Epílogo

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Desperté por el sol que se colaba por la ventana dirigiendo sus tenues rayos directo en mi cara, abrí los ojos con lentitud y de inmediato giré mi cuerpo para ver a mi esposa dormida, un sueño profundo se notaba en su expresión pacífica que acaricié tiernamente con mi dedo índice.

Rápidamente pero en absoluto silencio me levanté de la cama para vestirme con la ropa que estaba sobre la silla de nuestra habitación, salí de la recámara tratando de aminorar el rechinido de las bisagras de la puerta hasta que quedó completamente cerrada.

Un exquisito olor se coló por mis fosas nasales y con más prisa llegué a la cocina, vi a Sarada con el mandil de su madre puesto que aunque le quedaba enorme, se veía jodidamente tierna.

—¡Ah papá! Despertaste— Dijo mientras meneaba la comida con la espátula en la sartén.

—Si, venía a preparar el almuerzo pero veo que te adelantaste— Me acerqué hasta la mesa para sentarme en una de las sillas del comedor.

—Mañana mamá regresa a su trabajo, quería consentirla en su último día de descanso— Una sonrisa fue la respuesta a su comentario y mi hija se sentó frente a mí dejándome una taza de té.

—Le dije que se tomara unos días más pero se negó, es más terca de lo que parece.

—Te preocupas mucho por mamá, ¿Cierto?

—Cómo no ha de preocuparme, es mi esposa y quiero que esté bien.

—Papá... ¿Puedo hacerte una pregunta?.

—¿Otra?— Pregunté con curiosidad mientras mi hija arreglaba su postura igual que sus anteojos.

—¿Cómo te diste cuenta de que mamá era la indicada? Quiero decir... ¿Porqué decidiste casarte con ella?.

—No entiendo el porqué de tu pregunta— Di un sorbo a mi té mirando con extrañeza a mi hija.

—Bueno, yo sé que mi mamá es muy fuerte e inteligente, es un gran pilar en la aldea y ni hablar de lo hermosa que es pero, quiero saber ¿Qué fue lo que viste en ella como mujer? No creo que la hayas elegido sólo por ser una shinobi de alto nivel.

Mi cejo se unió y mis párpados se cerraron, Sarada quería una detallada explicación del por qué me había enamorado de Sakura y para un hombre cómo yo de tan pocas palabras, era algo incómodo hablarlo, más sí se trataba de mi propia hija.

Pasaron algunos segundos bajo silencio y el semblante de Sarada cambió por completo, sentía que había sido una molestia y con sus ojos mostrándo tristeza, no tuve más opción que rendirme ante ella.

—Sakura es muy inteligente y una excelente ninja, en eso tienes razón— Logré captar de nuevo la atención de mi hija que tenía una pequeña sonrisa en su rostro —Pero no fue eso exactamente lo que me hizo decidir casarme con ella.

—¿Qué fue entonces?— Los ojos negros de Sarada se llenaban de brillo en cada segundo mientras recargaba su barbilla en sus manos.

—Tu madre tiene una fuerza que yo no tengo y no hablo de la física, sino de su fuerza de voluntad, se esforzó por superarse como ninja para recuperar lo que para ella era más importante y demostrar que estaba a un alto nivel, sus ojos verdes te dejan ver lo transparente y pura que es su alma, y su corazón, su corazón es el más noble y bueno que conozco, Sakura no sólo es capaz de perdonar, sino también de olvidar.

La sonrisa de mi hija se iba haciendo más grande conforme a mis palabras que comenzaban a fluir de una manera tan normal.

—Siempre ha sido bondadosa y dedicada, siempre da su mayor esfuerzo en todo y eso la ha llevado a ser reconocida no sólo por mí, sino por muchos en la aldea que la subestimaron, me siento muy orgulloso de lo que se ha convertido y por supuesto que es muy hermosa, su pelicuar cabello y sus ojos verde jade me hipnotizan cada vez que la...

Abruptamente me quedé en silencio por qué estaba hablando más de la cuenta, sin notarlo, le dije a mi hija todo lo que pensaba sobre mi esposa y una risa burlesca se escapó de ella mientras me ahogaba con él líquido de mi taza.

—Buenos días.

—Buenos días mamá– Mis ojos se expandieron al escuchar la voz de Sakura y mis mejillas se pintaron ligeramente de color rojo, maldecia por haber hablado de más y que tal vez Sakura me hubiese escuchado.

—Buenos días Sarada, ¡Huele delicioso!— Sakura se acercó para dar un beso en la frente de nuestra hija y después mirarme tratando de aguantar la risa —Buenos días cariño.

No respondí al saludo de mi esposa y me concentré en terminar el liquido de mi té después de la crisis respiratoria que logré controlar.

—Bueno, yo me voy— Habló Sarada tratando de romper el incómodo momento quitando el mandil de su cuerpo.

—¿A dónde vas? ¿No comerás con nosotros?

—No mamá, quedé de verme con Boruto para entrenar— Corrió hasta la salida y haciendo un ademán terminó su falsa explicación —Sólo quise dejarles el almuerzo listo, ¡Nos vemos!.

El sonido de la puerta cerrarse se escuchó con fuerza por la energía que llevaba mi hija al salir y para evitar a mi esposa, me levanté de la mesa por más té.

—Bueno, comamos entonces— Sakura comenzó a servir los platos y después los dejó sobre la mesa para dar gracias por la comida.

—¿Nos escuchaste?—Pregunté mirando mi comida.

—¿Realmente quieres saberlo?— Sonrió con ironía y mi ceño se frunció más —Cariño, gracias.

Pude dirigir la vista hacia mi esposa mirándola con extrañeza mientras su sonrisa cambiaba por una que me volvía loco—¿Qué?

—Gracias, por cumplir tu promesa de hacerme feliz.

Tomó mi mano para acariciar mi dorso y no pude evitar sonreír, me levanté y la hice ponerse de pie para apretarla contra mi pecho para besarla con esmero.

El daño había quedado borrado y aunque por un momento pensé que la perdería, al final pude lograr tener a la mujer más feliz del mundo.

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Y colorin colorado... Se acabó Volverte a ver 🥺

Espero les haya gustado mucho ésta historia 🌸 ❤️

¡Muchas gracias! ❤️🌸

Natari UH 🌸

Volverte a ver (Finalizada, En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora