Stupid Love Song 13

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Pov Alba

La semana nueva comenzó con muchas sonrisas, algunas grandes y efusivas, otras tímidas, alocadas, escondidas, vergonzosas y demás.

Cada día que pasaba iba mejor que el anterior, siempre estaba con mis amigos, mi madre y hermana; y aprendía mucho de música.

Mi tobillo estaba mejor, ya podía caminar sin apoyo y me alegraba mucho de eso.

Hoy jueves me levanté contenta, fui a desayunar con los chicos y después a mis clases. El día iba comenzando y por alguna extraña razón no podía dejar de sonreír. Ahora iba camino a la sala de baile, ya que me había olvidado de mi móvil ahí. Llegué y fui a buscarlo donde lo había dejado, estaba a punto de irme cuando escuché unos sollozos tras una de las puertas que había en la sala. No me lo pensé dos veces y fui a ver si todo estaba bien. Estaba por tocar la puerta cuando oí a una persona hablar.

- ¿Por qué? ¿por qué no me deja estar junto a ella? Es que no lo ve, estamos destinadas – no podía distinguir la voz de la persona ya que seguía sollozando – ESO NO ES CIERTO – gritó de la nada al silencio – TÚ ERES UNA INUTIL, NO YO – estaba otra vez por tocar la puerta cuando volvió a hablar – no es cierto, no es cierto. Ella me quiere. Vete de aquí, VETE. Déjame sola. Ella me quiere, ella me quiere – repetía y volvía a repetir "ella me quiere" una y otra vez.

- ¿Qué haces ahí?

Me sobresalté al escuchar una voz desde el otro lado de la sala, me giré y la vi, inconscientemente se me formo una sonrisa en los labios que ella no dudó en devolver.

- Te he estado buscando por todas partes, quería... quiero enseñarte algo – me dijo algo nerviosa, cosa que hizo que me pareciera aún más dulce. Me acerqué a ella y olvidé de inmediato los sollozos y palabras que sonaron del otro lado de la puerta.

- Claro, ¿ahora?

- Si no tienes nada que hacer – dice y se lleva su mano con ese tatuaje que tanto me encanta al septum. Cada día iba descubriendo cosas nuevas de ella y una de esas cosas es que se tocaba el septum cada vez que está nerviosa, cuando no sabe que decir o cuando hay situaciones incómodas.

- La verdad es que sí tengo algo que hacer – le seria.

- Oh – dice algo ¿decepcionada? – bueno, no pasa nada. Otro día puede ser.

- Que es broma, Nat. No tengo nada que hacer, puedes hacer conmigo lo que tú queras, ya no tengo más clases y Marina ayudará a la Rafi hoy.

- ¿segura de que puedo hacer contigo lo que yo quiera?

Dice con una sonrisa pícara mientras salimos de la sala. Le golpeo el hombro juguetonamente mientras me encojo de hombros y le regalo un giño, ella se sonroja inmediatamente lo que hace que me ponga a reír con una loca.

Desde que comenzó la semana comenzamos a hacer comentarios o gestos como esos, lo hacíamos por jugar, aunque a veces debo admitir que me confundía un poco bastante.

Natalia se convirtió en un gran apoyo desde que nos conocimos y el hecho de que me confunda con algunos hechos me da miedo. Ella y yo nos hemos hecho buenas amigas, cuando alguna de las dos se agobia nos buscamos como primera opción sin dudarlo dos veces, cuando queremos dar un paseo con alguien, cuando queremos estar solas, pero a la vez no tan solas y en muchas casas más nos buscamos. Con ella puedo ser yo libremente, me entiende, me apoya y se ríe de mis bromas, aunque no sean graciosas.

Y miedo, me da miedo porque no quiero ser yo quien confunda las cosas, sé que ella no podría sentir nunca algo por mí, sé que soy solo una amiga para ella y no quiero sentir algo que no debo y perderla. Muchas veces pienso en eso y no llego a ninguna conclusión, solo soy yo cuando estoy con ella, y trato de hacer bromas siempre cada vez que nos ponemos así, aunque a veces cueste.

- ALBA – sacudí la cabeza y miré a la chica que tengo al lado, que tiene una expresión preocupada en el rostro - ¿estás bien? Llego hablándote un rato y nada.

- Sí, perdona. Es que estaba pensando – le sonrío, como me encanta que se preocupe por mí, pienso. Miro a los lados y veo que estamos en el muelle, hay una vista increíble del lago ya falta poco para que el sol comience a bajar.

- ¿Segura que estás bien, peque?

- Si, tranquila. Ya sabes como soy, a veces me pierdo en mi mundo.

Me sonríe y no sentamos con las piernas encogidas en ese momento saca la guitarra que hasta el momento no me había dado cuenta de que llevaba consigo.

- Ayer en la noche me bajo la inspiración y escribí una canción que me encantaría mostrarte. Se llama Stupid Love Song.

Sonrío, no pensé que fuese a mostrarme una de sus canciones y mucho menos una tan nueva, en ese momento me puse nerviosa, pero deje de estarlo cuando comenzó a rasgar su guitarra para hacer una dulce melodía que juntó junto a su voz.

I know you won't listen to my words,

Cause you don't want to,

Cause you don't need to.

Su voz suave comenzó a cantar susurrando las primeas frases, tenía los ojos cerrados y yo no dejaba de mirarla, ya me tenía completamente atrapada.

You have it all,

You're in control.

We still don't know what's going on,

We could be falling or this could be

Just another Stupid Love Song.

En ese momento me tenía tan hipnotizada, me tenía tan a sus pies que estoy segura que hubiera hecho cualquier cosa que me pidiese.

As the clocks keep turnign,

We're still pretending it's all part of the game.

But tell me what would happen if we saw each ather in another life,

In another place.

Estaba sintiendo muchas cosas en ese momento y no supe descifrar bien el qué.

De un momento a otro Nat abrió los ojos para clavarlos en mí, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, cantó un poco más alto, con más sentimiento que antes y a mí, se me erizaron los bellos de la piel.

Would it hurt?

Maybe not,

Maybe we would just forget,

The little pieces that we kept hidding in our minds.

I try to find now where's the line that spares the laws of space and time

That's filling in this heart,

Of mine that somehow joins the truth of life

The truth of life

Terminó de cantar, seguía mirándome y yo no sabía que decir.

- ¿te gusta? – preguntó tímidamente, asentí con la cabeza y le susurré.

- Otra vez.

- ¿otra vez? – preguntó con una sonrisa, sonreí y asentí - ¿enserio? ¿te gusta? – volvió a preguntar y yo volví a asentir.

Comenzó a cantarla nuevamente y sentí que flotaba, que su voz me guiaba y me invitaba a ir más allá, me sentí en el espacio y quise dejar de sentirme así.

Ella estaba mi lado, cantando una de sus canciones y yo solo la miraba sentía. La canción volvió a terminar.

- ¿te gusta? – preguntó nuevamente, asentí - ¿enserio – asentí - ¿de verdad? – volví a asentir y reí por su insistencia por saber si me gustaba o no la canción.

Ella dejó su guitarra a un lado y yo me acerqué lentamente a ella, le dejé un suave beso en la comisura de sus perfectos labios y la abracé.

- Es maravillosa – le susurré en oído aún abrazadas – como tú.

Tu Mirada " AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora