YoonGi y JiMin, mejor conocidos como Agust D y KittyGang, son dos de los mafiosos más poderosos de Corea del Sur. Un encuentro es suficiente para que una obsesión nazca de Agust hacia AlleyCat incluso luego de separarse por un período de tiempo, aun...
—Recuerdo perfectamente cuando Kitty me miro con ella, trate de hablar con el, pero estaba claro que estaría molesto. Lo deje así, maldigo cada segundo de mi vida cuando lo lastime en el club, le dije tantas cosas de las que me arrepentiré por el resto de mi vida. El padre de EunBi me pagó, pero solo la mitad por qué no confiaba en mí, me lleve a EunBi donde yo me refugiaba. Fue entonces que su padre me dijo que me depositaría el dinero ese mismo día que yo volví por Kitty, lo descubrió, y que también mate a su hija, por eso no me terminó de pagar y al querer ir por el resto, atrapó a Kitty y ahora lo tiene como rehén para hacerme sufrir. Pero no sé quién le dijo que iría a buscarlo en ese lugar, no sabía cómo me estaba esperando. No sé quién sea, pero el maldito sabía que estaba llendo por el y se lo dijo.
V estaba rojo por la ira. Habían lastimado a su mejor amigo y eso no lo iba a dejar pasar. —Dejando de lado todo eso. ¡Eres un maldito hijo de puta, Agust! ¿Por simple dinero lastimas y humillas a Kitty? Ahora veo que eres un maldito interesado.
—Lo sé.
—¿Kitty sabes esto? ¿Qué por unos simples billetes le hiciste todo esto?— pregunto Jin.
Agust negó.
—Cuando encontremos a Kitty le dirás todo. Quiero que sepa la verdad y que pagues por lo que hiciste. No fue suficiente lo que Kitty te hizo para sufrir.— fue V el que sentenció.
Agust miro hacía otro lado mientras mordía el interior de su mejilla. No sabía que haría Kitty, pero tenía miedo.
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Kitty estaba recostado en la cama incómoda que estaba en ese pequeño lugar. Estaba cansado de estar ahí. Sabía que sus amigos lo estaban buscando, los guardias decían entre susurros que trataban de encontrarlo. Eso alegro a Kitty, pero ya estaba harto de que no logren dar con su paradero. Tenía un truco bajo la manga, pero solo quería usarlo si ya no se le ocurría nada más, y como iban las cosas, estaba pensando en usarlo.
Cada integrante de Bangtan tenía un chip insertado en su muñeca derecha, en caso de un peligro y poder buscarlo por medio de ese microscópico chip. Estaba pensando muy seriamente en activarlo, pero tenía que cortarse un poco para poder activarlo. Lo dejaría ahí, tal vez cuando las cosas se pongan más intensas lo usaría.
En este momento, se estaba preparando para derrotar a otro de los guardias de SuRan, ninguno de esos imbéciles le iba a ganar, por algo se llamaba KittyGang.
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Agust respiraba arrítmicamente, estaba muy cansado y harto, estaba en la sala de prácticas golpeando el saco de arena que estaba colgado.
En momentos como esos, Kitty iba a su encuentro y siempre terminaba haciéndolo suyo hasta ya muy el amanecer, extrañaba mucho los momentos a su lado, no escuchaba su risa, su suave voz, su sensual cuerpo, lo extrañaba, demasiado.
Una extraña ansiedad lo cubría cuando no podía abrazarlo como el quería, sabía que le había mentido en cuanto a ese trabajo, pero sin importar que, lo extrañaba.
Haría lo posible por tenerlo a su lado de nuevo. No por nada se llama Agust D. Y nunca, nadie vence al líder.
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