No Trates de Provocarme 19

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Pov Natalia

- Natalia ¿Tú alguna vez tuviste algo con Miriam? – dice Alba interrumpiéndome.

La miro sorprendida, la verdad es que no me esperaba esa pregunta. Ella me mira esperando una respuesta y yo no sé qué contestarle. No sé si decirle lo que pasó, no sé si podría decirle eso, además no sé cómo llegaría a actuar cuando se lo cuente. Ella baja la cabeza y trata de separar nuestras manos unidas, pero yo se lo impido reforzando el agarre.

- Albi – ella no me mira – amor, mírame – ella alza su cabecita rubia y me mira con esos ojitos tan bonitos que tiene – eso es algo muy complicado, yo no tuve nada con ella, pero aun así la situación fue complicada y me encantaría decirte de verdad todo lo que pasó en su momento. No es algo fácil para mí, la pasé mal y mis amigos también.

- ¿Ella te hizo algo malo?

- Ella hizo algunas cosas. Mira, te prometo que te lo contaré todo, pero ahora me gustaría disfrutar de la chica más guapa de todo el campamento y de toda España sin problemas y sin complicaciones – ella sonrío. Por fin.

- Eres muy tonta, Nat – dice apoyando su cabecita en mi hombro y yo disfruto de su calor – de verdad me gustaría que pudieras contar conmigo para tus cosas importantes y no tan importantes. Me gustaría apoyarte en todo lo que pueda y poder hacerte bien, hacerte feliz.

- Cariño, tú ya me haces feliz – la abrazo – me haces muy feliz y te lo contaré, todo, pero ahora vamos a disfrutar ¿está bien? – ella asiente y levanta su cabeza para mirarme.

- ¿Tú estás bien ahora?

- Yo ahora estoy perfectamente bien.

Ella sonríe, la luz de una de las farolas apunta a su cara y sus ojitos están más brillantes, me mira con tanta intensidad que siento que flaqueo. Yo junto nuestras frentes y subo una de mis manos de su cintura a su cara para acariciarla de manera suave. Nunca jamás en mi vida había tenido tantas ganas de besar a alguien. Nadie se había interesado tanto en mis cosas como se interesa ella. Nadie había chocado tanto en mí como lo había hecho y, aunque podían pasar miles de cosas luego ahora yo sólo pensaba en que quería arroparla en mis brazos siempre y besar sus labios de la manera más dulce posible.

- ¿Puedo besarte? – susurre de manera tímida y ella sonrío.

- Siempre puedes hacerlo – respondió de la misma manera.

Sonreí y me fui acercando poco a poco y pude ver como ella también o hacía, nuestras narices se rozaban y nuestros alientos chocaban. Ella cerró los ojos, nuestros labios se tocaban, pero aún no los habíamos sellado.

- Te quiero – susurré en sus labios. Ella sonrió y yo junté nuestros labios.

El beso era dulce, lento, delicado y con mucho sentimiento. Ella me decía que me también me quiere en este beso y me hacía sentir especial. Desde que soy conocida mucha gente me hizo sentir así, pero esto, esto es otra cosa. Alba es otra cosa, ella es mágica, es magnética, es dulce, ella lo todo, pero absolutamente todo.

Seguíamos besándonos despacio hasta que pasé mi lengua por uno de sus labios, ella abrió más la boca invitándola a entrar y yo gustosa lo hice, nuestras lenguas se chocaron, danzaron entre ellas y yo sentía que me moría y revivía. El beso subió a intenso, apasionado, ella mordía mi labio y pasa su lengua por ese para aliviar un poco el dolor, nos besábamos con ganas, como si se fuera a acabar el mundo, como si quiera recrearme en sus labios y con deseo, nos deseábamos y nos queríamos en ese beso y eso fue increíble. Nos tuvimos que separar por la falta de aire, su pecho subía y bajaba con fuerza al igual que el mío, sus mejillas estaban algo sonrojada y sus labios estaban hinchados. ella abrió sus ojos algo más oscuros por el deseo, de seguro lo míos estaban igual.

Tu Mirada " AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora