—Tal vez haga un viaje cuando termine la secundaria —comento sin darle mucha importancia al tema, mirando el techo de la habitación.
¿Estará bien?
—¿A dónde vas, amigo?
Johann arroja un paquete de galletas en la cama, no me atrevo a comerlas porque decidí empezar una dieta estricta para bajar de peso. La vez que me vi en el espejo no me gusté, y quiero cambiar.
—No lo sé —confieso en un murmullo.
Al abrir la puerta de casa fue papá quién me miró consternado por volver con el labio roto y los ojos llenos de lágrimas. No preguntó nada, simplemente me abrazó y lloré como un niño pequeño.
—¿Irás solo? ¿Tu novia sabe? —pregunta Christian, dejando el control sobre el escritorio.
—No, voy a viajar con papá. Y Tatiana todavía no sabe nada.
—¿Por qué? ¿Terminaron? Avisa con tiempo, porque la muchacha está bien buena. ¿Qué tal es en la cama? —inquiere con burla Johann, haciendo gestos obscenos que me fastidian.
—No hables así de mi novia, estúpido.
—Es una broma, Joel —sale en defensa el rubio—. No te lo tomes a pecho.
Niego, poniéndome de pie e ignorando sus llamados para que me quede. ¿Cómo pueden expresarse así de una mujer? Es mi novia, joder.
—¿Ahora sí me contarás lo que ocurrió? —preguntó papá mientras ponía una taza de manzanilla en mis manos temblorosas.
Asentí soltando bajos sollozos, relatando a grandes rasgos mi relación con Tatiana y lo de Erick. ¿Qué tan hijo de puta se tiene que ser para agredir a tu pareja?
—¿Y lo denunció? Es un salvaje, mira nada más cómo está tu labio.
—N-No, yo... no sé.
Golpeo la primera pared que entra a mi campo de visión, escuchando crujir mis huesos, sintiendo una rabia incomprensible albergada en mi corazón.
—¿Todavía... todavía está la opción de viajar?
Llego a casa, abriendo con mi propia llave y cerrando la puerta despacio. El lugar está en completo silencio, así que avanzó hacia mi habitación, masajeando mis nudillos que están un poco ensangrentados.
Paso por el cuarto de mamá, quiero detenerme, pero ya me encuentro husmeando en su botiquín. Salgo a paso apresurado, llegando a mi pieza y encerrándome en ella.
Siento mi móvil vibrar.
Princesa: Joel, no creo que debamos continuar.
¿Qué es la vida sin sufrimiento?
Observo el frasco de pastillas mientras me deslizó por la fría pared, ahogando mis lamentos y el dolor que siento al leer por décima vez el mensaje.
¿Qué es la muerte?
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***
Cuando estaba en la escuela tenía esa costumbre de golpear cualquier objeto al punto de dejar mi piel muy roja, lastimada, nunca al punto de sacar sangre porque me arrepentía.
Besos.
