—¿Tienes algo que decirme, Joel? —pregunta Tatiana, sentándose en la cama, cruzando su pierna derecha por encima de la izquierda ocasionando que la faldita que lleva puesta se suba un poco.
Aparto la mirada cohibido, regañándome por estar pensando en eso justo ahora. Se supone que confesarse no es difícil, incluso ya lo hice una vez. Pero ahora lo siento diferente, solamente pienso en los consejos de mis amigos, en los ánimos que me dieron a través del grupo que tenemos en WhatsApp. Está de más comentar que los emoticones obscenos no faltaron en sus mensajes.
No es nada del otro mundo.
Solo tengo que decirle lo que siento.
Porque realmente me gusta Tatiana.
Puedo sentir como mis manos tiemblan a mis costados, como el sudor cae por mi frente y mis dientes chocan entre sí al mínimo contacto. Doy un par de pasos hasta llegar a ella, quedando a una distancia donde no alcance a escuchar el martilleo de mi corazón.
—Tati, yo... yo quería, no, yo quiero...
—¿Qué sucede, pequeño? —pregunta con una sonrisa ladina, poniéndose de pie, aunque sea mayor es más baja, solo un poco—. ¿Hay algo que quieras decirme?
Asiento torpemente, respirando con dificultad al notar que se acerca a mí.
—Sí, yo, sí tengo algo que decirte.
—Te escucho —susurra dulcemente, mirándome bonito, o eso quiero creer.
Vamos, Joel.
Tú puedes.
—¿Quieres ser mi enamorada? —suelto en un hilo de voz, cerrando los ojos temiendo por su respuesta, y en ese corto lapso de tiempo comienzo a pensar en lo que dije—. Entenderé si no quieres, tal vez no es romántico, debí hacer algo, pero...
Mi patético discurso es detenido cuando sus brazos se enrollan en mi cuello y tira de mí para besar mis labios. Reacciono abrazando su cuerpo, sonriendo amplio cuando ella lo hace.
—Sí, Joel. Sí quiero.
Vuelve a juntar nuestras bocas, ella lo hace con experiencia y yo con torpeza, que tal vez nota, pero decide pasar por alto.
Y aunque quiera sentir esos fuegos artificiales como escuchaba decir a algunas compañeras; no ocurrió.
Al contrario, solamente una mirada triste vino a mí.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
No tengo nada más que decir... ¡Oh, esperen!
¿Alguna vez se han confesado a la persona que les gusta?
Yo recuerdo que una vez hice una cartita (por primera y última vez) a un chico que no conocía pero me atraía, lo sé, fui una idiota por completo. Al final, una compañera me la quitó y se la entregó. Éramos de diferentes salones, y les juro que al día siguiente no quería ir a la escuela.
Besos♥.