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chapter twenty-two

— Hiciste bien en decirle eso a Derek, no te preocupes por el hecho de haber hablado en mi nombre— Scott me sonrió con suavidad—

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— Hiciste bien en decirle eso a Derek, no te preocupes por el hecho de haber hablado en mi nombre— Scott me sonrió con suavidad—. Yo confío en ti, Sandra.

Le devolví la sonrisa con timidez.

Le había contado a Scott y al veterinario al acuerdo al que Derek y yo habíamos llegado, siempre hablando en nombre de la manada en la que McCall era el alfa. Y también los tres llegamos a la conclusión de pedirle a Derek que se presentara en la veterinaria para poner el plan en marcha lo más pronto posible.

— Ya ha llegado— avisé al sentir cómo el aroma de Derek llegaba hasta mis fosas nasales.

Scott se dirigió sin chistar a la puerta del establecimiento y la abrió, quitándole el cerrojo con la llave.

— ¿Qué hace él aquí?— preguntó Scott un tanto molesto por lo que dirigí mi mirada a la entrada.

— Lo necesito— dijo Derek en respuesta cuando atravesó el umbral de la puerta y yo le regalé una pequeña sonrisa cuidando que nadie la más la viera. Derek no era muy amante de hacer sus cosas públicas por lo que yo no iba a ventilar nuestra relación antes de que él diera ese primer paso. Solo Stiles y Erica lo sabían al cien por ciento, y quizá también Scott.

— No confío en él— respondió Scott.

— Sí, pues él tampoco confía en ti— habló Isaac, caminando con pasos más largos para adelantarse a Derek. Al notar mi presencia, sonrió levantando una ceja con diversión. Negué en respuesta.

— ¿Saben qué? A Derek no le importa— dijo Derek como si hablara de otra persona, con un ligero tono de molestia. Sonreí divertida ante la escena—. Tú tienes a alguien de tu manada aquí— apuntó en mi dirección—, yo tengo a uno de mi manada, ¿correcto?

Todos los demás asentimos.

— Lo importante es, ¿el veterinario nos va a ayudar?— continuó Derek.

— Eso depende, a tu amigo Jackson ¿planean matarlo o salvarlo?— el veterinario salió a escena y todos pusimos la atención sobre de él.

— Matarlo— respondió Derek.

— Salvarlo— respondió Scott al mismo tiempo. Scott volteó hacia Derek—. ¡Salvarlo!— le espetó a Derek y el otro asintió sin ganas—. Salvarlo— volvió a decirle Scott al veterinario.

El veterinario asintió y con una seña hizo que lo siguiéramos en dirección a la sala de atención de los animales. Isaac se había adelantado pero Derek lo quitó del camino con brusquedad para que yo pudiera pasar primero. Me reí mientras sentí un ligero rubor surcar mis mejillas.

Nos acomodamos alrededor de la mesa mientras veíamos cómo el veterinario colocaba sobre de esta un objeto que contenía 12 frascos, acomodados en dos hileras, y cada uno de ellos con un símbolo extraño para mí.

En la boca del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora