Minotauro

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-¡¿De qué diablos hablas?! ¡Si no hago nada tendré que quedarme en ese lugar! ¡¿Acaso la idea de convertirte en héroe te fundió el cerebro?!

-¡Pero! No puede hacer nada contra una bestia de la que no tiene conocimiento... ¿no es lo mejor esperar?

"Entonces escuchaste mi charla con el exhibicionista." pensó, sintiéndose más molesto por el mensaje de sus suplicas.

-¡Que sorpresa, prefieres confiar en el exhibicionista!- grito, empujándolo de manera brusca, para zafarse de su agarre -¡Te recuerdo que yo, soy quien va a destruir las bases de esa estúpida sociedad llena de héroes! ¡Ni se te ocurra subestimar mis habilidades!

Shigaraki, se marchó de ese lugar, su rostro traumatizara a cualquiera niño que se llegase a cruzar. Cuando llegó al lugar de la batalla, vio a la bestia arremeter contra el cuerpo del humano, la espada se encontraba a unos pasos de él. Se impulsó hasta tomar el arma.

Le había molestado que lo subestimaran, aunque sabía que el chico estaba bajo efecto de una droga, le molestaba la manera descara en la que le había dicho débil.

Shigaraki no era alguien débil -Aunque pareciera un tipo de vagabundo con mal carácter- él era muy ágil y fuerte cuando se trataba de combates cuerpo a cuerpo, demás de saber usar gran variedad de armas, claro nunca había practicado con una espada pero en esos momentos no estaba pensando en su falta de experiencia, solo actuaba para descargar su molestia en algo que sí podía destruir.

-¡Oh, veo que has decidido unirte al combate!- Teseo hablo desde una esquina mientras agarraba uno de sus brazos, el Minotauro le había herido en esa zona, poco le importaba el estado del "héroe" de la historia, si fuera por Tomura ya lo habría destruido.

"Espera....¿Acaso no es esa una mejor estrategia?" se preguntó. Esquivo una, dos, tres embestidas y en el proceso corto varias veces la peluda espalda de la criatura pero la cuarta vez no tuvo tanta suerte y el ser mitológico logro clavar uno de sus cuernos cerca de la zona lumbar del villano. Sus quejidos no se hicieron esperar. Tomando ventaja de la posición en la que se encontraba trato de clavar la espada en la cabeza de las bestia. 

El Minotauro comenzó a mover su cabeza con vigor logrando que la herida de Shigaraki se abriera más, y a causa del dolor, termino soltando la espada.

-M-Maldición...

Para su suerte, Teseo actuó con rapidez, tomo la espada con su diestra y aprovechando la distracción de la criatura, clavo el arma en la nuca peluda de la bestia hasta traspasar la garganta. 

Shigaraki desenclavo el cuerno y se logro separar de la criatura, segundos antes de que esta cayera muerta. 

...

Caminaba lo mejor que podía con esa herida mal vendada en su espalda baja -No es como si le fuera a mostrar al exhibicionista su dolor- Seguían el hilo dorado, no llegaron muy lejos y Shigaraki pudo ver al chico peliverde, caminando mientras se apoyaba en la pared, por pura inercia frunció más el ceño. 

Se suponía que ese chico estaba más lejos y sentado.

-¡Señor!- grito en cuanto le vio. Pensó que definitivamente tenía que buscar el antídoto para ese envenenamiento, le estaba molestando la forma en la que le llamaba el estudiante. Midoriya apresuro sus pasos y se lanzó a abrazarle, pudo notar los verdosos ojos llenos de lágrimas y las pecosas mejillas igual de rojas que la pequeña nariz.

-¡Estaba muy preocupado!..... ¡Pensé que el señor no regresaría!

-Sigues diciendo cosas molestas– reclamo, mientras observa sus ojos con reprimenda. No tenía caso tratar de apartarlo, el mocoso no lo reconocía y no le tenía miedo -El dichoso héroe en el que tanto confiabas estuvo a punto de ser derrotado, prácticamente tuve que salvarlo y vencer a la bestia. Te dije que no me subestimaras, puedo hacer cualquier cosa, tenga o no mi Quirk.

Sonaba como un niño pretencioso y arrogante, pero eso no evito que los ojos cristalizados de Izuku empezaran a brillar con vigor mientras una preciosa sonrisa, llena de emoción, se dibujada en sus labios.

-¡Es cierto! ¡Usted es genial! ¡Pudo vencer a la bestia y salvar al señor Teseo! ¡Usted es increíble!

Volviendo abrazarlo, Izuku hundió su nariz es sus ropas y respiro profundamente, aliviado. Tomura podía sentirlo, el corazón del estudiante latía con mucha fuerza y por un instante pensó que el suyo tambien latió igual de ruidoso.

Antes de tener la oportunidad de regañar al molesto muchacho, Shigaraki tuvo que agarrarlo de los hombros para evitar que se estampara contra el suelo, al parecer, él tampoco podía mantenerse en pie.

-¡Oh! ¡Ahora entiendo, ese muchacho es tu amante!- exclamo Teseo. La mirada de odio que Tomura le lanzo paso totalmente desapercibidas para él -Yo lo cargo tu estas muy herido.

Sin dejar que Shigaraki objetara, Teseo tomo al chico y lo lanzo sobre su hombro. Tomura casi tuvo el impulso de golpearlo por ser tan salvaje.

". .. . No es mi problema su estado, este Quirk es la única razón por la que aun no puedo hacerle nada,...la única razón por la que me vio de esa manera es por que está drogado"

...

Caminaban mientras seguían el hilo dorado, el sudor frio comenzaba a molestarle la vista, no esperaba que estuvieran tan lejos de la salida. Se mantuvo pensando en lo que había logrado hasta ese momento, y se irrito ante el hecho de no haber logrado nada. Aun no había señal de que hubiera cambiado algo y además no encontraba el maldito animal que curaría al estudiante. Lo único que había ganado era un herida que solo lograba ponerlo de peor humor.

Cuando lograron salir del Laberinto, el paisaje se mostro muy diferente; afuera había una gran extensión de césped y flores, además de algunos arbustos y árboles –Nada que ver con el laberinto; en ese lugar todo era roca y algo parecido al concreto- Teseo dejo el cuerpo del pecoso junto a un árbol y Shigaraki se acercó, cerciorándose de que el exhibicionista sea más cuidadoso esta vez.

-Yo iré por un curandero, tú quédate cuidándolo- dijo Teseo, corriendo hacia un camino rodeado de arbustos. 

Finalmente se dejó caer cuando lo perdió de vista, su cuerpo entero le pesaba y sentía entumecidas sus extremidades. Observo de lado al peliverde, respiraba irregularmente mientras fruncía el ceño, volvió su vista al cielo sobre él. 

"Solo descansare un momento y luego buscare al maldito animal"

AdversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora