban atención. Y eso me enojaba mucho. Pero ahora, somos súper bff.- Best Friends Forever -mi turno. ¿Verdad o reto?
-Reto- no podía elegir verdad, no sabía casi nada de esa chica. Bueno, de la chica que ahora estaba en mí cuerpo.
-Eu, ¿Porque? ¿Porque no dijiste verdad?-preguntó, y yo casi me muero. Quizás siempre Margaret elegía verdad ¿Que si sospechaba? Pero después me di cuenta de que tenía un tono malicioso, así que supe que era otra cosa.
-¿Que me querías preguntar?
-Si te gustaba Tom.
-Hey, y, ¿Porque me gustaría? Perdón. Mala pregunta. Mejor dicho... ¿Porque pensarías que me gusta?
-Bueno, son amigos desde siempre. ¡¡¡Y la manera en la que lo miras!!!
-Si si, bla, bla, bla. ¿Me haces el reto o no?
-Okay- pensó y después puso una cara malisiosa, tenía algo grande guardado- ¡¡¡te reto a decirle a Tom que te gusta!!!
-¡¿Que?! ¡¡No!! ¡¡¡Porque!!! ¡No me gusta!
-Quizás no, pero es obvio que le gustas a el.
-¡¡¡Seguro que no!!! ¡¡¡No le gustó!!! Y si sí, peor. Lo ilucionaría.
-Por eso. Así la cosa se pone picaaaante.
-Tienes un alma malvada. Ni me gusta ni le gusto. Además, cómo se que a vos no te gusta. Ayyyyy, ¡¡¡¿Y que si vos le gustas?!!!
-¡¡¡¿Estás loca mujer?!!!
-Más que vos, seguro que no.
-Tenés razón- dijo ahora riéndose- nadie me supera.
Nos quedamos un rato hablando, ahora sin jugar verdad o reto, pero nos divertimos mucho. Entendía porque eran amigas. Hasta que sonó el celular de Paula.
-¿Hola?- respondiÍ- si. Okay. Ahora voy- colgó la llamada- Perdón me tengo que ir. Hablamos luego- dijo y se fue.
-Chau.
Lo que yo no sabía es que mientras se fue se dijo:
-No está como de costumbre. No de la forma mala, pero, la noto diferente. Debe tener algo entre manos que no me quiere decir, pero ¿Porque?
Me volví a la casa/mansión/castillo feliz porque me había ido bien, pero solo hasta el marco de la puerta llegó mí felicidad.
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Intercambio
FantasiCuando unos extraños cuadros las hacen cambiar de cuerpos, Margaret y Mora, unas chicas totalmente diferentes de 14 y 15 años, tendrán que hacerse amigas y descubrir como arreglar todo.