☼ Prologó

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— Está no es una buena idea.

Mi voz aterciopelada, - como muchos la describen- invade el silencio del lugar, pero ellos me ignoran apagando las luces de la sala otra vez y comienzo a deslizarme por la parte trasera del sofá hasta quedar sentada sobre mi trasero y la fría baldosa.
Apoyo mi espalda contra el respaldo gastado que en algún momento fue celeste lo recuerdo cuando el dueño me invitó a la inauguración de su departamento hace varios años atrás, el color envejeció junto con todos nosotros.

No los veía, a la mayoría, desde que finalizamos la escuela y desaparecieron para mi, deje de responder sus mensajes en los chat grupales y ignorarlos cuando creía verlos, a excepción de Taeyong quién siguió apareciendo frente a mi en algunas ocasiones solo para recordarme el pasado y no de una buena manera.

— Oye, Miun-Suk. — Alguien susurra a mi lado y por la luces me dificulta ver quién a dicho mal mi nombre, además que tampoco puedo reconocer su voz. — ¿Quieres algo de beber o comer?

— Me llamo Min-Su y no gracias. — Miro hacía el frente haciendo una mueca de desagrado, debería estar en mi casa ahora. — ¿Quién eres?

No obtengo respuesta por su parte, lo único que obtengo es que me hagan guardar silencio por tercera vez desde que llegue, me cruzo de brazos irritada y miro hacía él frente donde esta la ventanilla de la terraza. No debería estar aquí y mucho menos quiero estarlo, por un sin fin de razones, la primordial y más importante; estamos aquí por el cumpleaños de quién fue mi mejor amigo de la adolescencia y aún que han pasado cuatro años desde que nos alejamos por completo, desde que cortamos todo tipo de vínculos, sigue siendo incómodo cuando nos encontramos o al menos para mí, me hace tener recuerdos de los cuales no estoy orgullosa.

pero lo más gracioso, es que ambos solíamos quejarnos de lo infantiles que eran nuestros compañeros en aquel tiempo, nos alejábamos de ellos incluso, pero aquí estamos todos, esperando por su llegada al país otra vez, como bienvenida y felicitaciones. Después de la graduación seguí mi vida aburrida, los olvide y se suponía que él también lo haría, pero sorpresivamente se mantuvo en contacto.

– A Ten no le gustan las sorpresas. — Vuelvo a hablar, anhelando por irme, lo haría pero tampoco soy tan cruel como para salir del departamento justo al momento que él este llegando y arruinar la sorpresa que se que algunos se esforzaron en crear, pero aun así intento fingir que no quiero hacerlo. — Incluso no creo que él vaya a venir, ¿si quiera alguien está hablando con el o sabe donde se encuentra?

— No culpes a Ten cuando es a ti a quién no le gustan las sorpresas. — La chica a mi lado susurra, estoy segura de que se trata de la que me hablaba algunas veces en clases solo para que la ayudara con ejercicios. — Él está emocionado por su cumpleaños, me lo dijo hace unos días cuando hablamos y estará feliz de volver a verte también, nadie a olvidado que eran inseparables, incluso el.

Algunos se ríen por lo que ella a dicho y los hago callar yo esta vez, más que irritada y molesta. Desde cuando todos tienen confianza para reír de lo que me dicen, por que antes a penas solían acercarse a mi, me evitaban y desviaban sus miradas, de seguro se debe a la razón de que esta la luz apagada y no pueden mirarme.

Desde pequeña mi madre solía hacerme, "inesperadas" fiestas sorpresas que no resultaban como todos esperábamos, cada año rogaba que no lo fuera a hacerla, ya casi no era una sorpresa, pero había algo en sus ojos cuando me veía entrar en la casa que me hacían soportar el caos de niños que no me agradaban, algo que años después se apago y no volví a ver. Así que cuando todos salían a mi encuentro el primero en recibirme era un horrible y mal maquillado payaso que se interponía - en ese tiempo- entre mis supuestos amigos y yo, dejándome asfixiada en globos y sonrisas incomodas, recién a los diez años noto que era la peor día de mi vida.
Solo recordarlo me hace tener un desagradable escalofríos por lo poco entretenido que era, por lo desagradable de presenciar y por lo desesperante que era cuando hacía figuras con sus globos, de todos los intentos, solo dos resultaban y los demás veinte explotaban asustando a la mayoría.
Espero no hayan contratado uno para Ten o me veré en la obligación de echarlo a patadas.

 𝘉𝘶𝘳𝘯𝘪𝘯𝘨     | |     J. Jaehyun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora