Plazo

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Limpiaba la sala común, y al mismo tiempo soltaba el sexto suspiro en esa tarde. También recibió el incontable insulto de esa tarde. Katchan tampoco parecía feliz con el castigo.

Había obtenido su licencia. Se había puesto tan feliz, pero esa noche no pudo llamar a Shigaraki y tampoco pudo contestar las tres llamadas del villano. Fue castigado por pelear contra Bakugo. 

Se podría decir que la relación con su amigo de la infancia.... ¿mejoro?, no lo tenía del todo claro pero sentía que ahora las cosas habían cambiado para bien. -Exceptuando el hecho del castigo, de que se estaba atrasando en clases y que no había llamado a Tomura- La noche anterior, había caído exhausto y en la mañana sintió que no era un buen momento. Tenía pensado llamarle esa noche, como era costumbre entre ellos, pero su mente le estaba colocando intranquilo.

-¿Qué hago si esta molesto?.

-¿Quién está molesto, Deku-kun?

-¡¿U-Uraraka-san?! ¿Qué sucede?- La chica se acercó, viéndole con detenimiento. Parecía preocupada, pero el acercamiento no le dejaba preguntar la razón.

-Eso preguntó yo, desde que llegamos has estado suspirando y murmurando. Incluso Bakugo dejo de gritarte por lo distraído que estabas.

-¿Lo hiso?- preguntó sorprendido, buscando sin éxito la melena ceniza.

-Sí, además casi pisas la cola de Ojiro-kun, asustaste a Koda-kun y llevas limpiando esta ventana desde hace un rato- Izuku observo sorprendido la limpia ventana. Afuera ya empezaba oscurecer y eso lo colocaba más nervioso –Deberías descansar, Deku-kun.

-Estoy de acuerdo con Uraraka-san- Iida hiso aparición a un lado de Izuku. Midoriya volvió a gritar sorprendido -Midoriya-kun, no deberías gritar. Además, es bueno que cumplas correctamente con tu castigo, pero no deberías de sobre-esforzarte o terminaras bajando tu rendimiento.

-S-Sí, gracias. Lamento las molestias que cause, Iida-kun, Uraraka-san.

. . .

. . .

Llego a su habitación y se sentó sobre la cama, se sorprendía de la manera en la que huía de la situación. Sus dedos se habían arrugado por el tiempo prolongado que paso en la ducha. El teléfono estaba frente a él, lo miro unos minutos y finalmente lo tomo, suspirando antes de llamar.


-¿Hola?

-¡Izuku ¿Estás bien?!

Midoriya detuvo el palabrerío que pedía salir. Se calmo y sonrió antes de volver hablar, tenia que tranquilizarlo y disculparse. 

Esta vez, hablo más despacio.

-Estoy bien Tomura-san, lamento preocuparte.

-Izuku, maldición, por un momento creí....

-Lo siento, debí llamar antes. Estaba castigado y no sabía si era bueno llamarte por la mañana, en la noche no pude contestar tus llamadas porque...bueno, me metí en un problema con Katchan, cuando regrese a los dormitorios no me fije en mi celular y me dormí. Lo siento.

-Está bien- escucho un suspiro del otro lado y su corazón comenzó agitarse dentro de su pecho. Termino acostándose en su cama y abrazando una almohada, el sonrojo le estaba consumiendo -Solo..., realmente fue horrible no volver a saber nada.

Tomura volvió hablar, sin darle oportunidad a disculparse.

-....Quiero verte- susurro. Midoriya tapo su rostro por completo, estaba seguro de que su pecho estaba explotando. 

"¿Qué sucede con ese tono de voz?"

Aun en su posición, el aparato estaba lo suficientemente cerca como para escuchar al villano aclarar su garganta nervioso.

-Bu-Bueno, desapareciste y todo lo que venía a mi mente eran situaciones en la que tú estabas en peligro. Claramente quiero verte y verificar que estés bien. No estaré tranquilo hasta que te vea- exigió, reprochándole al final.

-Tomura-san, te prometí que saldríamos el fin de semana.

-Faltan tres días- se quejó. Izuku soltó una risa, hace mucho no escuchaba esa voz aniñada salir del villano –Izuku, ¿Estás sonriendo?

Midoriya asintió, luego se dio cuenta de su error y respondió. Shigaraki soltó una risa, junto a un; "Eso es perfecto".

-Tomura-san, ¿Estás sonriendo?- preguntó, girando sobre su cama. Volvió a escuchar la tos, una tos nerviosa que no le preocupaba pero si le avergonzaba.

-Bueno, los villanos también sonreímos.

-Es cierto, como la vez en que me preguntaste por Stain.

-¿Tenías que acordarte de esa?

. . .

. . .

. . .

Sucedieron muchas cosas; conoció a los tres grandes, peleo contra Mirio-senpai y esperaba ansioso a que Aizawa-sensei diera el anuncio para poder unirse a las pasantías -Su idea era ir con Gran Torino, pero no podía hacer nada hasta que los de primero fueran incluidos en ese proyecto- De ese modo llego la mañana en la que visitaría a su madre, en la tarde saldría con el villano.

Estuvo a un paso de saltarse el desayudo, claramente, Iida lo regaño y no dejo que se levantara de la mesa hasta terminar un desayuno decente antes de salir hacia el departamento.

Salió de UA, y luego de cinco minutos caminando, fue jalado hacia un callejón. Al fijarse en que era Shigaraki, suspiro agradecido. Pero eso no evito que frunciera el ceño, una vez le soltó.

-¡Tomura-san!

-Shhhh

-No deberías estar aquí- susurro, tratando de regañarlo. Si sabía del peligro no debería de arriesgarse.

Shigaraki le vio, levanto su rostro y le planto un beso, Midoriya había tragado saliva pero termino ahogándose con esta. Se suponía que lo estaba regañando.

-Hola, Izuku- Pellizcaba su mejilla en busca de atención.

-Hola, Tomura-san- respondió, notando el brazo oculto tras el villano -¿Qué es?

-¿Te duele?- preguntó Shigaraki, acercando unos de sus dedos a la tela que cubría su herida. Izuku negó, pero Tomura no apartaba su vista preocupada de su brazo. Al no obtener su atención, tomo su rostro.

-Tomura-san, no duele. No duele nada- Shigaraki le miro unos segundos, luego retiro las manos de Midoriya y lo estrujo contra su pecho. Izuku rio avergonzado al escuchar como el corazón del villano latía tan rápido como el suyo.

-Ponte esto, es tu regalo-Mostro lo que había ocultado tras su espalda. Un sombrero para playa. Tomura coloco el sombrero sobre su cabeza. Este se levanto ligeramente, dejando escapar varios rizos. Shigaraki rio y trato de colocarlos dentro, pero se rindió al ver lo inútil de su acción y lo peligroso que podía ser –No importa, solo.... Trata de no llamar la atención.

Midoriya asintió y dio las gracias por el gesto.

-¿Me vas acompañar hasta el departamento?

-Claramente, si no lo hago podrían secuestrarte.

Se iba a quejar, pero recordó que el villano prácticamente lo había arrastrado hacia un callejón. Se resignó y tomo su mano, no quería que Shigaraki continuara preocupándose.

-Vámonos, Tomura-san.

AdversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora