El Artista Itinerante

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Me sentía aburrido. Mi esposa estaba en el hospital de Konoha y Sarada en una mision con Konohamaru, había leído un poco, después vi un poco de televisión pero nada me entretenía, faltaban 2 horas para que mi esposa llegara y ya se me habían agotado las ideas, ni siquiera Boruto estaba en la aldea como para ir a entrenarlo un poco.

Sentado en el sofá de mi casa con el control remoto cambiando una y otra vez los canales de la televisión, vi algo que me llamó la atención. Una niña pequeña jugando con una muñeca de cabellos rosados apareció en la televisión y me hizo recordar a mi pequeña Sakura, tenía mucho que no iba a visitarla con la ayuda de Karasuki.

Sin pensar más, me levanté del sillón y tomé mi capa, me infiltraria de nuevo en el Centro Arqueológico de Konoha para tomar prestada a la tortuga del tiempo, caminé por la aldea hasta llegar al lugar y fácilmente tome a Karasuki cómo tantas veces.

Ya en medio del bosque invoqué a la tortuga para ingresar las coordenadas de la Konoha del pasado pero al momento de estar con Karasuki, unos niños que paseaban por el bosque me distrajeron e ingresé mal las coordenadas, ya era demasiado tarde, así que esperé para llegar al lugar que había decidido erróneamente y me sorprendió cuando vi lo que había a mi al rededor. Estaba en la Konoha del pasado pero muchos años atrás, se me hacían familiares las calles, como cuando tenía 6 años y corría por las calles de la aldea buscando a Itachi.

Conforme avanzaba, vi a lo lejos a una pequeña de cabellos rosas, mi esposa estaba llorando bajo un árbol con la frente tapada por su flequillo. Ver a Sakura así de pequeña me llenó de ternura pero también de impotencia, unos niños la estaban molestando burlándose de su frente, no se porqué le incomodaba tanto, para mí lucía hermosa.

Como Sakura era demasiado pequeña en ese tiempo, no me acerqué a ella, tal vez podría causarle temor verme. A muchos niños les incomodaba verme con el Rinnegan, supuse que Sakura no sería la excepción.

Mientras estaba ideando un plan para ahuyentar a esos chiquillos molestos, me vi a lo lejos acercándome al lugar donde estaba Sakura, mi yo de 6 años corría buscando a Itachi para encontrarlo en cualquier lugar, estaba tan concentrado pensando en mi hermano mayor que no me di cuenta de lo que le estaba pasando a Sakura en ese entonces, y mi plan cambió completamente.

Mi yo joven ayudaría a Sakura con esos estorbos, me acerqué cautelosamente al chico hasta quedar junto a él y con cautela le hablé.

—¿Buscas a alguien?— Dije tapando mi ojo izquierdo con mi cabello para no asustar al pequeño.

—Sí, estoy buscando a mi hermano mayor pero no lo encuentro por ninguna parte— Dijo para después quedarse quieto por un momento, se le hacia extraño que un hombre llegara sin más a hablarle —¿Quién es usted?

—Soy un Artista Itinerante, mañana presentaré un espectáculo en la aldea— Mentí.

—¿En serio? Y... ¿Qué espectáculo va a hacer?— El niño preguntó con algo de emoción por el espectáculo.

Era extraño hablar con mi yo de 6 años.

Sin decir nada saqué de mi capa una pelota de hule, con un poco de chakra logré que la pelota explotara en los aires saliendo confeti de ella, mi yo de 6 años se quedó perplejo ante la magia, no sabía como lo había hecho pero le había gustado.

—Te daré un pase gratis para el espectáculo, si ayudas a la pequeña que está en aquel árbol— Señalé con mi mirada a Sakura que seguía llorando por la burla de los otros niños.

—Pe... Pero no la conozco, ¿Porqué habría de ayudarla?— El niño titubeo un poco, tal vez era miedo o vergüenza, pero no se atrevía del todo a acercarse a Sakura.

Volverte a ver (Finalizada, En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora