Mi Perfecta Compañía

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Todo está saliendo conforme lo planeado, mi yo del pasado había aceptado que estaba enamorado de Sakura sellando con un beso aquel pacto de amor que aunque con muy pocas palabras como siempre había sido, le hizo saber a la pelirosa que de ahora en adelante eran algo.
Novios para ser más concretos.

Había visto todo lo que ocurrió aquel día en el río, tenía que asegurarme de que todo saliera perfecto para que ese recuerdo quedará en mi esposa por siempre y era momento de averiguar si había funcionado mi estrategia aprovechando que nuestra hija no estaba en casa.

—Sakura— Dije sentado sobre el sillón de mi casa con un pergamino en mi mano.

—¿Qué pasa Sasuke-kun?— Sakura se acercó hasta dónde estaba frotando su frente con la mano cómo si tratará de aliviar algún dolor.

—¿Te sientes bien?— Dejé el pergamino a un lado y me levanté para quedar frente a Sakura.

—Si, es sólo un dolor de cabeza que tengo desde hace días— Mi rostro dio a notar preocupación, tal vez los recuerdos que estaba provocando en mi esposa por el pasado le estaban afectando —Pero dime, ¿Qué necesitas?

Frunci el entrecejo y mis mejillas se ruborizaron por la pregunta embarazosa que iba a formular —Tú... ¿Tú recuerdas nuestro primer beso?.

Las mejillas de mi esposa de inmediato se pintaron de un rojo carmesí intenso, sus ojos verdes se expandieron quedándose cómo platos y estaba seguro que estaba a punto de desmayarse.

Sentía preocupación por Sakura de las jaquecas que últimamente le daban y necesitaba saber si era por lo que hacía en el pasado.

—Cómo podría olvidarlo Sasuke-kun— Su mirada trató de evadir la mía y su mano tapaba el movimiento de sus labios al hablar.

—Y ¿Cómo fue?— Los ojos verdes me miraron y de inmediato cambiaron su semblante.

Miré confundido a la pelirosa que estaba a punto de darle el soponcio por la pregunta que había hecho, sus mejillas cambiaron de color a uno más pálido y sus cejas fruncidas por el enojo me hicieron temblar por un momento aunque mi rostro sin expresión daba a notar que estaba tranquilo.

—¿No lo recuerdas?— Sus ojos parecían dos armas apuntando a punto de disparar para aniquilar a su presa mientras que mi frente comenzaba a sudar frío.

—Por supuesto que lo recuerdo, sólo quería escucharlo de tu voz— Traté de sonar lo más convincente pero no resultó muy bien.

—No entiendo, ¿Para qué harías algo cómo eso?— Sakura se acercó hasta a mí mirándome desde su baja y muy imponente altura.

Mis ojos se enternecieron al ver las mejillas infladas de mi esposa, se veía tan jodidamente hermosa cuándo estaba enojada que no pude contenerme y la tomé de la cintura para pegarla a mi cuerpo y rápidamente besar sus labios.

Una Sakura confundida besaba con torpeza ante el acto repentino pero se dejó llevar por la pasión de mi beso, el sabor a cereza en sus dulces labios me hacía querer probar más haciendo que algo en mi intimidad comenzara a crecer con dureza pero las manos de mi esposa me apartaron un segundo.

—Sasuke-kun, ¿Qué te sucede? Estás muy raro el día de hoy— Decía mientras acariciaba mis marcados pectorales y sonrojaba de nuevo sus mejillas.

—No es nada, sólo que nunca hemos hablado de eso y quería escucharte decirlo— Acaricié uno de los mechones rosas hasta que las yemas de mis dedos bajaron a sus finos labios para acariciarlos.

—Me da mucha pena hablar contigo de ésto, tú que no eres de muchas palabras pero... — Sacó debajo de su blusa un collar con un dije suavizando su mirar —Nunca olvidaré ese día.

Volverte a ver (Finalizada, En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora