QUINCE

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Llegamos al lugar, no me esperaba encontrar a mi hermano en este lugar pero entramos. Una chica nos llamó la atención diciendo que no podíamos entrar ya que éramos demasiado pequeños. Si ella supiera.

—Sólo venimos a hablar con nuestro hermano.

Con esto conseguimos que nos dejaran entrar, sólo había hombres, a excepción de las mujeres que trabajan de camareras y una chica que bailaba en el escenario con poca ropa.

—Voy al baño, tú ves a ver si Luther está por algún lugar.

—Voy a decirle a alguien que le diga a Luther que estamos aquí — respondió Cinco.

Fui al baño a hacer mis necesidades y me miré al espejo, me refresqué un poco e hice un pequeño moño con mechones de pelo, para estar más despejada.

Salí y pude observar como Luther se acercaba a Cinco, quien se encontraba mirando en primera fila a la chica que bailaba. Me acerqué pero no se dieron cuenta de mi presencia.

—Creí que sólo tenías ojos para ____ — fue lo primero que dijo Luther.

—El espectáculo está bien — rodé los ojos sin importancia, es más me daba un tanto de gracia —Es mona, pero ____ es quien roba toda mi atención.

Con eso morí de ternura aunque quedé sorprendida de que Número Cinco dijese algo así frente a alguien. No era de mostrar sentimientos frente a las personas.

Me recargué en la espalda de Luther, quien se giró dando un salto.

—¿Cuanto tiempo llevas aquí? — el chico permanecía nervioso.

—El suficiente — sonreí de lado mirándole, me giré hacia Luther y le abracé.

—Oh, hola Ocho — correspondió mi pequeño abrazo.

—Hola Uno — reí al llamarnos por nuestro número. A veces solían llamarme así, la verdad es que no me molestaba, me gusta que me llamen por mi nombre y por mi número.

—¿Cuanto llevas aquí? — empezó a hablar Cinco, nos sentamos y entablamos una conversación.

—Un año, gracias a ti — Luther lucía igual que siempre.

—Lo siento. No debió ser fácil.

—Pensé que los demás habíais muerto — me miró —Lo siento, debo irme.

El moreno le agarró del brazo mientras yo miraba la escena. Miré a todos lados distrayendome, ya que Cinco empezaba a contar sobre el apocalipsis. Observé como definitivamente el local estaba repleto de hombres babeando por la chica que había en el escenario - muy mona por cierto - Algunos se habían dado cuenta de que les miraba y posaban su mirada en mí un poco confundidos - seguro de ver a una niña "adolescente" en un lugar como ese - Alguno recorrió mi cuerpo con la mirada, a lo que yo aparté la mirada incómoda.

Ahora volví en sí y Cinco ya había terminado de contar que faltaban diez días para el apocalipsis. Luther no tardó ni un segundo en contestar.

—Me importa una mierda — esa contestación no me la esperaba, por lo que me puse a reír fuertemente recibiendo malas miradas incluida la del moreno.

—No me mires así, ha tenido gracia — hablé en dirección a Cinco —Pero ahora en serio, ¿Cinco te acaba de decir que el mundo se acaba en diez días y a ti te importa una mierda? — hablé esta vez con el grandullón.

—Si bueno. Él siempre dice eso.

—Y he tenido razón hasta ahora — los dos seguíamos intentando detener a Luther.

ᴇɪɢʜᴛ || ᴛʜᴇ ᴜᴍʙʀᴇʟʟᴀ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora