VEINTITRÉS

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El hombre se abalanzó hacia nosotros pero Cinco pudo esquivarlo a tiempo, por desgracia yo no, así que me llevé un gran golpe en el estómago quedando doblada. Por atrás vi como Diego aparecía pero vi como otro "camarero" le intentaba estrangular.

El atacante lanzaba patadas contra Cinco ahora en el suelo, por lo que me lancé encima de él e hice que cayera de espaldas, se levantó aún teniendo mi cuerpo sobre su espalda y me cogió por el vestido lanzandome contra la pared.

—¿En serio ahora? — me quejé cuando vi que mis poderes no funcionaban, al igual que los de Cinco. Debido a no haber dormido nada el cansancio relantizaba nuestro poder.

No sirve de nada un poder sin descansar bien y saber utilizarlo —

Moví mi cabeza para que la voz de papá saliera de mi mente. Siempre tan oportuno con sus frases.

Ahora eran dos contra Diego y uno contra los dos, por lo que uno de ellos vino hacia mí y empezó a pelear. Puede que mis poderes no funcionaran ahora, pero papá nos enseñó como luchar.

Le di una patada en la pierna haciendo que esta se doblara y el sujeto cayese el suelo, él cogió mi pie y me jaló cayendo yo ahora al suelo y recibiendo un gran golpe en la cabeza quedando un poco aturdida. Me cogió y acorraló a la pared asfixiandome. Ahora pude ver como Lila miraba la escena y se dirigía a ayudar a Cinco en vez de al que supuestamente era su novio o algo así.

¿Porqué ayudaba antes a Cinco? —

Ignoré mi alrededor cuando empezaba a marearme por el poco aire que me quedaba, pataleé todo lo que pude hasta que pude llegar a un cuadro y estrellarselo en la cabeza haciendo que no pudiese ver, le pegué una patada en el estómago con la poca fuerza que me quedaba y lo tiré por las escaleras.

Ahora recuperando mi aliento vi como el chico ya tenía controlada la situación gracias a Lila, aunque gracias ninguna, demasiado extraño su detalle.

Fijé la mirada en mi hermano Diego quien ya se empezaba a liberar, así que empezaba a ganar la pelea.

—¡Ve con Cinco y Lila rápido, yo me encargo de éste! — alzó la voz el castaño.

Me asomé por la ventana rota y vi como Cinco intentaba parar a nuestro padre y...  Mamá, era ella, la mujer tan bella y resplandeciente que entraba por la puerta del copiloto era mi madre. Era real.

Me miré en un pequeño espejo que colgaba en la pared, no podía salir así entre toda la multitud, una niña con sangre en su boca y marcas en su cuello por intento de estrangulamiento no eran muy normales.

—¡Cuidado! — grité a Cinco.

—¡¿Qué?! — respondió desde abajo, agitado ya que me había metido de nuevo hacia dentro.

Salté por la ventana y lancé una enredadera en una pequeña luz quedando enganchada y evitando el duro golpe contra el suelo. Choqué con algo o mejor dicho con alguien.

—¿No te he dicho que cuidado? — me levanté de encima suyo.

—No es mi culpa que no me esperara que saltaras por una ventana — iba a hablar pero me interrumpió —Sí, tenías tu enredadera, lo sé.

—Por un momento he pensado que te creías Spiderman — rió Lila.

—¿Era él, verdad? He visto a mamá — ignoré a la chica.

—Sí, intuyo que el viejo nos está evitando.

—Siento interrumpir, pero creo que deberíamos irnos, ¿no? — objetó Lila.

—¿Cuando hablas en plural a quién te refieres exactamente? — preguntó sarcasticamente el chico.

—No veo mucha complicacion en la frase — le respondió ella.

ᴇɪɢʜᴛ || ᴛʜᴇ ᴜᴍʙʀᴇʟʟᴀ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora