Capítulo 46

5.1K 202 17
                                    

La voz de Noah Cyrus sonaba por toda mi habitación, a tan solo dos semanas del baile de fin de año y de la entrega de diplomas, estabamos en la última semana de noviembre y la última vez que había visto a Salvador fue aquella noche de octubre, en el cumpleaños de Aylín. Recuerdo ese día como si hubiese sido ayer.

¡Maldición! – Adam golpeaba una y otra vez la cara del chico castaño quien no reaccionaba, solo miraba hacia el suelo y recibia cada uno de los puñetazos de su mejor amigo, como si se los mereciera.

Adam, ¡basta! – tomé de su mano, los chicos habian intentado separarlos hace un rato pero habia sido en vano por lo que decidieron no volver a intentarlo porque sabian que también recibirían una paliza.

Aylín habia salido corriendo con su hermano, ella lloraba e intentaba quedarse pero su hermano a la fuerza la llevó con él, supongo que temía que la bestia de Adam pudiera hacerle algún daño, no lo culpo, hasta yo podía pensar que en este momento Adam podría golpearme por meterme en su camino.

Basta por favor – me miró con desprecio y apretó sus dientes haciendo que su cuerpo se tense – No lo golpees más – supliqué al borde del llanto. Relajó su cuerpo dandose cuenta de la situación y soltó a Salvador que no emitia ningún sonido.

El ambiente era tenso, solo se habían quedado Maria, Liam, Gastón, Christian y David, Carla habia ido corriendo por un botiquín o algo para las heridas de Salvador. Mi corazón parecia ir a mil por hora al sentir los penetrantes ojos verdes de mi hermano, era como si quisiera cortarme en pedacitos.

Era inevitable Morrison – habló por fin Salvador.

¿Qué estas diciendo? Cierra la boca – lo regañó David, pero éste le hizo caso omiso.

Realmente estabas ciego, esto, lo que siento, es de hace mucho tiempo, amo a Mía, la amo como a nadie mas en el mundo, y no la voy a poder dejar de amar, estuvo separada de mí por diez años pero aún así yo seguía pensando en ella, en poder volver a verla – una sonrisa burlona se cruzó por sus labios provocando que Adam estalle a gritos.

¡No, claro que no! ¡No la amas! Eres como tu puto padre, un cerdo asqueroso que se acuesta con muchas mujeres, ¿por qué Mía seria la excepción? ¿Acaso lo niegas? Maldito mujeriego – al escupir eso Salvador borró su sonrisa – ¿Enserio pensaste que no nos enterariamos de tus amoríos? ¿De que te irás? – la voz de Adam se quebró.

Es cierto, me iré, pero sabes muy bien porqué lo hago. ¿Qué sentido tiene que me quede si no puedo estar con la persona que amo? Tu me lo prohíbes, y aunque me duela decir esto, tú estás por encima de ella, me importa mucho tu amistad, tanto que decido alejarme para dejar de sufrir por la tentación, para estar lejos de ella y estar cerca de ti – los ojos de Adam parecían que en cualquier momento se saldrían de sus cuencas, por alguna razón no me sorprendió escuchar aquello, si no fueran mejores amigos podría pensar que fue una propuesta de amor donde la mala de la historia era yo.

¿Realmente valía la pena luchar por alguien que ya me había abandonado? Definitivamente ya no estaba en los planes de Salvador, quizá en ningún momento lo estuve.

La pelea terminó cuando Salvador decidió irse, Adam estaba en una especie de shock. Oficialmente parecía que las cosas no tendrían una solución immediata, solo el tiempo era capaz de arreglar esto, y yo no me metería en asustos ajenos a mí. Al parecer eso es lo que me enseñó este año, a alejarme del peligro y aprender a no meterme en donde no me llaman.

A pesar de ser algo duro Salvador ya se había ido de la ciudad, se había mudado rápidamente a la capital como si estuviese huyendo, fue gracias a Liam que supe de esto. Se esfumó como el humo, pero solo espero que esté bien.
Con Aylín no he hablado desde ese día, está molesta conmigo porque según ella yo "podia haber evitado eso", o al menos eso escuché cuando discutió con Adam, aunque ahora ellos están bien.

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora