Las discotecas durante el mes de Junio estaban que no paraban de rebosar. La fiesta se encontraba en cada una de las 4 esquinas del recinto. Varias chicas se encontraban dentro de la fiesta de cumpleaños de una de las amigas. Eran las 2 de la mañana de un sábado y las chicas no tenían intención de quedarse mucho más tiempo. El alcohol volaba entre las bandejas de los servidores y las chicas lo aceptaban sin problema alguno. Las tres amigas se atiborraron a alcohol, bailaron un poco y luego, por efecto de toda esta fiesta, fueron a la terraza y vomitaron hacia la acera de la calle. Lo normal de una discoteca común y corriente a estas horas de la noche y con tal grado de fiesta. Las chicas se calmaron un poco y se quedaron hasta las 8 de la mañana al final. Con todo el sueño, el amanecer estableciéndose como marca del horizonte y con las tres chicas ya menos ebrias, las chicas decidieron salir de la discoteca con el plan de llegar a su casa, aunque no llegarían... Un grupo de 5 hombres estaban charlando en la calle de la propia discoteca mientras fumaban varios porros que se pasaban de la forma que se llama "ambulancia". Uno de los chicos vio a las tres chicas salir y susurró a los otros que estaban en el grupo. La sonrisa maliciosa se bordó en la cara de todos ellos y se dispusieron a caminar hacia ellas.
-Buenos días, señoritas. ¿Les importaría hacernos compañía un rato en esta agradable mañana?- mencionó uno de los del grupo emporrado hasta no más poder.
-No, gracias. Ya nos íbamos a nuestras casas si no les importan- dijo una de las chicas intentando salir de la situación lo más rápido posible ya que se olía lo que iba a ocurrir pero los chicos acorralaron a las tres chicas.
-Vamos, vamos. Tengo un poco de mota por acá- mencionó el que parecía el líder de ellos- Podemos pasar un día lleno de pasión y de buenas memorias.
Las chicas estaban aterradas. Sabían ya lo que querían hacer y las chicas sabían que no querían eso bajo ningún concepto.
-Por favor...- habló otra chica en ese grupo- Dejadnos ir a nuestras casas...
-Creo que no nos han entendido bien, ¿no, chicos?- el líder empezó a reírse haciendo que los otros miembros se rieran hasta que el líder saco un revólver y lo apuntó a la cabeza de una de las chicas- Bájate las putas bragas, pendeja.
De ahí, el ambiente se tensaba en aumento. El grupo empezó a agarrar a las chicas y a golpearlas si no obedecían. Las chicas forcejeaban todo lo que podían para librarse del agarre pero no podían. Una de ellas escapó y salió corriendo hacia su casa. Sin embargo, las otras dos se quedaron allí, intentando escapar por sus vidas y por algo menos valioso que sus vidas... Copos de nieve empezaron a caer en la calle de la discoteca, haciendo que el grupo de chicos se confundiera.
-¿Desde cuando nieva en pleno Junio?- preguntó uno de los hombres.
-Puede que España sea un lugar bastante distinto a México- intentó argumentar otro de los hombres.
De pronto, todos los hombres se congelaron y convirtieron en estatuas de hielo en cuestión de un segundo que pasó. Un chaval bajó deslizándose por el aire que congelaba mientras sostenía una sudadera blanca con una llama negra abajo.
-Mira que la gente se mete en problemas a las peores horas, joder- replicó Sawler mientras se ponía la sudadera- Perdón si las hice esperar, chicas. Estaba teniendo un buen sueño hasta que me despertaron para venir acá- continuó mientras se ponía sus guantes de bicicleta azules y negros. Sawler miró al grupo de hombres congelado y a las chicas- ¿No eráis tres? ¿La otra ya se escapó? Perfecto entonces.
Sawler se pusó de espaldas a una pared del callejón y las miró. Les hizo una seña para que se fueran del callejón.
-¿Q-qué...?- preguntó una chica aún confusa por la situación
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Elemental Redemption: Origin (libro nº1)
Ficção CientíficaUna sociedad impactada en medio de la controversia de una empresa multinacional llamada Unknown... Una antigua cultura resurgiendo de las cenizas por una simple ocasión desde hace 4000 años... Y una persona que sin tener idea alguna se adentra en un...