Ósculo

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Cuando Shigaraki termino su relato, Midoriya sentía que tenía demasiada información que procesar.

Miro el suelo durante varios minutos tratando de entender todo. ¿Acaso esas eran la consecuencias por perderse? ¿Qué tan mala tenía que ser su suerte? Aunque, por otro lado era tranquilizante saber que no estaban completamente solos y el dueño del Quirk les ayudaría. Pero igualmente era casi fantasiosa la manera en la que todo había sucedido, entre tantas personas a las que les podían suceder esas cosas, entre tantas personas que podían pasar por el callejón, entre tantas personas que podían tratar de matarlo...

-Si sigues murmurando, te golpeare.

-..Pero, no puedes hacerlo o te quedaras atrapado dentro de este Quirk.

-No me provoques.

El tono provoco un escalofrió en Izuku, trato de no demostrar el nerviosismo que le provocaba la presencia de Shigaraki, pero eso era casi imposible cuando le sonreía de esa manera.

-Shigaraki ¿Tienes un plan para cambiar esta historia?

-Claro, es fácil. Solo tengo que ir contra el jefe y destruirlo.

- ¿A qué...? ¡No vamos a matar nadie!

-No te estoy pidiendo ayuda. Mi plan es lo más obvio y simple a seguir- hablo sin mirarlo - El exhibicionista dijo que mañana partiría en barco hacia su hogar, nos pidió ir con él. Cuando nos encontremos sobre el barco, le daré fin a su molesta presencia.

-..No te dejare- se negó. Shigaraki le miro molesto, Izuku le mantuvo la mirada lleno de determinación - No tenemos que hacer daño a nadie ¡Debe haber otra manera! ¡Tú método no es una opción!

-No se te ocurra pensar que tienes un tipo de ventaja por el hecho de que aún no puedo destruirte- Shigaraki se levantó de su lugar jalando a Midoriya por su camisa, mirándole con saña -Si fuera por mí ya estarías muerto maldito mocoso.

-¡Ya lo sé! ¡También sé, que eres un villano! ¡Pero matar personas solo porque es "fácil" no está bien!- respondió a gritos. Levanto una de sus manos y agarro la mano contraria con fuerza, tratando de librase del agarre- ¡No voy a dejar que le hagas daño a nadie Shigaraki Tomura!

-Eres un idiota. Esas personas no son reales ¡No estas salvando nada, ellos no existen!

Shigaraki lo soltó bruscamente, logrando que trastrabillara unos pasos. 

Volvió su mirada al villano, ya más tranquilo al notar que la voz del otro también se calmó.

-Sé que es solo un Quirk. Pero, simplemente no me puedo quedarme mirando como los destruyes.....tiene que haber otra manera.

No pueden simplemente asesinar personas cada vez que las cosas se compliquen. Pueden existir un millón de variantes, solo tienen que tratar de cambiar un hecho importante para que el final de la historia se vuelva diferente. 

Izuku creía fervientemente en eso.

Shigaraki rodó los ojos con fastidio.

- En la mañana te quiero ver sobre ese barco. No compliques más las cosas- dijo. Tomando la antorcha y caminando de regreso por el mismo camino.

Midoriya lo vio alejarse y, por un momento, volvió a tener ese sentimiento enfermizo en su mente.

"Tranquilo, estas bien."

. . .

Al alba varios grupos de personas se encontraban embarcando la nave que los llevaría de regreso al hogar de Teseo. Midoriya ya estaba sobre la nave y miraba de un lugar a otro en busca del fornido hombre que no encontraba desde la noche anterior, tenía miedo de que Shigaraki se le hubiera adelantado. 

Para su suerte, vio a Shigaraki subir a la nave mirando de un lugar a otro con el ceño fruncido, entonces Midoriya lo entendió y sonrió -Shigaraki tampoco encontraba a Teseo- Ahora era una batalla de quien lo encontraba primero.

Teseo apareció, cuando casi todos se habían embarcado, rodeado por un semblante abatido y melancólico, miraba a Ariadna mientras ella lloraba.

Se acercó rápidamente, cuidando de que Shigaraki no les vea. Dudo, pero al final pregunto lo que sucedía.

-Oh, pequeño amigo, no sabes el dolor que siento en estos momentos. El padre de Ariadna me contó una verdad que me daña profundamente- Ariadna sollozo más fuerte, abrazándose al torso de Teseo - No puedo casarme con Ariadna, ella y yo estamos destinados a dioses diferentes, estamos destinados a no estar juntos.

La voz del hombre, que siempre parecía alegre, se escuchaba rota y llena de tristeza. En lugar de una hermosa sonrisa, en el rostro de la bella Ariadna, solo se mostraban lágrimas abundantes.

-¿Por qué no? ¿Por qué se negarían?

-Pe...Pequeño Izuku, no se puede hacer enojar a los dioses- La hermosa Ariadna miro las esmeraldas afligidas de Izuku. Seco sus lágrimas como pudo y se acercó con una pequeña sonrisa en su rostro- Aun eres joven y probablemente no lo comprendas, pero. En cualquier mundo, existen fuerzas superiores a las que no te puedes negar.

Midoriya noto como sus manos temblaba. Esa fue su despedida.  Ariadna se alejó de Izuku y volvió su vista a Teseo, mirándolo un largo rato, era una mirada profunda.

Izuku podía sentirlo, el peso de esas palabras era más grande del que imaginaba. La sonrisa de Ariadna le recordó levemente a la sonrisa de un héroe, la sonrisa de alguien fuerte.

-Mi amado Teseo, aunque este sea nuestro adiós. Te prometo que el amor que siento por ti no lo voy a sentir por mas nadie en este y el otro mundo.

Ariadna sello su promesa con un beso. Izuku se apartó, dándoles la privacidad que ambos requerían.

¿Debería intervenir? No podía obligarlos a desafiar sus creencias, más aun cuando él no las comprendía. Por eso, cuando Teseo se colocó a su lado tratando de sonreír, Izuku sonrió por ambos. Sonrió, tratando de transmitirle la fuerza requerida para volver a sonreír.

Sonrío como un héroe. Un héroe que sonríe para una persona que lo necesita.

AdversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora