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52 —
El final del Festival 
de Baizel. 
ぎイゥーるベ

" No sabes lo que hay en mi cabeza
Este sentimiento monótono no es la nota
No sabes lo que hay en mi cabeza
Todavía me gustaría romperte la garganta. "

– ¡BIEN! ¡ESTE ES EL MOMENTO QUE TODOS HEMOS ESTADO ESPERANDO... ¡¡LA FINAL DEL FESTIVAL DE LUCHA DE BAIZEL!! ¡TUVIMOS UN MONTÓN DE MONSTRUOSOS CONCURSANTES, PERO SOLO DOS ESTÁN DE PIE PARA DECIDIR QUIÉN SERÁ EL CAMPEÓN!– El Referí, en medio del casi destruido por completo cuadrilátero, alzó la voz extremadamente alto, haciendo que todas las miradas posasen en el.– ¡PERO, ANTES DE CONTINUAR CON LA PELEA, DEJAREMOS 10 MINUTOS DE DESCANSO Y PREPARACIÓN A LOS PARTICIPANTES!–

La multitud estuvo de acuerdo, después de todo, la mujer que iba a luchar en las finales acaba de salir de pelear, se merecía un pequeño descanso. Todos comenzaron a moverse levemente, comprando objetos mientras tanto o simplemente charlando entre ellos.

Junto los Pecados, la mujer denominada Capitana soltó un fuerte bufido por su pequeña nariz. Sus ropajes estaban tan rotos que llegaban a incomodarla, no le gustaba mostrar tanta piel de esa manera y sin desearlo. Cruzándose de brazos, levantó la mirada, encontrándose como King ayudaba a una sonriente Diane a bajarse de su Tesoro Sagrado, a pesar de que esta podía hacerlo perfectamente sola.
Una parte de ella agradecía haberla echado sin recibir muchos golpes, por que esa mujer no controlaba su gigante fuerza, aún le dolía levemente el puñetazo que le había proporcionado en la tripa y sus antebrazos le palpitaban ardiendo.

Cruzándose de brazos, chasqueó la lengua, no tenía recambios de ropa, y pasaba de luchar de esa incómoda forma.

– Oe Capitana.– Ante el llamado, la nombrada abrió sus cerrados ojos por un segundo, encontrándose como el Hada que antes se encontraba ayudando a la pequeña gigante del grupo, alzaba su mano, un extraño brillo la cubrió y luego, como si fuera magia, prendas de ropa aparecieron en sus manos– Estoy seguro que no estas cómoda de esa forma, toma, la ropa esta hecha de telas del Árbol Sagrado, se acomodarán a ti y son resistentes.– Sonriéndole levemente, King observó como el ceño de la azabache dejó de estar fruncido por un segundo mientras lo miraba, luego, agarrando la ropa con sus manos solo le susurró un pequeño gracias.– No es nada, capitana.– Alejándose, volvió junto su castaña favorita, quien se quejaba de haber luchado tan poco contra la azabache.

Quieta, miro la ropa entre sus manos, perfectamente doblada y sin ni una arruga.

Ah, eso era una extraña coincidencia.

Suspirando, camino hacia donde deberían estar su pequeño estuche y la verdosa espada de Meliodas, pero, al no verlas por ningún lado, su ceño se frunció.

A punto de soltar un fuerte silbido, alguien apareció a un lado suyo.

Por inercia, sus hombros se tensaron y su cabeza giró rápidamente hacia ese lado. Pero, su cuerpo se relajó levemente al encontrase con el rostro del rubio a su lado. Sonriéndole levemente, en sus manos se encontraban ambas cosas que la azabache estaba buscando.

– ¿Buscas esto?– Cuestionó, sonriéndole– Mientras luchabas con Diane preferí tenerlas cercas, ya sabes, siguen siendo cosas que cualquiera puede robar.– Asintiendo levemente con su cabeza, la azabache le dio la razón. Pestañeando suavemente, sus manos se acercaron al pequeño estuche de piel que colgaba del cinturón del casi roto pantalón de Meliodas, sacando de ahí, unas blancas vendas enrolladas, una crema distinta a la que le había puesto a él, y unas pequeñas tijeras de costura.

◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora