Ir Despacio 18

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Pov Natalia

- Tú y yo ¿qué somos?

No sé de dónde saqué la valentía para preguntarle eso y muchos menos para decirle todo lo demás. Pero tenía que decírselo, era algo que me inquietaba por dentro y tal puede que esto suene feo y egoísta, pero quiero a esa rubia sólo para mí. Me encantaría poder sacarle sonrisa y ser yo la persona por la cual pierda la cabeza. Sin duda alguna estoy perdida.

Me sentí algo tonta cuando me dijo que Joan sólo es su amigo y que en realidad a él le gusta a Marilia y creo que sin duda tengo que pedirle perdón, fui muy bruta con una persona que no se lo merecía.

Ahora estaba pendiente a la rubia y a lo que me pudiera responder. De verdad me gustaría que me diese una oportunidad para hacerla feliz y yo ser feliz con ella.

- Tú y yo somos algo muy bonito, Nat – dice mi rubio – no sé que somos, sólo sé que es muy bonito.

- Albi, es que me siento perdida. No hemos hablado nada de esa noche y siento que en cualquier momento te vas a ir – era hora de sincerarse.

- No me iré a ningún sitio. No te voy a negar, yo también estoy algo perdida y me gustaría saber que está pasando.

- Albi, ¿qué tal si lo intentamos? – ella parecía sorprendida por mi propuesta.

- Nat, me encantaría hacer eso, pero quiero ir despacio. Siento que aún no nos conocemos lo suficiente y me encantaría conocerte y que disfrutar de nuestros momentos, no sé, dejarnos llevar por ahora y luego ver qué pasa – ella agacha la cabeza – no me gustaría perderte por tomar una decisión tan rápida.

- Me parece perfecto lo que dices – digo levantando su cabeza para así poder ver su bello rostro – estoy totalmente de acuerdo en todo, y cariño, tú no me vas a perder. No nos vamos a perder.

- ¿Cómo estás tan segura de eso?

- Porque lo siento, porque lo siento aquí – digo mientras llevo una de sus suaves manos a mi pecho – ella me sonríe y me abraza.

- Creo... creo que te quiero Nat – me susurra.

- Te quiero, Alba Reche.

Ella levanta su cabecita de mi pecho y me sonríe, se va acercando a mí poco a poco, así como yo me acerco a ella, puedo sentir su respiración en mis labios y todo el calor que ella desprende en mi cuerpo. Nos rozábamos, sienta sus labios en los míos y cuando estaba por sellarlos alguien nos interrumpió.

- Chicas – giramos nuestras cabezas hacía la voz y pudimos ver a Noemí venir hacía nosotras con el ceño fruncido – pero ¿se puede saber qué hacen aquí y por qué no están cenando?

- Mierda – murmure – perdona Noe, es que necesitábamos hablar de algo importante que no podía esperar.

- Hablar – se ríe – si estaban a punto de comerse la boca – nosotras nos sonrojamos – venga pencas, vayan a cenar que tienen todo el campamento y tal vez toda la vida para besarse. Ahora a comer y después a descansar.

- Ahora vamos, Noemí – dice la rubia parándose y yo hago lo mismo.

- Venga, hasta luego asquerosas – se da la vuelta y se va riendo mientras habla – hablar dicen. Como si una fuera tonta. Estos chicos est... - de ahí no pudimos seguir escuchando, pero por lo que escuchamos agachamos la cabeza ambas avergonzadas.

Pasaron como tres segundos y yo estiré mi mano para que entrelazara sus dedos con los míos y así hizo. El camino al comedor lo pasamos en un cómodo silencio y caricias. Cuando llegamos obviamente nuestros amigos nos miraron picaronamente, fuimos a buscar comida y luego a sentarnos y da la casualidad de que su puesto estaba junto a mí. Como tiene que ser.

Tu Mirada " AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora