TREINTA Y UNO

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Ahora Cinco y yo íbamos por detrás de Luther y el mayor. Ellos dos hablaban mientras Luther se giraba muchas veces a mirarnos. Me daba a mi que el Cinco mayor planeaba algo y que no iba a ser nada bueno.

Mientras yo iba en silencio mirando como Cinco caminaba cada vez más histérico y rascándose la cabeza frenéticamente. Hubo un momento donde me asusté ya que el chico empezó a gritar mirando hacia atrás haciendo que me girase para ver a quien se lo decía.

—Cinco, ahí no hay nadie — hablé temiendo que las fases avanzaran aún más.

—¡Deja de mirarme así! ¡Oh cállate! ¡A mi novia no te la vas a ligar!

—¡Cinco! — grité a lo que él me miró y el otro también —Tú no, hablo de él — le dije al mayor —No hay nadie ahí, la psicosis te está afectando más.

—No empieces tú también ____.

Luther se acercó a nosotros y nos miró con una sonrisa nerviosa.

—Hola hermanitos — sonrió.

—Suéltalo Luther — dije.

—¿Me quiere matar verdad? — me giré rápidamente hacia Cinco y luego miré a Luther.

—Espera, ¿Qué? — pregunté molesta.

—¿Matarte? ¿Qué, él? Que tontería.

—Mientes de pena, mientes peor que vigilas.

—¿Y de qué te sirve un vigilante si no lo escuchas?

—Admite que quiere matarme.

—Admite tú qué sufres de psicosis paradójica.

—De lo que sufro es de las estupideces que estás diciendo.

—Además no quiere matarte... Quiere matar a una versión de ti.

—Definitivamente eres un gilipollas Luther — hablé.

—¡Pero yo soy esa versión de mí!

—Su plan parece muy bueno.

—¿El plan de liquidar a Cinco te parece bueno? — dije.

Bufé y tiré para delante, minutos después paré al ver que los dos seguían hablando deteniéndose.

—Tengo catorce días más que él, tengo antigüedad, así que és a mí quien tienes que hacer caso Luther, ¡Yo soy el papá aquí! — gritó Cinco. La gente que paseaba allí nos miró mientras Luther y yo intentábamos hacer como si nada.

—Perdón jaja, niños — le señaló.

—Está nervioso — sonreí.

—Comportarte — habló.

—No estoy precisamente bien. Lo admito, pero lo que yo tenga él también lo tiene.

—Ya hemos llegado.

Los dos Cinco se separaron de nosotros. Yo en cambio me acerqué a Luther y le toqué el brazo.

—Luther, es tu hermano — lo miré —Y... És mi novio. No dejes que lo haga, porfavor — él me miró sin decir nada.

—___...

—No. No digas nada, sé que vas a hacer lo que tú creas que és lo correcto — miré al Cinco mayor —No siempre hay que hacer las cosas que crees que són correctas. También hay que hacer las cosas con el corazón.

Dicho esto me aparté sentandome en la hierba mientras veía como el Cinco mayor preparaba todo para su vuelta al 2019. Y el Cinco pequeño histérico al lado de Luther.

ᴇɪɢʜᴛ || ᴛʜᴇ ᴜᴍʙʀᴇʟʟᴀ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora