Un mismo azul (pt1)

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-Izuku, yo no me voy a detener. Todos los héroes que tanto aclaman no son más que seres soberbios de fama. Personas con poder que justifican sus actos con una doble moral en la que todos creen ciegamente. Yo voy a destruir todo eso, para que todos puedan ver la suciedad de esta sociedad.

Midoriya le veía herido. Había notado que Izuku trataba de alejarlo de ese camino, pero al mismo tiempo, cargaba con la culpa de convivir con él.

-¡¿Piensas demostrar sus defectos regando sangre?!- preguntó, en un grito desesperado. Sus ojos se cristalizaban y su voz sonaba rota -Tú tampoco pareces ver claramente Shigaraki-

-Te equivocas- refuto. Acercándose y limpiando las pequeñas lagrimas que pedían salir -Te veo claramente, dime Izuku ¿Qué ves tú?

Midoriya gimoteo, mientras la mano de Shigaraki le acariciaba con cuidado la mojada mejilla. Mantenía dos de sus dedos alejados, y sin embargo tenía miedo al momento de tocarlo.

-....Eres cálido- susurro Izuku. Haciendo que el golpeteo en el pecho del Tomura incrementara de repente. Midoriya sorbió su nariz, recargando su rostro en la mano del villano  -Siempre que me tocas, siento la calidez que transmites, pero....

-.... ¿Pero?- insistió, sintiendo como Izuku temblaba bajo su tacto.

-Pero tu comportamiento es inaceptable- susurro, dolido y dejando escapar más lágrimas. Alejándose de él –Lastimas sin importar las consecuencias. Yo soy un tonto, por creer que no eras del todo cruel. Y tú eres un....un villano, al que no le interesan mis creencias.

-Eso no es...- Detuvo sus palabras. Izuku le miraba directamente a los ojos, como esperando que una mentira saliera de su boca. Pero se suponía que no mentiría, a Izuku no.

Su silenció, fue un puñal hacia Midoriya.

Solo pudo verle colocarse de pie y dar la vuelta, caminando en dirección a su hogar. ¿Qué era eso? Eso no era lo que quería ¿Por qué no lo detenía? ¿Por qué no le obligaba a quedarse a su lado? ¿Por qué las cosas habían terminado de esa manera?

¿Cómo es que de repente, ya no parecía culpa de All Might?

.

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Luego de media hora, se colocó de pie. Caminando distraídamente y volviendo a sentarse. Esta vez, cerca de los departamentos donde vivía Midoriya, no se movió. Se mantuvo con la mirada en el suelo, ya ni se atrevía a buscar la puerta del peliverde.

¿Qué era? No creía correcto moverse de esa vereda. Sentía que si se llegaba a marchar, no volvería a ver a Midoriya. ¿Desde cuándo se volvió dependiente a Izuku? Recordaba haber sido él, quien despreciaba a ese pequeño aspirante a héroe. Se suponía que le había buscado para decir adiós, pero realmente, cuando lo vio no se sintió incapaz de volver a separarse de él.

. . .

. . .

-Entiendo la tristeza que sintió al perder a su sensei, pero no puedo entender que hacia sacrificando la oportunidad que él le dio, colocándose tan expuesto y cerca de la vivienda de un estudiante de UA. No es nada inteligente de su parte, Shigaraki Tomura.

-Kurogiri...regrésame- exigió, recibiendo una negativa de la niebla. Se encogió en su lugar, la idea de que Izuku saliera y no le pudiera ver le estaba colocando ansioso –¡No te lo estoy preguntando, maldición! Él probablemente ya...

-El joven continuará negándose a unirse a la Liga.

-No tiene que hacerlo- respondió molesto. La niebla se mantuvo en silencio y luego dicto su respuesta.

-No se moverá de acá hasta que sepamos cual será nuestro siguiente movimiento. Vigilare que no se acerque a ese joven.

-No creo que estés en posición de ordenarme nada, Kurogiri.

-Yo tengo el deber de cuidarle, y ese deber no cambiara ni aunque el sensei este en prisión.

. . .

Y ahí se encontraba él, viendo el techo, pensando en ¿Por qué no se había marchado luego de que Kurogiri aparto la vista?

"¿Tengo miedo? ¿De qué tengo miedo? Lo peor ya sucedió, mis sospechas eran ciertas. Izuku no quiere verme. Aunque valla, él continuara mirándome de esa forma. Como si fuera a romperse, como si no pudiera dejar de llorar por  mi culpa"

-Es problemático- susurro, sintiendo el escozor de Padre sobre su rostro.

-Tomura-kun, Tomura-kun- Kurogiri se había marchado hace cinco minutos. Había pasado toda la mañana en ese pequeño cuarto, y justo cuando creía haber tenido suficiente de la mirada penetrante de Kurogiri este se marchaba dejando a Toga en su lugar -Dime ¿Acaso tú, te estas volviendo como yo?

-¿Qué?

-¿Tú también tienes una persona especial?

La imagen de Izuku entre sus brazos paso por su mente, recordando el lindo sonrojo y sus tiernos balbuceos. El recuerdo cambio a la escena en el bosque, Midoriya herido por su culpa.

-Me tengo que ir.

. . .

. . .

. . .

-Izuku ¿Estás bien?

-Si mamá, está muy delicioso.

No quería que su madre se preocupara, pero realmente no sentía el ánimo para comer en ese momento. Ya era de tarde y seguía pensando en la charla que había tenido la noche anterior con el villano, sabía que tenía que parar pero, era tan difícil de aceptar.

"¿Acaso eso fue todo? Fue demasiado rápido, no me dio tiempo de hacer nada, tal vez no debí de apresurarme. Tomura dejo en claro que lo mejor era seguir como enemigos, pero ¿Realmente eso es lo mejor? ¿Ya no volveré a verle? ¿No hay nada que pueda hacer? Realmente creí que sería diferente, debería dejar de pensar en eso, pero Tomura no tiene intención de parar.... ¿A dónde se supone que llegue con todo esto? "

-Izuku, ¿Cuál es el problema?

-Ninguno, mamá.

-Tú no lloras por nada.

Se fijó entonces, en que llevaba un rato sin comer un bocado y que no paraba de lagrimear. Dejo los palillos a un lado y coloco sus manos sobre sus rodillas, pensando en que decirle a su madre.

-Mamá, me pelee con una persona- gimoteó, recordando las palabras de Tomura. Más lágrimas salieron –Pero...pero realmente no quiero que las cosas terminen de ese modo. S-Se supone que lo correcto es estar de acuerdo y alejarse..., pero no quiero alejarme.....debí...debí dejarle hablar.

Su madre se levanto de su lugar, caminando hasta quedar a su lado.

-Izuku, cariño tranquilo- Sintió la leve caricia maternal sobre su cabeza y supo que por ese momento, tenía permitido llorar. Solo un momento –Si es tan importante, seguramente se encontrara otro modo. Te aseguro que en este momento, esa persona también piensa en cómo arreglar las cosas contigo.

AdversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora