Sandra ha encontrado su esencia, su lobo interior, pero ha perdido al amor de su vida.
Algo aún se remueve en su interior cada vez que piensa en él y sobre todo cuando se pone a reflexionar sobre su pasado, incluyendo a su padre que ahora está muert...
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— Lo que digo es que necesitamos un nuevo plan porque la siguiente no creo que podamos sanar a tiempo.
Derek, después de la recuperación en la veterinaria, nos había llevado a mí y a Scott ha su escondite donde estaríamos a salvo para discutir este problema que teníamos encima.
Ambos licántropos caminaban como enjaulados, desesperados por encontrar una rápida solución a todo esto, mientras yo me mantenía sentada y viendo el cabestrillo que me obligaron a usar para que la carne de mi brazo se juntara sin algo que le estorbara.
— Entiendo, no podemos salvar a Jackson— respondió Scott con un suspiro. Se veía muy cansado a pesar de que tenía un buen rato de haber despertado después de inhalar tanto wolvesbayne.
Derek se sentó a mi lado, muy cerca de mí, con su cuerpo en total rendición. Todo esto que estaba pasando nos consumía a todos.
— Tampoco podemos matarlo— le dijo Derek de vuelta—. He visto muchas cosas Scott pero nunca he visto algo así y cada luna llena será más fuerte— Derek agachó la cabeza, frustrado.
— ¿Y cómo lo detenemos?— pregunté.
— No lo sé— Derek me miró con sus ojos llenos de angustia e impotencia, mientras negaba con la cabeza—. Ni siquiera sé si podamos.
— ¿Debemos dejar a que los Argent lo hagan?— insistí porque si él creía no poder pues mejor alejarnos de la situación.
— Yo fui quién lo mordió— Derek miró a la nada, con su vista perdida en algo que solamente él podía ver, y soltó un suspiro cansado—. Es mi culpa.
Tomé su mano en un intento de apoyarlo y él entrelazó sus dedos con los míos pero seguía perdido en sus pensamientos.
— Sí, pero no lo convertiste en eso— alegó Scott y él tenía razón—. Esto pasó por algo de su pasado, ¿cierto?
— Es una leyenda que viene en un libro, no es así de simple— Derek pareció regresar, hablando con un tono de molestia como si no quisiera que le diéramos palabras de aliento para que no se sintiera culpable de ser el creador del kanima.
— ¿De qué hablas? ¿Qué nos estás ocultando?— me gustaba que Scott nunca me dejaba fuera y hablaba en plural porque era de su manada.
— ¿Por qué siempre crees que estoy ocultando algo?— preguntó Derek ofendido y yo presioné el agarre para que se calmara un poco pero tenía casi todo el cuerpo volteando a Scott en modo amenazante.
— ¡Porque tú siempre tienes algo que ocultarnos!— le espetó Scott.
— Pues a veces es para protegerlos— Derek habló quedo mirándonos a ambos.
— Pues eso no te da derecho de guardar secretos— susurré quedito y Derek soltó aire.
— Ve a casa Scott, descansa, duerme y sana y asegúrate de que tus amigos estén a salvo— Derek lo volteó a ver—. La luna llena ya viene y así como está todo, presiento que esta vez va a ser difícil.