Capítulo 38: La arena

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-¡Bienvenidos a un día más en la arena, gladiadores!- gritó el presidente desde el palco- Esta es una arena en la que se ofrecen solo voluntarios y no se permite la letalidad aunque... El día de hoy será una excepción porque tenemos un invitado especial. ¡El héroe de la ciudad, Coldshot!

La audiencia no decía nada y el silencio reinaba haciendo que el presidente se incomodase.

-Ya veo que el público hoy está silencioso... En fin, ¡que comience la arena de hoy!

Los ocho participantes se pusieron en círculo y Sawler lo dejaron inmóvil en el centro para luego soltarlo. Los guardias se apostaban en las paredes con varias lanzas y tiraban armas a todos los de su alrededor: piquetas, bates de beisbol y todo tipo de armas contundentes. Sawler se quedó en el centro sin ninguna arma.

-No sé si me lo esperaba porque es el presidente- se quejó Sawler mientras miraba a los otros.

-Y hoy tendremos una recompensa excepcional. Quien consiga abatir a nuestro invitado, sin matarlo, se lleva 10 mil euros- continuó el presidente.

Todos miraron a Sawler con una sonrisa malévola, hasta el de la celda vecina que estaba ahí con un bate. Todos se lanzaron al mismo tiempo a por Sawler y este simplemente trató de esquivarlos como pudo. Una lanza iba a impactar contra su cabeza cuando Sawler se dio la vuelta y la interceptó en el aire, arrebatándosela al guardia que intentó darle. Con esa lanza, se acorraló armado con la lanza y uso la parte no letal de ella para tirar a todos los participantes de las piernas con un solo barrido. Luego, fue dejando insconsciente a cada uno de ellos hasta que quedó él solo en pie. Los guardias lo cogieron de los brazos sin que Sawler hiciera oposición alguna y lo llevaron, dentro de la arena exterior, abajo del palco del presidente.

-Me esperaba que pasara esto, sinceramente- comenzó el presidente mientras aplaudía- Has crecido mucho desde que eras pequeño.

-No me vengas con esas tonterías. Meter el pasado en esto solo va a hacer que mueras peor- interrumpió Sawler mientras resoplaba con ira.

-No tiene por qué acabar contigo muerto- continuó el presidente haciendo omiso caso a Sawler- Esta es tu última oportunidad que te doy antes de que tenga que hacerlo por las malas. Dame a Cryo, termina esto de una vez y te dejaré libre y tranquilo.

Sawler miró al presidente y luego al suelo mientras sus brazos eran sujetados. Después, comenzó a reirse y se mantuvo en silencio durante otro momento.

-¿Y bien?

-¿Cómo que "y bien"?- preguntó el presidente algo confuso.

-Si vas a hacerlo por las malas, ya estás tardando. No creas que no me percaté de todo lo que has estado haciendo. Si de verdad quieres a Cryo, tendrás que venir tú mismo a por él- respondió Coldshot mientras lo miraba.

Sawler pegó una patada a uno de los guardias que lo sostenía y se liberó mientras apalizaba a los dos guardias que lo amarraban. Mientras el presidente veía, Sawler diezmaba a los guardias y los dejaba casi muertos en el suelo. Cuando terminó, uno de los guardias cogió un arma y le apuntó.

-¡Nada de disparos, dije! ¡Le quiero vivo, no muerto!- gritó el presidente haciendo que el guardia se despistara y Sawler le incapacitara y cogiera su arma.

-Ahora es mi turno, cabronazo- respondió Sawler mientras apuntaba el arma al presidente.

-Las armas no están cargadas, Sawler. Solo tienen un disparo y somos tres aquí arriba- intentó tranquilizar el presidente.

El presidente se asustó al escuchar el estruendo el arma siendo disparada a uno de sus guardias androide y mirando cómo el otro guardia androide le apuntaba para dispararle. Sawler elevó una chapa metálica en el aire con el pie mientras recargaba la pistola con la bala que le dieron antes y la bala que fue disparada por el guarda rebotó en la chapa metálica. Cuando la chapa cayó, Sawler disparó al otro guardia y tiró la pistola.

Elemental Redemption: Origin (libro nº1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora