Capítulo 44

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Durante el domingo había quedado con Chiara para ir a un salón de belleza, nunca había ido a uno, siempre me maquillaba yo y como mucho lavaba mi cara con jabon o me aplicaba una mascarilla casera que encontraba en internet. Estabamos en octubre faltaban un par de semanas para el baile de fin de año, ¿estaba nerviosa? Por supuesto, sería la única que iría acompañada por su hermano en vez de una cita romántica o algo así, pero daba igual.

Salimos después de estar dos casi tres horas en aquel lugar, sentía mi cara tiesa como una globo super inflado, mis uñas estaban pintadas de violeta, mi pelo que había crecido bastante durante estos meses lo había cortado hasta mis hombros, me gustaba mucho llevarlo corto.

– ¿Cómo van los entrenamientos? – preguntó la italiana apreciando sus uñas.

– Bien, realmente son agotadores pero me ayudan a matar el tiempo, todos están de pareja y paso menos tiempo con ellos.

– Deberías salir con alguien, aún no entiendo porqué terminaron con Gastón, hacían la pareja perfecta, eran como dos soles – sonrió alegre.

– Supongo que por eso mismo, teníamos demasiadas cosas en común que era como estar saliendo conmigo misma, no habían muchas diferencias y aunque en momentos podría llegar a sorprenderme se tornaba un tanto aburrido, como si todas las charlas que podiamos tener ya las hubiesemos hablado...

– Mmm, entiendo, como cantar tu canción favorita cientos de veces hasta que ya no puedes más – asintió comprendiendo.

– Quizá, de igual manera era demasiado perfecto para ser real – me limité a decir sin ánimos, realmente no tenía ganas de tener esta conversación de relaciones amorosas.

– Lamento por robarte a Liam – se disculpó apenada. La miré confundida.

– No tienes porqué disculparte, se conocen hace mucho mas tiempo, y no me molesta que salgan o sean novios, porque enserio se los ve muy felices juntos, solo que mi cabeza está en las nubes últimamente – intenté explicar mi comportamiento de hace unos días, donde simplemente evitaba pasar tiempo con ellos o me iba a casa sin darles alguna explicación.

– Va, me caes muy bien Mía, te considero una amiga muy valiosa, es por eso que quiero darte esto – de su bolso sacó un pequeño regalo y me lo dió con las mejillas sonrojadas, lo tomé intrigada y lo abrí, dentro había una pulcera de oro muy delicada, de ella colgaban delfines, la tomé suavemente como si tuviera miedo a que se rompiera – La elegimos con Liam, yo tengo una igual – me mostró la que tenía en su muñeca – Si juntas estas dos partes – agarró un adorno de una estrella partida a la mitad que colgaba de mi pulsera – Se completa la estrella – río con alegría, yo sonreí con ternura mientras las lágrimas querían salir de mis ojos.

– Es hermosa, gracias – la abracé y ella me correspondió el abrazo.

Caminamos hasta un punto donde debíamos separarnos para que cada una se fuera a su casa.

– La pase muy bien hoy, salgamos mas seguido – le agradecí con una sonrisa.

– Claro, nos vemos – se despidió con la mano y caminó en una dirección opuesta a la mía.

Me quedaban unos 20 minutos caminando a casa, el sol ya se estaba escondiendo, al ser primavera no se notaba tanto el frío. El ruido del motor de una moto sonó a mi lado llamando mi atención.

– ¿Quieres que te acerque? – se sacó el casco el chico dejando a la vista a un Christian con sonrisa resplandeciente, asentí tomando el casco y poniéndolo en mi cabeza.

Me aferré a la cintura del chico que condujo a una velocidad moderada, hasta casa. Al llegar notamos como el auto de Adam no estaba estacionado.

– Parece que aún no vienen, preparemos lo que falta – dijo tomando mi mano, nos adentramos en la casa y habian varias cajas sobre el sofá, mi cara de intriga fue muy notoria ya que volvió a hablar – Es el cumpleaños de Aylín, Adam estuvo hablando de eso toda la semana.

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora