Volverte a ver (Finalizada, En Corrección)

De Uchiha A Uchiha

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Me sentía frustrado, sentía que no tenía salida y por más que pensaba en cómo solucionar todo, seguía cayendo en el mismo agujero y contra mi voluntad, una lagrima corrió por mi mejilla por las palabras de aquel tipo que no dejaban de rondar en mi cabeza.

<<Itachi está buscándote, sabe que haz recobrado la felicidad al lado de tus compañeros y está dispuesto a eliminarlos para que vuelvas a ser el mismo infeliz que dejó en la aldea>>

Orochimaru me había marcado con un sello en el cuello, desconocía el motivo, pero me había otorgado más poder con ello y aunque en algún momento me había negado en ir con él, parecía que era mi única opción por el bien de Naruto pero sobre todo, por el de mi pelirosa.

<<Orochimaru-sama te ofreció un regalo que haz desaprovechado descaradamente, no sé qué fue lo que vio en un inútil cómo tú pero... Deberías sacar provecho de ello para volverte más fuerte>>

Me levanté con desgane de mi cama y tomé mi mochila dispuesto a salir en dirección a mi nuevo destino pero un molesto retrato hizo arrepentirme por un momento, giré mi rostro y miré la fotografía del equipo siete sobre mi tocador.

Un suspiro melancólico salió desde mi adentros y me acerqué con lentitud, tomé el retrato y mis ojos no pudieron evitar cristalizarse de nuevo, miré con profunda atención a cada uno recordando los buenos momentos que pasé con mi mejor amigo y mi sensei, pero todo cambió cuándo mi vista se clavó en mi pelirosa.

Mis lágrimas no se contuvieron más y salieron lentamente de una por una cubiertas de nostalgia, Sakura se había convertido en mi entera felicidad, era la calma y la dicha que me llenaba día tras día, era aquella niña molesta que se había llevado mi corazón y que me había devuelto las ganas de vivir mi vida como hace mucho no sentía, pero ahora tenía que dejarla.

Me dolía no poder dar ninguna explicación, si le contaba que estaba en peligro y que mi hermano se había propuesto de nuevo a arrebatarme todo aquello que me hacía feliz, no lo entendería, me seguiría y no me dejaría cumplir con mi propósito.

Apreté el retrato con fuerza y mi frustración solo hizo que lo pusiera boca abajo como si de dejar todo atrás se tratase, di la vuelta al mismo tiempo que sequé mis mejillas mojadas y salí de mi casa con el ánimo por los suelos.

El aire frío pegaba justo en mi cara, la luna llena iluminaba las solitarias calles de Konoha a la media noche y sólo se podía escuchar el grillar de los grillos cantando junto a mis lamentos que gritaban por dentro, mis manos iban dentro de los bolsillos de mi pantalón con mi andar tranquilo mientras recorría cada calle de la aldea.

Miré que a lo lejos se acercaba la chica de cabellos rosas y aunque mi corazón latía sin control, mi expresión seguía siendo serena e inexpresiva mientras que la de ella, se llenaba cada vez más de angustia.

—¿Qué estás haciendo a éstas horas por aquí?— Me detuve frente a ella y hablé con un tono de voz seco e indiferente como hacía mucho no le dirigía.

—Éste es el único camino para salir de la aldea.

—Es muy tarde, regresa a casa y duerme— Dije sin aparentar remordimiento alguno y rodee su cuerpo para seguir con mi camino.

—¿Te ibas a ir de la aldea sin decirme?— Me quedé sin poder responder mientras sentía como mi corazón se partía en mil pedazos —¿Porqué? ¿Porqué nunca me dices na...

—Por qué no tengo nada que decirte Sakura, deja de hacer tantas preguntas y regresa por donde viniste— Traté de sonar lo más cruel posible y pude escuchar el crujido en el corazón de mi novia.