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—¿Y tu novia? —pregunta Christian, pasándome un vaso de cerveza a pesar que sabe cuál es mi opinión—. ¡Vamos, Joel! ¡Es un poquito!

Observo el contenido como si fuese veneno, arrugando la nariz cuando decido olerlo. Es repulsivo y muy asqueroso. ¿Cómo les puede agradar si dañan su salud?

—¡Solamente bebe de un tiro, Joel! —exclama en voz alta Johann para ser escuchado.

Nunca comprenderé por qué les gusta celebrar un simple cumpleaños con luces y alcohol por todos lados, sabiendo que en un par de años van a morir y luego nadie se acordará de ellos. Porque así es la ley: naces, vives o sufres, tienes una familia o no, mueres, te olvidan.

Al menos esa es mi ley.

—Saben que no me gusta —admito bajito, jugando con el vaso entre mis dedos. Recargando mi peso en una pierna para que no noten mi nerviosismo.

—Hazlo por mí, Joel, por tu amigo.

Deberían darme el premio al estúpido del año.

Mi garganta se muestra recelosa cuando el líquido se desliza por ella, una mueca de asco se crea en mi rostro, y aunque no quiera, termino escupiendo en el fregadero de la cocina.

—¡Es una porquería!

—¡No seas niña, Joel!

Niego malhumorado, sintiendo molestia conmigo mismo por ser tan débil y ceder ante ellos. A este paso me pregunto si hay un poco de amor propio alojado en mi corazón.

Pero Tatiana me quiere, siempre me dice cosas positivas y muy bonitas, así que supongo que no hay problema alguno.

Al dirigirme al baño choco con alguien, ocasionado un déjà vu de aquella noche. Pero esta vez las luces en el pasillo son normales, aquí no parece una discoteca como la sala, así que puedo ver perfectamente que la persona es Erick.

—¡Lo siento, no te vi! —sus verdes ojos se conectan con los míos, ocasionado que me remueva incómodo en mi lugar.

—Al menos esta vez no hay refresco de por medio —trato de bromear para aligerar el ambiente, aunque a los lejos diviso a Johann que me mira confuso y con molestia. Pero al parecer es a é a quien mira con recelo. Aclaro mi garganta para seguir hablando—. Tengo que ir al baño.

—Claro.

Si mi mejor amigo dice que debo alejarme, tal vez es por alguna razón. Y no estoy de humor para una discusión. 

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Dios, solía tener este tipo de enfrentamientos todo el tiempo. A ciertas personas no les gustaba que me juntara con otras, y se creaban dilemas. ¿Quién creen que pedía disculpas y buscaba solucionar todo?

Sí, lastimosamente era yo. Amaba a mis amigos más cercanos, pero también odiaba que limitaran mis amistades por el simple hecho de que no les agradaban. Descuiden, no los culpen, era justificable porque mi actitud empeoró al distanciarme de ellos y estar con los otros; solamente querían mi bienestar.

No sé si sea una amistad tóxica, tal vez sí, tal vez no. Pero... fue una amistad que jamás olvidaré.

Besos.


Sonrisas falsas || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora