Margaret
¡Raios! Estoy en problemas.
Mejor les cuento que pasó.
Después de terminar de hablar, Mora y yo empezamos nuestro día, y ahí paso.
Estaba yendo a llevarme bien con el hermano de Mora, y entonces, como toda persona normal, empezamos a hablar.
-Hola Marcos.
-Hola Mori. ¿Que estás haciendo?
-Nada, vine a ver qué estabas haciendo vos. Entonces, ¿Que haces?
-Nada, en un rato me iba a jugar al fútbol.
-Ah, claro. Por eso la ropa. Debí imaginarme.
-Si, en media hora me va a venir a buscar un amigo para ir.
-Cool. Su equipo era... - miré en la remera y vi que decía "Elefantes"- Elefantes, si, Los Elefantes.
-Exacto- dijo confundido- ¿Estás bien? Estás actuando extraño. Ya sabes, por ninguna razón venís a verme, después preguntás por lo que iba a hacer, y después te olvidás el nombre del equipo. ¿Te pasa algo?
-No nada. Estoy muy bien, pero mejor te dejo de molestar, para que te vallas preparando para irte.
-No, tranqui, Tom me va a pasar a buscar a las 12:30 así almorzamos, y ni siquiera son las doce.
Tranquila Margaret, hay muchos Toms en el mundo. Simplemente tranquilizate. Además, el es más chico que vos, no creo que lo conozca.
-Ah, okey, tu amigo, si.
-Si, ya sabes, el que tiene como tu edad. Ahora que lo pienso, nunca te lo presenté. Pero te hablé mucho de el, pensé que sabías.
-No, si, ya se- dije más nerviosa que una papa- Solo preguntaba por si había algún otro Tom, ya sabés. Bueno, entonces te dejo. Chau.- dije y me fui rápidamente. Pero llegué a escucharlo decir:
-Que le estará pasando. Está más rara que de costumbre. ¿Estará bien?
Me fui al cuarto de Mora. No sabía que hacer.
"Okay" intenté consolarme "Tranquila Margaret. Tom es un nombre popular, pueden haber muchas personas llamadas Tom"
Luego de eso espere hasta las 12:30 y solo después baje a comer algo, tenía mucha hambre. No había desayunado.
Pero fue la peor decisión que tomé en todo el día. Había llegado justo a tiempo. Traté de irme antes de que me vieran pero era tarde. Y al mirar con más atención comprobé mí hipótesis. Tom, era Tom.
Ya se. En estos momentos no estarán entendiendo nada, pero se los explico.
La actividad que tenía mí amigo Tom los lunes era fútbol. Yo no le dije a Mora, pero no era por eso, simplemente no quería. Cuando ella dijo lo de su hermano, no presté mucha atención. Después, cuando vi la remera de Marcos no pensé nada. ¿Cómo me iba a acordar del nombre del equipo de mí amigo si ni siquiera me interesaba? Pero cuando dijo que se llamaba Tom me empecé a asustar. Y cuando dijo que tenía mí edad más todavía. Y ahora lo había comprobado. El era mi amigo Tom.
-Tom, ella es mi hermana, Mora- dijo señalándome cuando por fin me vio- nunca te la había presentado.
Esas palabras me obligaron a bajar.
-Hola- dije intentando disimular mis nervios. Iba a explotar.
-Hola, un gusto conocerte- me respondió extendiendo la mano.
Ay Tom. Porque tenías que ser siempre tan educado.
Le estreche la mano.
Me disponía a irme cuando me dijo.
-Me haces acordar a una amiga mía. Te pareces mucho.
Rayos.
-¿La que te gusta?- dijo Marcos de chiste empeorando lo que no podía ser peor.
-¡No me gusta!
-No, solo pensás que es perfecta, pero no te gusta.
No sabía si sentirme alagada o asustarme.¡¿Enserio pensaba eso de mí?!
-¡¡¡Eu!!! Mirá que te dejo eh.
-Bueno mejor nos vamos- dijo mí "hermano" pasando por la puerta- chau
- Adiós- respondí, y después se escuchó un portaso.
No me podría haber ido peor.
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Intercambio
FantasyCuando unos extraños cuadros las hacen cambiar de cuerpos, Margaret y Mora, unas chicas totalmente diferentes de 14 y 15 años, tendrán que hacerse amigas y descubrir como arreglar todo.