No La Cambiaría Por Nada 27

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Pov Natalia

Un rayo de sol se posó en mi cara despertándome e interrumpiendo mi sueño, como odiaba despertarme así. Aún con los ojos cerrados traté de moverme, pero algo me lo impedía, abrí los ojos y vi a la rubia más guapa del planeta durmiendo encima de mí, sonreí. Me estaba gustando despertarme así.

Desde el día de la fogata que llevamos durmiendo juntas, o sea, una semana. Anoche otra vez hicieron otra y como la vez anterior todos se quedaron a dormir en la cabaña. A lugar donde vieras había alguien durmiendo, pareciera como si hubiésemos hecho una fiesta y todos hubieran caído donde sea por culpa de ebriedad, me reí.

De la nada, unas tremendas ganas de ir al baño se apoderaron de mí, traté de mover a Alba a un lado, pero eso solo hizo que se aferrada más a mí.

- Alba – susurré para no despertar a alguien más. pero ella ni se movió – Alba, mi amor – dije ahora más alto y moviéndola un poco.

- Mmm... déjame dormir – dice para luego aferrarse aún más. ya estaba comenzando a desesperarme y si Alba no se movía me iba a terminar meando encima.

- Alba, despierta. Por favor, me meo – le dije otra vez y ella levantó la cabeza de mi pecho – cariño, ponte a un lado.

- ¿Por qué? No – dijo somnolienta y con vez de bebé.

- Cariño que me estoy meando – digo afligida.

- Pues mea, pero no me voy a mover – dice y vuelve a poner su cabeza en mi pecho.

- Por favor, Albi. no aguanto.

- ¿Por qué?

- No lo sé, pero necesito ir al baño.

- Pero vas a tardar – dice aún dormida y con voz de pena. Agh, me la como, es tan bonita.

- Te prometo que ahora mismo estoy de vuelta.

- Bueno, pero dame un besito – le doy un pico en los labios y ella se mueve al fin.

Llegué al baño entre saltos silenciosos y esquivando con cuidado a las personas que dormían en el suelo. Sentí tanto alivio cuando llegué al baño a tiempo que hasta sonreí. Luego de lavarme las manos volví a la cama con la pequeña rubia.

- Ya estoy aquí – le susurro metiéndome a la cama.

- Tardaste – dice enrollándose a mí.

- Es que tuve que esquivar a muchas personas.

- ¿Qué? – dice levantando la cabeza de mi pecho y mirándome confundida, yo reí, a veces es muy graciosa y despistada medio dormida. Con la cabeza señalé a los lados y ella miró – oh, no me acordaba que estaban todos aquí.

- Anoche hubo fogata ¿recuerdas?

- Es verdad. Y claro que lo recuerdo, nos dijeron que quedan tres semanas de campamento – dice apretándome más a ella – no quiero estar lejos de ti.

- No lo estaremos, nos veremos todos los días.

- ¿Me lo prometes? – dice con los ojitos vidriosos y yo en ese momento le hubiese prometido cualquier cosa que ella quisiera.

- Te lo prometo. Además, aún tenemos que asistir a la boda de la Mari y Marta, recuerda que eres mi acompañante.

- Es verdad – sonríe y se acerca a besarme – mm... tenemos aliento mañanero – dice al separarnos y yo me pongo a reír lo más bajo que puedo – aunque siguen siendo ricos tus besos.

Tu Mirada " AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora