Volverte a ver (Finalizada, En Corrección)

Prólogo

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Volver a verla me puso nervioso, no sabía como reaccionar.

Tocar su mano aquella vez me hizo recordar las veces que toqué toda su piel, volví a verla cuando era una adolescente pero me hizo vibrar como cuando ya era mi esposa. Ése viaje en el tiempo me hizo reflexionar sobre lo preocupada que estaba por mí, desde el día que deserté de la aldea, sus plegarias y súplicas eran por mí, porque estuviera bien, porque volviera al camino de la luz, pero la luz era ella.

Desde un principio fue ella y decidí volver de nuevo.

A lo lejos pude ver a tres chiquillos comiendo ramen en Ichiraku. Kakashi estaba en una misión, así que era el momento perfecto.

Pude ver y recordar al mismo tiempo éste día, Sakura me había preguntado si podíamos salir juntos y mi respuesta también la recordaba, fui demasiado grosero y arrogante, me negué rotundamente a salir con ella.

Mi mente en esos años solo tenía una palabra qué perseguir... Venganza.

Tal vez si me hubiera abierto un poco más, mi adolescencia hubiera sido más "normal", pero mis pensamientos estaban en otro lado. Mi yo joven se alejó de Sakura y Naruto sin decir una palabra y sin mirar atrás, aunque sabía que los momentos más felices los pasaba con ellos, pero mi ego no iba a permitir que se los demostrara.

Naruto se quedó un rato más con Sakura haciéndole compañía hasta que tuvo que ir con Iruka, por lo que alcancé a escuchar. Sakura se sentó en una banca bajo un árbol con la vista clavada en el suelo, no me había dado cuenta de todo el daño que le había hecho a mi esposa desde que éramos unos niños y eso hacía que me odiara aún más.

Sus lágrimas caían poco a poco mojando sus suaves mejillas, no pude resistir más y me acerqué a ella con extrema cautela.

—¿Por qué una niña tan bonita cómo tú derrama esas lágrimas?— Me paré frente a ella esperando que no se asustara ante mi presencia.

—¿Eh?— La niña de cabellos rosas se sorprendió al ver mi imponente altura pero en su rostro no había miedo.

—Disculpa si te asusté. Soy un mercader y vine a dejar algunos insumos de mi negocio, pero no pude evitar verte llorar. ¿Está todo bien?

—No... No es nada— La pelirrosa volteó su rostro a otro lado tratando de ocultar cómo limpiaba sus lágrimas.

—Entonces... ¿Por qué lloras?— Me senté a su lado lo suficientemente lejos para no hacerla sentir incómoda.

—¿Alguna vez se ha aferrado a algo? ¿Tanto que no sabe si en realidad está haciendo lo correcto?— La pequeña miró al cielo esperando una respuesta de donde fuera.

—Sí— Cerré mis ojos, recordando mi obsesión con la venganza.

—Pues, eso es lo que me pasa. Me aferro a alguien que no me corresponde y en momentos he pensado en dejar esos sentimientos atrás, pero mi corazón no me lo permite, siento la necesidad de salvarlo, pero no sé porqué ni de qué— Quedé completamente en silencio después de sus palabras, Sakura siempre estuvo ahí para mí y nunca me percaté de ello —¿Usted es casado?

La pelirosa soltó de repente mientras se giraba para verme limpiando sus mejillas de las lágrimas derramadas por sus ojos.

—Sí— Sonreí suavemente ante la pregunta de la niña.

Mi esposa estaba ante mis ojos.

—¿Y es bonita? Pregunto porque usted es un hombre muy guapo— Sus mejillas se sonrojaron abruptamente sin despegar su mirada de la mía.