Capítulo 26

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Otra semana se fue volando entre exámenes, entrenamientos y salidas con amigos, fue un tanto estresante, pero para mí suerte me fue bien en todo, no podía creer que en unos cuantos meses terminaba el colegio, Liam me habia dicho que todos los años hay una fiesta de graduación, una especie de baile de fin de año, luego una entrega de diplomas, lo normal.

Estaba sentada en mi banco, él plan del jueves pasado había salido excelente, el castaño invitó a Chiara a que lo acompañara al centro comercial y adivinen que sucedió... Sí,¡se besaron!, estaba demasiado feliz por él, y solo pensar que hace unas semanas solamente me hablaba para acostarse conmigo, las cosas pueden cambiar según pase el tiempo.

El escandaloso timbre sonó dando por finalizada la clase, guardé mis cosas en mi mochila, el chico a mi lado hacía lo mismo.

– Mañana es viernes – dijo mientras estiraba su cuerpo – Creí que no llegaría nunca el fin de semana, ya estoy harto de las evaluaciones, no quiero agarrar otro libro de física nunca más en mi vida – hizo un puchero con el labio, yo me reí por lo tierno que se veía.

– No fue para tanto, además estas notas llegaran a la mano de las universidades – le recordé.

– Mierda, todavía me queda seguir estudiando cuatro o seis años más – se quejó dejando caer su cabeza en la mesa haciendo un gran ruido, por suerte eramos los únicos dos locos en el aula.

– Si... Por cierto, ¿qué quieres estudiar?.

– Amm, medicina no estaría nada mal – se encogió de hombros.

– ¿Es lo que verdaderamente quieres? – desvío su mirada – Liaamm – lo presioné – Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

– Bien, bien, en realidad me gustaría estudiar arquitectura, pero a mi padre le encantaría que siga sus pasos... – sonrió débilmente – Aún falta para tener que decidirme, ¿tú que quieres estudiar?.

– Administración de empresas – dije segura de mí misma.

– Eso me parece maravilloso, ¿cómo tu madre no? – asentí orgullosa.

Salimos del aula, los pasillos estaban completamente vacíos. En la entrada estaba Adam esperando, fruncí el ceño, durante toda esta semana no supe nada de él, se suponía que estaba de viaje, por eso me sorprendió verlo.

– Creo que te están esperando, que sorpresa mi hermano está con él – dijo Liam confundido.

Nos acercamos con precaución hacia ellos, ambos tuvimos problemas con nuestros hermanos, al final decidí contarle a Liam lo que estaba sucediendo con mi hermano y con el suyo, él comprendió muchas cosas, como el repentino comportamiento rebelde de Salvador o porqué llegaba ebrio a las tres de la mañana.

– ¿Se van a subir o van a seguir mirando como idiotas? – la brusca voz de Adam nos hizo reaccionar, ambos subimos a los asientos de atrás.

El conductor suspiró con fastidio y se dispuso a conducir, mientras tanto el copiloto observaba perdidamente por la ventana. El comportamiento de los dos era algo raro, se suponía que eran mejores amigos y estaban demasiado distanciados por mi culpa, madita sea, maldigo el día que acepté tan fácilmente haber venido a esta ciudad, cuando mi verdadero hogar estaba en España.

Cuando creí que nos dirigiamos a nuestra casa Adam se desvío del camino, ¿a dónde nos estaba llevando?, nunca antes había pasado por este lugar. Miré a Liam quién estaba igual de confundido que yo.

– Adam, ¿a dónde vamos? – pregunté trantando de esconder mis nervios.

– A casa de Nana, hoy cumple años – dijo como si fuera lo mas obvio del mundo – Además hay una sorpresa para ti – nuestros ojos se conectaron por el espejo retrovisor.

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora