YoonGi y JiMin, mejor conocidos como Agust D y KittyGang, son dos de los mafiosos más poderosos de Corea del Sur. Un encuentro es suficiente para que una obsesión nazca de Agust hacia AlleyCat incluso luego de separarse por un período de tiempo, aun...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Kookie, ¿Te gustaría ver a tu madre de nuevo?— V estaba acurrucado en el pecho de JK mientras le hablaba.
—Pensándolo mejor, si, me gustaría verla, para agradecerle por sacarme de mi propia casa, hogar que mi padre me dejo en su testamento, la cual ella me robo. Y luego meterle una bala en su cráneo con el arma que me regalaste en mi cumpleaños
—¿Te gustaría que la vallamos a visitar? Así puedes cumplir eso que quieres y conozco a mi suegra de paso.
JK sonrió ladinamente a V, bajo su rostro un poco para besar suavemente los labios contrarios que amaba, moviéndolos suavemente, como si no lo quisiera herir. Al separarse miro a su pareja. —Prepárate, muñeco, iremos a visitar a tu suegra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JK cargo su arma y la coloco en el cinturón de su pantalón, río mentalmente al imaginar la expresión de su madre cuando lo vea, sinceramente tenía muchas ganas de matarla, le hizo mucho daño, apenas estaba en su adolescencia cuando lo saco de casa, con la excusa de que era un chico rebelde. Estaba seguro de que su madre ya lo había visto en las noticias como unos de los criminales mas buscado, además de que sus nuevos tatuajes y sus piercings resaltaban mucho.
Bajo para poder encontrarse con V, este acomodaba unas cosas en su mochila, para luego acomodarla en su hombro izquierdo.
—¿Listo, guapo?— JK le agrego a su pregunta una sonrisa orgullosa.
V solo asintió y entrelazó sus dedos con los del menor para salir por puerta. Pero JK se detuvo un momento.
—¡Jin-hyung! ¡Estamos saliendo de casa, llegaremos un poco tarde!
—¡Traten de no hablar con extraños, y no llamen la atención de la policía!
Con eso, la pareja salió con una sonrisita en el rostro. JK encendió su motocicleta y se acomodo el casco, entregándole uno V de color blanco. Arranco y condujo hasta su ciudad natal; Busan. Aproximadamente en unas dos horas, se encontraban entrando a la civilización en Busan.
JK sabía que su madre todavía vivía en aquella casa que le quito. Inconscientemente sonrió e imagino la cara de sorpresa de aquella.
Llegaron a la calle donde correspondía, y frente a la gran casa, JK estaciono la motocicleta.
