Último día (1)

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- ALBAAAA! Despierta ya, es último día de clases – dice grita mi hermana Marina entrando a mi cuarto y tirándose arriba mío.

- Joderrrr Mini – digo con voz ronca y adormilada.

- Venga ya, no seas perezosa – dice saltando arriba mío – además la mamá dijo que nos tenía una noticia importante – y destapa. No sé de dónde coño saca tantas energías por la mañana.

- Ya voy pesada – digo levantándome para ir directa al baño, no sin antes dejarle un beso en la cabeza, aunque por la forma de despertarme debería de haberle dado un guantazo.

Entro al baño y lo primero que hago es lavarme la cara y dientes, cuando termino me miro al espejo, cepillo un poco mi cabello rubio y corto para luego ir a por ropa, saco unos vaqueros, una camiseta blanca de mangas cortas con una frase rosa de "hembra alfa" y unas zapatillas blancas. Cuando termino no me gusta mi pelo así que me hago una pequeña coleta que deja al descubierto mi nuca rapada y me pongo una cinta para ocultar mi flequillo, tomo mi mochila y bajo al comedor donde se encuentra la Rafi que es mi madre junto a Marina desayunando.

- Buenos días, hija – dice mi madre mientras me siento junto a ella y me preparo una tostada con aguacate - ¿has descansado bien?

- Buenos días y sí, he descansado bien – digo regalándole una sonrisa digna de una niña de 5 años.

- Qué bueno. Por cierto, tengo una noticia importante que daros – dice mirándonos y haciendo una pausa para creas más expectación en nosotras.

- ¿Qué noticia?

- ¿Recuerdan el campamento de música del cual me hablaron? – dice mirándonos, yo miro a mi hermana y asentimos nerviosas y sin saber por dónde va – pues Noemí, la directora del lugar, me ha contratado como cocinera, por lo cual, ustedes podrán ir con un descuento – nuestra primera reacción fue quedarnos en shock para luego mirarnos y comenzar a saltar, gritar, abrazarnos como locas y hasta a bailar – pero es con una condición, se tendrán que ir turnando para ayudarme en la cocina – dice apuntándonos con un dedo a ambas – mi madre tenía un pequeño restaurant en el centro de Madrid, es algo nuevo y desde que abrió lo ha visitado mucha gente y ahora por ser la cocinera de ese famoso campamento segur le irá mejor, mi madre se merece todo lo bueno del mundo.

- Muchas gracias, mamá – digo llenándola de besos al igual que Marina.

- No es nada y ahora a terminar de desayunar que aún les queda un día de clases.

Después de desayunar Marina y yo nos dirigimos insti para terminar por fin las clases.

Llegó la primera hora y realmente no hicimos nada, todos se dedicaron a hablar las posibles cosas que harían durante las vacaciones hasta que toco la campana. Salí del salón bajo algunas miradas de mis compañeros y me adentré en un pasillo y allí me encontré con Emma, mi única amiga. Antes tenía muchos amigos, pero todos se alejaron de mí tras enterarse que son bisexual, yo la verdad no sé como puede seguir habiendo gente tan cerrada de mande aún en estos tiempos.

- Y bueno, ¿sabes que harás este verano? – me pregunta Emma. Ella es una chica muy guapa, tiene cabello castaño un poco más debajo de los hombros, pestañas largas, ojos verdes, un tanto alta y tiene muy buen físico.

- Sip – digo sobresaltando la "p" – y no te lo vas a creer – digo poniendo una sonrisa que me llega de oreja a oreja.

- ¿Qué? – me dice con los ojos abiertos, expectante – no me digas – dice con una sonrisa burlona – planeas casarte con Natalia Lacunza este verano – dice como si fuese su mayor descubrimiento y a la vez en broma.

- Que va. Uff, ojalá. ¿te imaginas? – digo super emocionada. Natalia Lacunza a parte de ser una completa diosa griega es también mi cantante favorita, todo lo que hace para mi es perfecto y todo lo que toca lo vuelve perfecto. La primera vez que escuché su voz sentí un flechazo y luego cuando la busqué en Instagram y vi la pedazo de cara que tiene sentí que me volvía completamente loca por ella.

- ¿entonces? – pregunta - ¿Qué es?

- ¿Recuerdas del campamento que te hablé, Music Triunfo? – pregunto y ella asiente – pues mi madre nos llevará este verano a Marina y a mí – digo saltando.

- ¿NO? – dice saltando también y abrazándome – que guay, tía – me besa la mejilla – todos los que van a ese campamento luego tienen un espacio en el mundo de la música y tú sin duda te mereces ese espacio. La miro con ternura y la abrazo, después seguimos hablando hasta que volvió a tocar la campana y así hasta que terminó el al fin el último día de clases.

Cuando salgo del insti me abrazo por unos minutos con Emma, bajo la mirada de algunos estudiantes, los cuales ignoramos diariamente, le desea felices vacaciones. Me pongo los cascos y dejar que la maravillosa voz de Natalia Lacunza inunde mis sentidos para luego poner rumbo a mi casa esta vez sola, ya que Marina tiene horarios diferente a los míos y puede que ya esté en casa.

Al llegar grito su nombre y me indica que esta en su cuarto, subo los escalones paso por mi habitación para dejar la mochila y luego me voy a la suya encontrándome con toda su ropa tirada, una maleta y bolso tirados en el suelo más una Marina estresada.

- Pero Mini, ¿Qué haces?

- Tata, el campamento es en tres días y no sé qué llevar – dice poniendo un puchero adorable.

- A ver, ¿qué te parece si bajamos a comer algo rápido y luego te ayudo a empacar? – le digo acariciando su carita estresada. La verdad es que Marina es preciosa, tiene el pelo rubio y largo, ojos azules, labios gorditos y bonitos y un buen cuerpo. La jodida podría ser perfectamente una modelo.

- Bueno, pero me ayudas – dice tirando de mi a la cocina.

Buscamos algo fruta para picar, yogurt, unas galletas con chocolate para Marina y unas galletas sin lactosa para mi ya que soy intolerante. Vimos algunos capítulos de la serie Vis a Vis y yo creo que me enamoré un poco más de Zulema, aunque sea algo malita a veces. Luego de un rato subimos a empacar sus cosas y aprovechamos de empacar las mías.

- Joder que cansada estoy – se queja Marina tirándose a mi cama y yo me tiro al lado de ella. Justo cuando voy a hablar la voz de mi madre hace que nos pongamos atentas.

- ¿chicas? Ya estoy, bajen y cenamos – con Marina nos quedamos viendo para luego mirar la hora y ya eran las ocho con cincuenta de la noche. Bajamos, saludamos a mamá y nos sentamos a comer. Hablamos de nuestros días hasta que la Rafi habla interrumpiéndonos – Ay, chicas. Lo había olvidado – dice con emoción – este año en el campamento irá una artista a dar clases, no sé quién es aún, pero sé que es chica y muy famosa.

Después de esa noticia nos pusimos aún más nerviosas pensando en quién sería hasta que terminamos de comer, recogimos la mesa y cada una se fue a su cuarto.

Cuando llegué al mío me adentré al baño, me duché, cepillé mis dientes, me sequé el pelo y me puse una camiseta ancha y larga como pijama junto a unas bragas y me fui a dormir pensando en el verano que se me venía encima.


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esta es mi primera novela, espero que les guste y que la disfruten mucho.

Tu Mirada " AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora