YoonGi y JiMin, mejor conocidos como Agust D y KittyGang, son dos de los mafiosos más poderosos de Corea del Sur. Un encuentro es suficiente para que una obsesión nazca de Agust hacia AlleyCat incluso luego de separarse por un período de tiempo, aun...
—JK, corta todas la cámaras del banco, no queremos errores. RM encárgate de los guardias, Jin necesito que tú, V y Jhope junten a las personas, si alguno no copera ya saben que hacer. Kitty, puedo hablar contigo un segundo.
El mencionado no dijo nada, se limitó a asentir y seguir al pálido hombre. Cuando ambos estuvieron dentro del despacho del mayor, este cerro la puerta detrás de el.
Una sonrisa se formo en su rostro y camino hacía el bonito chico.
—Estas precioso, mi amor.
Kitty se sonrojo como un lindo tomatito, sonriendo por el comentario.
—¿No te lo había dicho antes?
—No lo hizo, Señor D.
—Entonces lo diré ahora. Eres el chico más hermoso que he visto, me haces babear, me tienes a tus pies, Kitty.
Alguna razón, el pálido se le ocurrió decirle esas cosas cursis a su pareja.
—¿Gigi está muy meloso hoy? Amo tanto esa faceta tuya.— Kitty enroscó sus brazos en el cuello de Agust, y este los enredo en la pequeña cintura, respirando el mismo aire, Agust hablo. —Te extrañe tanto, gatito.
—Puedo decir lo mismo, Gigi.
Beso sus gruesos labios adueñándose de estos, reclamando su boca en una perfecta sincronía. Sus lenguas reconociéndose en instantes. Se separaron en un chasquido. El pálido soltó a su acompañante, posicionando se tras el, lo abrazo de igual forma.
—Tendrás que usar algo en el robó de hoy, bebé.
Colgó en su fino cuello un collar en forma de corazón de diamantes rosas con dos pequeños diamantes blancos a sus extremos. Kitty lo miro fascinado.
—Agust, es-es hermoso, ¿Dónde lo conseguiste?
—¿Importa eso, cariño? Solo quiero que lo disfrutes, úsalo siempre que cometas crímenes, ¿De acuerdo?
—Por supuesto. Gracias, Gigi. Eres el mejor.— beso la mejilla ajena, haciendo que Agust disfrutara el breve contacto.
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Todos estaban en sus posiciones, esperando por el llamado de Agust.
—¿Esta listo, JK?— hablo el pálido por el auricular que tenían.
—Todo listo, pueden entrar. RM ya noqueó a los guardias.
—Perfecto, estamos llendo.
Agust saco un arma negra larga, al terminar de cargarla, se dirigió al pelirosa.
