Promesa Incumplida

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Un campo de alecrín dorado cubría el suelo y el viento movía las pequeñas flores amarillas como el sol, la tranquilidad de mi pelirosa recostada sobre mi pecho lograba apasiguar cualquier nerviosismo que se manifestara ante mis deseos de venganza.

Contemplaba su belleza por largo rato mientras acariciaba su cabello rosa hasta que los ojos verdes se abrían con lentitud para clavarse en los míos, le mostré una sonrisa sincera y ella la devolvió de igual manera.

—Quisiera estar así todo el tiempo— Habló la pelirosa cerrando de nuevo sus ojos y soltar un gran suspiro —Qué ésta paz que siento a tu lado exista siempre.

Respondí a su comentario con tan sólo una sonrisa más grande, de repente, Sakura se sentó frente a mí con las mejillas enrojecidas y me miró con un brillo inusual en sus ojos.

—Sasuke-kun...

—¿Qué pasa?— Pregunté un poco confundido por el misterio que se formaba en sus palabras.

—Tú... ¿Tú crees que estaremos juntos toda la vida?— Su mirada bajo al suelo en automático, sus mejillas se sonrojaron aún más y la ternura creció en mí.

—No sé si toda la vida, pero de menos, lo que dure la mía, te lo prometo— Sakura expandió sus ojos verdes y de a poco se fueron cristalizando por mis palabras.

—Te... Te amo Sasuke-kun.

Ahora quién se sorprendió, fui yo, sabía que Sakura me amaba y yo a ella, pero jamás lo habíamos dicho tan abiertamente, limpié una lágrima de felicidad que corría por su mejilla y la acerqué hasta a mí para besarla.

Yo no era un tipo de muchas palabras, pero por la misma razón, sólo demostraba con actos lo que sentía mi corazón, Sakura me conocía a la perfección y sabía que ese beso espontáneo significaba un "También te amo, Sakura".

Nuestros labios se movían al compás, un beso tierno que habíamos ensayado infinidad de veces cuándo la gente no estaba presente se tornaba apasionado con el paso del tiempo, recosté su delgado cuerpo sobre el verde césped y quedé con mi cuerpo casi encima del de ella.

Mi mano que acariciaba su rostro mientras la besaba, bajó en un acto inconsciente por sus brazos acariciando sin prisa mientras algo en mis pantalones crecía, desde que vi a Sakura desnuda detrás de aquel vidrio esmerilado no podía dejar de pensar en ella de esa forma, aunque la imagen de mi novia no fue tan clara, no podía dejar de imaginar su cuerpo desnudo.

Incontables noches había descargado mis ganas con sólo imaginarla, pero ahora la tenía aquí, frente a mí y no podía regresar a casa sin dar un paso más con ella, la pelirosa de mis sueños.

Dejé su brazo de lado para llegar a su cintura y acariciarla con fervor, apretaba ligeramente con mis dedos sus delgadas curvas y mi mano viajó hasta su pierna para frotarla, Sakura mordió mi labio inferior y eso me dio más seguridad a lo que estaba por hacer, corté el beso y abrí sus piernas para recargarme por completo encima de ella frotando mi zona baja con la suya.

—Sasuke-kun... —Su rostro estaba enrojecido pero lleno de deseo, lo que me hacía saber que le estaba gustado mi toque, y ni hablar de lo que yo sentía, estaba que estallaba en el momento por sentir su cuerpo como quería.

Bajé de nuevo mis labios para devorar los suyos con esmero al mismo tiempo que bajaba el cierre de su bluson rojo dejándome ver su sostén de maya en color negro, no pude evitar mirar con deseo el torso semidesnudo de mi novia y mi erección comenzó a crecer con rapidez.

—Sakura...

—Sasuke-kun...

Decíamos nuestros nombres en medio de jadeos y respiraciones agitadas por la intensidad del momento, besé su cuello despacio y lamí hasta llegar a sus pequeños senos, recorrí mi lengua al rededor del molesto sostén de mi novia haciéndola soltar un gemido por la sensación que experimentaba.

No era un experto en la relación sexual pero mis ganas me hacían imaginar como lograr que ambos sintieramos sensaciones exquisitas, y al parecer, lo estaba logrando.

Podía sentir los latidos de mi corazón retumbando en mis oídos cuando mis dedos intentaban bajar lentamente el sostén de mi pelirosa cuándo un ruido detrás del arbusto que estaba a nuestro lado hizo que mi novia pegara un tremendo grito.

—¡KYAAAA!— Nuestros cuerpos se separaron y Sakura se colocó detrás de mí tapando su torso descubierto con mi cuerpo.

Cubrí el cuerpo de mi novia con el mío y en cuestión de segundos activé mi sharingan, estaba listo para atacar a quien sea que estuviera espiando nuestro bello momento pasional cuándo un gato negro y sin el ojo izquierdo apareció de entre las ramas.

Sakura soltó un suspiro en forma de alivio pero mi entrecejo se frunció al mirar al felino, me resultaba algo extraño que el gato que nos había interrumpido no tuviera el ojo izquierdo, me recordaba a alguien cuya presencia odiaba de sobremanera, pensaba que el tipo de la capa se había transformado en un gato sólo para evitar lo que estaba por pasar, aunque en el fondo sentía que sólo eran mis celos que se hacían presentes una vez más.

—Sasuke-kun, será mejor que regresemos a la aldea, alguien podría vernos— Las mejillas de mi pelirosa aumentaron de color y su mirada se notaba anguistada.

—Sí, tienes razón— Levanté mi cuerpo y esperé a que mi novia subiera el cierre de su blusa mientras me hacía tragar grueso.

Ayudé a que se pusiera de pie aún con el cejo fruncido pero desapareció cuándo Sakura me besó inesperadamente, respondí a sus labios de inmediato hasta que cortó el beso con una sonrisa tímida en su rostro.

—Sasuke-kun... Podemos ir un día a tu casa para pasar un tiempo a solas, si tu quieres— Sonreí ante sus palabras mientras contemplaba el nerviosismo en su cara.

—Me agrada la idea, así no seremos interrumpidos por un estúpido gato— Miré con molestia al gato negro que al verme, lanzó un gruñido y desapareció rápidamente de entre los arbustos —¿Nos vamos?

Sakura asintió con la cabeza y tomé su mano para salir del campo, caminamos largo rato hasta llegar a su casa y mi novia se despidió haciendo un ademán con su mano, pero sólo la miré hasta que cerró la puerta.

Caminé en dirección a mi casa con el cuerpo caliente y resignado a llegar a ella para tomar una ducha de agua helada para calmar la fiebre que me recorría completo, iba en mi andar sumido en mis pensamientos cuando cuatro tipos de la aldea del sonido se pararon frente a mí con intenciones de luchar.

—¿Tú eres la nueva mascota de Orochimaru-sama? Nunca imaginé qué se fíjara en alguien tan insignificante cómo tú— El tipo de cabello lila dijo antes de golpearme en la boca del estómago sin remordimientos.

Mi cuerpo salió volando unos cuantos metros hasta que se detuvo, traté de reincorporarme rápidamente para pelear con un hilo de sangre saliendo de mi boca cuándo otro golpe en mi espalda me hizo caer de nuevo al suelo.

—Tendrás que venir con nosotros, por las buenas, o por las malas— Alcé la cabeza para mirar a mi oponente que sólo sonreía al igual que sus compañeros.

Temía por mi felicidad más que por mi propia vida, un mal presentimiento se hacía presente en mi cabeza al mismo tiempo que trataba de resolver mis dudas, sentía miedo de sí algo podría pasarle a Sakura y no quería terminar con la dicha que había renacido en existencia.

Temía que decirle a Sakura que estaría con ella siempre, se convertiría en una promesa incumplida...

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Volverte a ver (Finalizada, En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora